Resurrección y
reencarnación 2
judíos. - Este vió a Jesús de noche, y le dijo: Rabbi,
sabemos que eres maestro
venido de Dios porque ninguno puede hacer estos
milagros, que tú haces, si Dios
no estuviera con él.
Jesús le respondió, y le dijo: En verdad, en verdad te
digo, "que no puede
ver el reino de Dios si no aquel que renaciere de
nuevo".
Nicodemo le dijo: ¿Cómo un hombre puede nacer siendo
viejo? ¿por
ventura puede volver al vientre de su madre y nacer
otra vez?
Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo, que no
puede entrar en el
reino de Dios, si no aquel que fuere renacido de agua
y de Espíritu Santo.
Lo que es nacido de carne, carne es: y lo que es
nacido de espíritu, espíritu
es. - No te maravilles, porque te dije: os es
necesario nacer otra vez. - El espíritu
donde quiere, sopla; y oyes su voz: mas no sabes de
donde viene, ni adondé va; así
es todo aquel que es nacido de espíritu.
Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse
esto? - Respondió
Jesús y le dijo: ¿Tú eres maestro de Israel y esto
ignoras? - En verdad, en verdad
te digo: que lo que sabemos, eso hablamos, y lo que
hemos visto, atestiguamos, y
no recibís nuestro testimonio. - Si os he dicho cosas
terrenas, y no las creéis, ¿cómo
creeréis, si os dijese las celestiales? (San Juan,
capítulo III, v. de 1 a 12).
6. La idea de que Juan Bautista era Elias y que
los profetas podían volver a vivir
en la tierra, se encuentra en muchos pasajes de los
Evangelios, particularmente en los
relatos anteriores (números 1, 2 y 3). Si esa creencia
hubiese sido un error, Jesús la
hubiera combatido como combatió tantas otras, lejos de
esto la sancionó con toda su
autoridad y la pone en principio y como una condición
necesaria, cuando dice: "Que no
puede ver el reino de Dios sino aquel que renaciere de
nuevo"; y añade insistiendo en lo
mismo: "No te maravilles porque te dije: os es
necesario nacer otra vez".
7. Estas palabras: "si no aquél que fuere
renacido de agua y de Espíritu Santo",
han sido interpretadas en el sentido de la
regeneración por el agua del bautismo; pero el
texto primitivo dice simplemente "de agua y del
espíritu"; mientras que en ciertas
traducciones se ha substituído Espíritu por Espíritu
Santo, lo que no está conforme
con el mismo pensamiento. Este punto principal
sobresale en los primeros comentarios
hechos sobre el Evangelio, lo que un día se hará
constar sin equívoco posible (1).
(1) La traducción de Osterwald, está
conforme al texto primitivo; dice: No renace del agua y del Espíritu; la de
Sacy dice: "de Santo Espíritu"; la de Lammenais, "del Espíritu Santo".
Extraído del libro “El evangelio según el espiritismo”
Allan Kardec
La reencarnación formaba parte de los dogmas judáicos, bajo el nombre de
ResponderEliminarresurrección; sólo los saduceos, que pensaban que todo concluía con la muerte, no
creían en ella. Las ideas de los judíos en este punto, como en muchos otros, no estaban
claramente definidas, porque sólo tenían nociones vagas e incompletas sobre el alma y
sus lazos con el cuerpo.