Resurrección y reencarnación 2


Resurrección y reencarnación 2

 
5. Y había un hombre de los fariseos, llamado Nicodemo, príncipe de los

judíos. - Este vió a Jesús de noche, y le dijo: Rabbi, sabemos que eres maestro

venido de Dios porque ninguno puede hacer estos milagros, que tú haces, si Dios

no estuviera con él.

Jesús le respondió, y le dijo: En verdad, en verdad te digo, "que no puede

ver el reino de Dios si no aquel que renaciere de nuevo".

Nicodemo le dijo: ¿Cómo un hombre puede nacer siendo viejo? ¿por

ventura puede volver al vientre de su madre y nacer otra vez?

Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo, que no puede entrar en el

reino de Dios, si no aquel que fuere renacido de agua y de Espíritu Santo.

Lo que es nacido de carne, carne es: y lo que es nacido de espíritu, espíritu

es. - No te maravilles, porque te dije: os es necesario nacer otra vez. - El espíritu

donde quiere, sopla; y oyes su voz: mas no sabes de donde viene, ni adondé va; así

es todo aquel que es nacido de espíritu.

Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? - Respondió

Jesús y le dijo: ¿Tú eres maestro de Israel y esto ignoras? - En verdad, en verdad

te digo: que lo que sabemos, eso hablamos, y lo que hemos visto, atestiguamos, y

no recibís nuestro testimonio. - Si os he dicho cosas terrenas, y no las creéis, ¿cómo

creeréis, si os dijese las celestiales? (San Juan, capítulo III, v. de 1 a 12).

 

6. La idea de que Juan Bautista era Elias y que los profetas podían volver a vivir

en la tierra, se encuentra en muchos pasajes de los Evangelios, particularmente en los

relatos anteriores (números 1, 2 y 3). Si esa creencia hubiese sido un error, Jesús la

hubiera combatido como combatió tantas otras, lejos de esto la sancionó con toda su

autoridad y la pone en principio y como una condición necesaria, cuando dice: "Que no

puede ver el reino de Dios sino aquel que renaciere de nuevo"; y añade insistiendo en lo

mismo: "No te maravilles porque te dije: os es necesario nacer otra vez".

7. Estas palabras: "si no aquél que fuere renacido de agua y de Espíritu Santo",

han sido interpretadas en el sentido de la regeneración por el agua del bautismo; pero el

texto primitivo dice simplemente "de agua y del espíritu"; mientras que en ciertas

traducciones se ha substituído Espíritu por Espíritu Santo, lo que no está conforme

con el mismo pensamiento. Este punto principal sobresale en los primeros comentarios

hechos sobre el Evangelio, lo que un día se hará constar sin equívoco posible (1).

 

(1) La traducción de Osterwald, está conforme al texto primitivo; dice: No renace del agua y del Espíritu; la de Sacy dice: "de Santo Espíritu"; la de Lammenais, "del Espíritu Santo".

Extraído del libro “El evangelio según el espiritismo”
Allan Kardec

1 comentario:

  1. La reencarnación formaba parte de los dogmas judáicos, bajo el nombre de

    resurrección; sólo los saduceos, que pensaban que todo concluía con la muerte, no

    creían en ella. Las ideas de los judíos en este punto, como en muchos otros, no estaban

    claramente definidas, porque sólo tenían nociones vagas e incompletas sobre el alma y

    sus lazos con el cuerpo.

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