EL PAN DE LA TIERRA Y EL PAN DEL CIELO

EL PAN DE LA TIERRA Y EL  PAN DEL CIELO 


“Al día siguiente la gente, que se había quedado a la otra parte del lago, notó que allí había sólo una barca y que Jesús no había subido a ella con sus discípulos, pues estos se habían ido solos. Entretanto, llegaron otras barcas de Tiberíades y atracaron cerda de donde habían comido el pan después que el Señor dio gracias. Cuando la gente vio que no estaban allí ni Jesús ni sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Lo encontraron al otro lado del lago y le dijeron: Maestro, ¿cuándo has venido aquí? Jesús les contestó: Os aseguro que no me buscáis porque habéis visto milagros, sino porque habéis comido pan hasta hartaros. Procuraos no el alimento que pasa, sino el que dura para la vida eterna; el q ue os da el Hijo del Hombre, a quien Dios Padre acreditó con su sello.”

(Juan, VI, 22-27).


Existe el pan del Cielo, así como existe el pan de la Tierra; existe el alimento para el alma, así como existe para el cuerpo; el alimento del cuerpo acaba, entretanto, como el cuerpo; el del alma permanece para la Vida eterna. Quien solamente trabaja por los manjares de la Tierra, no tiene el alimento del Cielo; quien trabaja por el alimento del Cielo tiene el pan de la Tierra y el pan que permanece para la Vida Eterna. Hay muchas especies de trabajo de la misma forma que hay diversas cualidades de trabajadores; trabajos de la Tierra, trabajos del Cielo en la tierra. Aquellos yacen como tumbas bien adornadas en las necrópolis, que caen al rugir de las tempestades; los del Cielo aparecen en las alturas, iluminados por el fulgor de los astros y el brillo de las estrellas. Lo que es de la Tierra, en la Tierra permanece; lo que es del Cielo, persiste en la Vida Eterna. En el trabajo exclusivamente terreno, los miembros se cansan, el sudor gotea, el cerebro se aniquila, la vida se extingue.


Extraído del libro
https://espiritismo.es/Descargas/libros/Parabolas_de_Jesus.pdf

Las Tres Revelaciones

Las Tres Revelaciones



Emitido en directo el 9 oct. 2018

Conferencista: Jorge Berrio






Las tres revelaciones

Jesús Revelación significa literalmente salir debajo del velo y, en sentido figurado, descubrir, hacer conocer una cosa secreta o desconocida. En su acepción vulgar, más generalizada, se dice de toda cosa ignorada que sale a la luz, de toda idea nueva que nos inicia en aquello que no se conocía. El carácter esencial de toda revelación debe ser la verdad. Revelar un secreto es dar a conocer un hecho; si se trata de algo falso, no es un hecho, y por consiguiente no hay revelación. Toda revelación desmentida por los hechos no es tal revelación; si es atribuida a Dios, que no puede mentir ni equivocarse, entonces no puede emanar de Él; hay que considerarla como el producto de una concepción humana.

En el sentido especial de la fe religiosa, la revelación trata más particularmente cosas espirituales que el hombre no puede saber por sí mismo, que no puede descubrir por medio de sus sentidos; el conocimiento le es dado por Dios o por sus mensajeros, sea por medio de la palabra directa, sea por la inspiración. La revelación siempre se hace a hombres privilegiados, designados bajo el nombre de profetas o mesías, es decir, misioneros enviados con la misión de transmitirla a los hombres.

Moisés, el legislador hebreo, encarna la primera revelación divina. Reveló a los hombres el conocimiento de un Dios único, soberano, señor y creador de todas las cosas. Promulgó la ley del Sinaí y lanzó los fundamentos de la verdadera fe, trajo las nociones de Justicia, aunque de manera muy primitiva. Con él tenemos el impacto de la fuerza y el temor para arrancar a los hombres de la idolatría y la sumisión al paganismo.

Jesús encarna la segunda revelación divina. Cristo tomó de la antigua ley lo que es eterno y divino y desechó lo que sólo era transitorio, meramente disciplinario y de hechura humana y agregó la revelación de la vida futura, aquella de la que Moisés no había hablado, la relacionada con las penas y recompensas que esperan al hombre después de la muerte. Con Jesús cambia la consideración a la Divinidad: ya no es más el Dios terrible, celoso y vengativo de Moisés, sino un Dios clemente, soberanamente justo y bueno, lleno de mansedumbre y de misericordia, que perdona al pecador arrepentido y da a cada uno según sus obras. No es ya el Dios de un solo pueblo privilegiado, sino el Padre común que extiende su protección a todos sus hijos. Así el amor a Dios y la caridad al prójimo se constituyen en la condición expresa para la salvación: «Amad a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a vosotros mismos; ahí está toda la ley y todos los profetas, y no hay otra».

Sin embargo con Cristo no se acabó o completó toda la revelación divina a los hombres. Él mismo nos dio conocimiento de ello cuando expresó: «Muchas de las cosas que os digo no podéis comprenderlas aún y tengo muchas otras para deciros que no las comprenderíais tampoco, por eso os hablo por parábolas; pero más tarde os enviaré el Consolador, el Espíritu de Verdad que restablecerá todas las cosas y os explicará todas las cosas». (Juan 14: 15-17 y 26; Mateo 17). ¿Quién habría de ser ese enviado? Al decir: «rogaré a mi Padre y Él os enviará otro Consolador» Jesús indica claramente que no era él mismo, pues hubiera dicho que volvería para completar su enseñanza. La expresión de
Jesús «a fin de que permanezca eternamente con vosotros » y «Él estará en vosotros» implica la imposibilidad de que esta expresión se refiera a una individualidad encarnada porque no podría permanecer eternamente  con nosotros, menos aún estar en nosotros. La cosa cambia si lo entendemos referido a una doctrina que, una vez asimilada, podrá estar eternamente en nosotros.

El Consolador prometido por Jesús es el Espiritismo que, a su vez, constituye la tercera revelación divina. No es, en absoluto, y al revés de las anteriores revelaciones, una doctrina individual, una concepción humana (nadie puede decirse su creador) ya que es el fruto de la enseñanza colectiva de los espíritus presididos por el espíritu de la Verdad. La revelación espírita tiene un origen divino, la iniciativa pertenece a los Espíritus encargados por Dios para esclarecer a los hombres y su elaboración resulta del trabajo del hombre. No es una doctrina dictada completa ni impuesta ciegamente: es deducida por el trabajo del hombre. No suprime nada del Evangelio de Jesús, lo completa y aclara con la ayuda de las nuevas leyes que revela, conjugadas con las que la ciencia ya ha descubierto, conduce a la comprensión de lo que era ininteligible y hace que se admita la posibilidad de aquello que la incredulidad consideraba inadmisible. Ayuda a separar la alegoría de la realidad, así Cristo aparece más grande: no es ya simplemente un filósofo, es un Mesías Divino. Si las dos primeras revelaciones estuvieron personificadas (en Moisés y Jesús), la tercera no está personificada en ningún individuo, es colectiva; característica de gran importancia: no fue hecha como privilegio a ninguna persona, nadie puede llamarse el profeta exclusivo, sino que lo fue simultáneamente sobre toda la Tierra, a millones de personas de todas las edades y todas las condiciones sociales, cumpliendo la predicción contenida en los Hechos de los Apóstoles (Cap. 2: 17-18). No salió de ningún culto especial, a fin de servir, un día a todos, de punto de reunión.

La doctrina de Moisés, incompleta, terminó circunscrita al pueblo judío; la de Jesús, más completa, se extendió a toda la Tierra, aunque no convirtió a todos; el espiritismo, más completo –restaurando el verdadero cristianismo– convertirá a la humanidad (Véase la conclusión de El Libro de los Espíritus, a cargo de S. Agustín). Lo que la enseñanza de los espíritus agrega a la moral de Cristo es el conocimiento de los principios que unen a los vivos con los muertos y completa los rasgos que Aquél había dado, acerca del alma, de su pasado y su porvenir y prueba, además, que su doctrina se basa en las leyes de la naturaleza. Con la ayuda del espiritismo y los espíritus, el hombre comprende la solidaridad que entrelaza a los seres; conoce de dónde viene y adónde va, por qué está en la Tierra, por qué sufre en ella, temporalmente, y ve en todo la justicia de Dios. La caridad y la fraternidad se convierten en necesidades sociales.

Se hace por convicción lo que antes se hacía sólo por deber y, así, todo resulta mejor. Supone un recuerdo de los principios de la ley de Dios y un consuelo por la fe razonada y la esperanza en un progreso que, alcanzado a través de existencias sucesivas, permitirá al hombre obtener un grado de perfección que puede acercarle a Dios. La muerte ya no tiene nada de horroroso porque es para él la liberación, la puerta de la vida verdadera. Con Moisés tenemos el impacto de la fuerza y el temor. Con Jesús el ejercicio de la fe y del amor, para liberar al hombre del aguijón de los formalismos, de la tradición, inspirándolo a la práctica de la fraternidad. Con los Espíritus se concretiza el empleo de la Verdad que ilumina la fe por el raciocinio para que el espíritu humano pueda amar comprendiendo su trascendencia.

El hombre ya no debe temer, ni apenas creer y amar, ahora debe saber qué cree y por qué ama. El espiritismo posee, además un poder moralizador incalculable en razón de la finalidad que asigna a todas las acciones de la vida y de las consecuencias que nos demuestra respecto a la práctica del bien. Asimismo nos brinda, en los momentos penosos, gracias a una inalterable confianza en el futuro, fuerza moral, valor y consuelo. El poder moralizador está, también, en la fe de saber que tenemos cerca de nosotros a los seres que hemos amado, la seguridad de reencontrarlos y la posibilidad de relacionarnos con ellos.

En resumen: la certeza de que todo lo que hemos hecho o adquirido en inteligencia, conocimiento o moral, hasta el último día de nuestras vidas, no se perderá, nos ayudará a progresar.

Belén Peytaví

Bibliografía:
Allan Kardec “La Génesis”
Revista “FEE”

Dice El Espiritista


Dice El Espiritista

Contenido que te ayudarán a fortalecer algunos aspectos de la vida


1.       LAS FINANZA
a)       Un Espirita no es un Mercader Espiritual y no cobra dinero por la ayuda que pueda dar Soy Espírita https://www.youtube.com/watch?v=yAPgL7KYnAo
b)      “DIEZMOS” no son sustentados bíblicamente para ser exigidos por los “Gentiles”, pues los judíos no aceptaban nada de los que no fueran de ellos mismos., los judíos. http://soyespirita.blogspot.com/2013/10/diezmos-un-disfraz-eficaz-para-esconder.html
2.       LA FAMILIA
a)       La Familia y sus conflictos a la Luz de la Doctrina Espirita https://www.youtube.com/watch?v=ai1vtl43yV8
b)      La Constelación Familiar En La Visión Espirita https://www.youtube.com/watch?v=vfUCPsZSylo
c)       La Desintegración Familiar https://www.youtube.com/watch?v=d8sBjW93H3U
d)      El espiritismo y la familia contemporánea desafío y reflexiones http://www.akardec.com/?p=16244
3.       EL SEXO
a)       El espírita y la cuestión sexual http://www.luzespiritual.org/?p=1588
b)      Amor y Energía Sexual https://espiritismo.es/amor-energia-sexual/



Iris de la Rosa Vélez
12 enero 2019

Si esta lectura ha sido de mucha ayuda, por favor compártela.
Espero vuestros comentarios y sugerencias.
Un fuerte abrazo.



2 Cosas que he hecho durante este año




Cosas que he hecho durante este año
(julio 2018- diciembre 2018)

Hay dos tipos de listas; las de los sueños del futuro, y la de los recuerdos del pasado. La siguiente lista que quiero compartir contigo es la del pasado. Las listas la he hecho para organizar una información, además de construir recuerdos que el día de mañana me alegre recordar. La cual fue recomendada por mi ‘’coach’’ y que la misma fuera publicada.  Esta lista es real en mi consiente, es mía y abarca muchos momentos de aprendizaje, alegría, tristeza, miedo y sobre todo difícil de olvidar.

1.       Aprendí
a.        Por los sueños se suspira, por las metas se trabaja. | Humberto Ramos |
b.       "Si tus sueños no te asustan no son suficientemente grandes"
c.       Sí tú no crees en ti, nadie va a creer en ti | Sergio Dipp |
d.       Somos los únicos responsables de nuestra propia vida.
e.        La repetición y la persistencia acaba siendo la clave del éxito.
f.        Somos animales de hábitos
g.       Si no tienes empoderamiento das poder al verdugo que te hiere Wicca Escuela De La MAGIA
2.       Mas tiempo para meditar.
3.       Leí sobre libertad historia y autoayuda.
4.       Sigo levantándome bien temprano.
5.       Mejore mi alimentación y me preocupo por tener todos mis nutrientes en mis alimentos.
6.       Termine mi escrito de Poesía (Plagio).
7.       Renunciar a algunas cosas que no te voy a escribir.
8.       Empecé asistir a un grupo de apoyo.
9.       Dar gracias a cada momento.
10.   Ver amaneceres y atardeceres.
11.   Observar la luna.
12.   Más tiempo para el sexo.
13.   Pase más tiempo con el perro.
14.   Báñame con agua fría.
15.   Compartí mucho más con mi padre y mi madre.
16.   Me enferme (influencia, gripe, catarro, etc.).
17.   Empecé en GYM. 
18.   Empecé asistir a una Escuela Moral.


Iris de la Rosa Vélez
31 diciembre de 2018

Si esta lectura ha sido de mucha ayuda, por favor compártela.
Espero vuestros comentarios y sugerencias.
Un fuerte abrazo.

2 Doctrina de los ángeles caídos y del paraíso PERDIDO. (1)



2 Doctrina de los ángeles caídos y del paraíso

PERDIDO. (1)



46. —La raza adámica tiene todos los caracteres de
una raza proscrita; los Espíritus que de ella forman
parte, vinieron confinados á la tierra yá poblada,
bien que por hombres primitivos sumergidos en la ig
norancia, trayendo por mision hacerla progresar con
la luz de su inteligencia yá desarrollada. ¿Por ventu
ra, no es este el papel que hasta ahora ha hecho en la
tierra? Su superioridad intelectual prueba que el mun
do de que procede estaba más adelantado que la tier
ra; pero debiendo entrar aquel mundo en una nueva
taz de progreso, y no habiendo sabido ponerse esos
Espíritus á la altura necesaria de ciencia y virtud, á
causa de su obstinacion, habrian estado en él muy
fuera de su lugar, y habrian sido un obstáculo á la
marcha providencial de las cosas; por lo cual fueron
excluidos de aquel mundo y reemplazados por otros
que merecían aquel favor.

Al relegar Dios á esta raza en esta tierra de traba
jos y penalidades pudo con razon decirle: «Con el su
dor de tu rostro comerás el pan». En su bondad infi
nita prometió que le enviaría un Salvador, es decir
que debia ilustrarla en los caminos por donde pudiera
salir de este lugar de miserias, de este infierno y
llegar á la felicidad de los escogidos. Este Salvador
lo envió en la persona de Cristo, que enseñó la ley de
amor y de caridad desconocida por ellos, y que debia
ser el áncora verdadera de salvacion. Cristo no solo
enseñó la ley, sinó que dió el ejemplo de la práctica
de esta ley, con su mansedumbre, su humildad y su
paciencia; sufriendo sin murmurar los tratamientos
más ignominiosos y los más acerbos dolores. Para que
tal mision se cumpliese en todos sus puntos, era ne
cesario un Espíritu muy superior, no sujeto á las de
bilidades humanas.

Tambien para hacer adelantar á la humanidad en
otro sentido, Espíritus superiores, aunque sin tener
las eminentísimas cualidades de Cristo, se encarnan
de vez en cuando en la tierra á fin de cumplir misio
nes especiales, que aprovechan á su adelantamiento
personal en gran manera si son desempeñados segun
las miras del Criador.

47. —Sin la reencarnacion, la mision de Jesucristo
no tendría objeto, ni tampoco la promesa hecha por
Dios. En efecto, supongamos por un instante que el
alma de cada hombre es creada al mismo tiempo que
el cuerpo, y esa alma no hace más que aparecer y
desaparecer en la tierra. ¿Qué relacion tiene con las
que vinieron desde Adam hasta Jesucristo, ni con las
que han venido despues? Todas son extrañas entre sí,
fuera de la comunidad de su origen. La promesa de un
Salvador hecha por Dios no podia aplicarse á los des
cendientes de Adam si sus almas no estaban aun crea
das. Para que la mision de Jesucristo pudiera tener
conexion con las palabras de Dios era preciso que pu
dieran aplicarse á las mismas almas. Si estas almas
son nuevas, no pueden estar manchadas á causa de la
falta del primer hombre, que es el padre carnal y no
el espiritual; porque de otro modo Dios crearía al
mas empañadas con la sombra de una falta que no ha
brían cometido. La doctrina vulgar del pecado origi
nal, supone, pues, la necesidad de una relacion entre
las almas del tiempo de Jesucristo y las del tiempo
de Adam y por consecuencia de la reencarnacion

Dígase que todas esas almas formaban parte de la
colonia de Espíritus relegados á la tierra, en tiem
po de Adam, y que eran partícipes de la falta por
la cual habían sido excluidos de un mundo mejor,
y se tendrá la sola interpretacion racional del pecado
original; pecado peculiar de cada individuo y no re
sultado de la falta de otro á quien nunca ha conocido.
Dígase que esas almas ó Espíritus renacen diversas
veces sobre la tierra para progresar y purificarse; que
Jesucristo vino á ilustrarlas, no sólo por sus vidas pa
sadas, sino tambien para sus vidas ulteriores, y en
tonces y solamente entonces daremos á su mision un
objeto real y positivo, aceptable por la razon.

48. —Un ejemplo familiar, notable por su analogía,
hará comprender mejor aún los principios y explica
ciones anteriores.

El 24 de mayo de 1861 la fragata Iphigénie llevó
á Nueya Caledonia una compañía disciplinaria com
puesta de 291 hombres. El comandante de la colonia
les dirigió á su llegada una orden del dia concebida en
los términos siguientes:
«Al poner los pies en esta tierra tan lejana de la
patria, ya habreis comprendido el destino que os es
pera.
«Como nuestros valientes soldados de marina , nos
ayudareis á llevar con gloria la antorcha de la civili

zacion á las tribus salvajes de la Nueva-Caledonia:
¿Acaso no es una noble y grande mision? Cumplidla,
pues, dignamente.
«No desoigais la voz y los consejos de vuestros je
fes: yo estoy á la cabeza de todos; que no se borren
de vuestra memoria mis palabras.
«La eleccion de vuestro comandante , de vuestros
oficiales, de vuestros sargentos y cabos, es una pren
da segura de los esfuerzos que se han de hacer , para
conseguir que seais buenos soldados, y aun más, para
elevaros a la dignidad de buenos ciudadanos y trans
formaros en útiles colonos si lo deseais.
«Vuestra disciplina es severa, y debe serlo ; confia
da á mi , será firme é inflexible , tenedlo entendido , y
tan justa como paternal sabrá distinguir el error del
vicio y de la degradacion...»

Hé aquí hombres expulsados por su mala conducta
de un país civilizado y enviados por castigo á un pais
bárbaro. ¿Qué les dice su jefe? «Habeis infringido las
leyes de vuestro país; habeis sido causa de perturba
cion y de escándalo en él, y se os ha expulsado. Se os
envia aquí, pero podeis redimiros, y por medio del tra
bajo crearos una posicion y haceros buenos ciudadanos.
Tenéis una bella mision que desempeñar y es la de ci
vilizar estas hordas salvajes. La disciplina será severa
pero justa y nosotros sabremos distinguir á los que se
conduzcan honradamente. »

Para estos hombres confinados entre salvajes ¿no es
la madre patria un paraiso perdido por su culpa y por
su rebelion á la ley? En aquella tierra lejana , ¿no son
ángeles caidos? Las palabras del jefe no tienen cierta
analogía con las que Dios hizo oir á los Espíritus com
flnados en la tierra?
«Habeis desobedecido mis leyes , por cuya razon os
he echado del mundo en que hubierais podido vi
vir felices; aquí estareis condenados al trabajo , pe
ro por vuestra buena conducta podreis merecer el
perdon y reconquistar la patria que habeis perdido por
vuestra culpa, es decir el Cielo.»

49. —A primera vista , parece que esta defeccion
está en contradiccion con el principio de que los Es
píritus no pueden retrogradar. Pero hay que conside
rar que no se trata de volver este al estado primitivo:
el Espíritu áunque en posicion inferior no pierde na
da de lo adquirido como tal; su desarrollo moral é in
telectual es el mismo, sea el que quiera el centro en
que se halle colocado. Se encuentra en la situacion
del hombre condenado á presidio por sus fechorías,
que está degradado en cuanto á su posicion social,
pero no por esto se hace más estólido é ignorante.

50. —¿Se creerá que aquellos hombres enviados á
Nueva-Caledonia, van á transformarse súbitamente en
modelos de virtud, que van á abjurar sus errores pa
sados? Seria preciso no conocer á la humanidad para
suponerlo. Pues del mismo modo, los Espíritus de la
raza adámica una vez trasportados á la tierra de su
confinamiento, no se despojarán instantáneamente de
su orgullo y malas inclinaciones; han conservado du
rante mucho tiempo las tendencias de su origen , un
resto de la antigua levadura. ¿No es esto el pecado
original? La mancha que traen al nacer, es la de la ra
za de los Espíritus culpables y castigados á que perte
necen ; mancha que pueden borrar con el arrepenti
miento la expiacion y la renovacion de su ser moral.
El pecado original considerado como la responsa
bilidad de una falta cometida por otro , es un absurdo
sin sentido y la negacion de la justicia de Dios; mas
por el contrario, si se le considera como consecuencia
y residuo de una imperfeccion anterior del individuo,
no sólo lo admite la razon, sino que se encuentra jus
ta la responsabilidad que es consiguiente.
las tinieblas





2 LA RESURRECCIÓN – EL ESPÍRITU – LA FE


2 LA RESURRECCIÓN – EL ESPÍRITU – LA FE 


La Historia del Cristianismo es la suave melodía que canta la gloria de esos acontecimientos maravillosos de que nos hablan las Escrituras, comenzados en el Sinaí y sancionados por las reapariciones del Gran Enviado. Quien estudie con buena voluntad y criterio, todo ese desarrollo de manifestaciones espíritas, todos esos fenómenos suprasensibles y supranormales relatados por todos los profetas y patriarcas referidos en el Antiguo Testamento y refrendados, en el Nuevo, por una suma no menos considerable de hechos, que están en íntima unión con el Mundo Espiritual; quien estudie con espíritu desprevenido todas esas manifestaciones espíritas que tanta esperanza nos vienen a dar, no puede dejar de tener una fe viva, robusta, inteligente, racional, de que el fin de la Religión es prepararnos, no sólo para la vida presente, sino también y, especialmente, para la futura, donde, en la Patria Invisible, proseguiremos nuestra labor de perfeccionamiento para aproximarnos a Dios.  Justificada en esos principios, nuestra Fe se yergue poderosa, inexorable, semejante a aquella “casa construida sobre la roca”, recordada en la parábola. Es el sentimiento de la Inmortalidad el que nos anima, es la certeza de otra Vida la que nos hace vivir en esta con la frente levantada, sin desfallecer, aunque sangrando los pies por caminos pedregosos, dilacerando las carnes en las espinas que intentan impedir nuestra marcha triunfal hacia el Bien, hacia la Verdad, hacia Dios.

Es, revestidos de la Inmortalidad, que surcamos los mares borrascosos de la adversidad en frágil batel, sin que las olas impetuosas nos aparten del norte de la Vida. Sin esas luces que nos vienen del Más Allá, sin esas claridades que surgen de las tumbas, sin ese poderoso faro hábilmente manejado por los Espíritus del Señor, ¿cómo podríamos mantener la estabilidad en la Fe? Sin duda alguna, el Espiritismo es la base en la que se funda esa creencia que nos acerca y fortalece. Es él también el que nos enseña la benevolencia, el amor, la humildad, el desapego a los bienes del mundo; las grandes lecciones de altruismo, de abnegación que la Inmortalidad nos impone.  ¿Cómo podríamos, ante una sociedad materializada y metalizada, renunciar a gozos, a la fortuna, a las posesiones, a las comodidades, si no tuviéramos la seguridad de nuestras convicciones y si esas convicciones no se asentasen en hechos positivos, palpables, visibles, tangibles que los Espíritus nos proporcionan? ¿Cómo podríamos, en esta época de depresión moral que atravesamos, de mercancía vil, de descarada rapiña, de toda suerte de bajezas, cómo podríamos esforzarnos para liberarnos de la corrupción del siglo, hasta con prejuicio de nuestra vida material? ¿Cuál es el hombre racional que, teniendo la seguridad de que todo acaba en la tumba, renuncia a la fortuna, a los placeres, al bienestar, en beneficio de terceros, en beneficio de otros que tendrán también, forzosamente, como fin de la existencia, una simple fosa en el cuadrado de un cementerio? ¿Cuál es el loco que, pudiendo comer, beber, descansar, alimentarse del jugo de la vida, teniendo la seguridad de que todo termina con la muerte, va a vivir de los desperdicios, va a compartir su familia con los harapientos y parias que llenan las calles y las plazas? Mirad las grandes catedrales con todos sus lujos, investigad a sus sacerdotes, observad a los felices del mundo con sus comodidades, su fortuna, indagad sus creencias y veréis que la Fe no les anima el corazón. Salid por las calles, por las plazas, agitad la bandera de la inmortalidad y veréis a todos esos gozadores lanzar sobre vosotros y vuestro estandarte las más duras maldiciones, las más locas injurias. Es que les falta la Fe para el raciocinio, les falta el criterio que nace de la misma fe, les falta la verdad para guiarse mejor en el camino del deber impuesto por Dios. Entretanto, así como piensan, actúan. Sólo creen en esta vida, aprovechan de ella todo lo que ella tiene de bueno, porque, de hecho, es irrisorio e irracional sacrificar placeres y comodidades para tener en recompensa los abismos de la nada. Sin la Fe, ningún sentimiento generoso podrá levantar el alma humana; sin la Fe, ninguna caridad, ninguna esperanza, ninguna virtud puede nacer, crecer, florecer, fructificar en la conciencia de los hombres. La Fe es el principal motor de la Religión, es el factor de todos los hechos nobles, de todos los encantos del alma, de todas las buenas acciones. La Fe remueve todas las dificultades para aquél que camina hacia Dios; brilla en la inteligencia como el Sol en el espejo de las aguas; dignifica al hombre, lo eleva, lo ilumina y lo santifica. No hay palabra que ocupe el menor número de letras y más sepa hablar a la razón y al corazón. Con una sola sílaba expresa todo lo que necesita la criatura para conseguir su salvación. Tener Fe es tener seguridad en nuestros destinos inmortales, es guiarnos por esa senda grandiosa, iluminada, que Cristo nos legó. Tener Fe es poseer el mayor tesoro que el alma humana puede adquirir en la Tierra. Fue interpretando esa gran virtud, que Pablo dedicó toda su gran Epístola a los romanos a la Fe, llegando a afirmar que todos los grandes de la Antigüedad, por la Fe, vencieron reinos, practicaron la justicia, alcanzaron las promesas, taparon las bocas a los leones, extinguieron la violencia del fuego, evitaron el filo de la espada; de  débiles se volvieron fuertes, se hicieron poderosos y pusieron en fuga ejércitos extranjeros. El Espiritismo viene a realzar estos tres factores del progreso humano: la Resurrección, el Espíritu y la Fe, como partes integrantes de un mismo todo e indispensable al otro, testimonios vivos que se afianzan y se completan. Ellos son las columnas principales del Cristianismo, que nos dan la visión de la Otra Vida, en la cual cogeremos los frutos de nuestro trabajo, de nuestros esfuerzos por nuestro propio perfeccionamiento.

Extraído del libro

https://espiritismo.es/Descargas/libros/Parabolas_de_Jesus.pdf

Ley de Causa y Efecto

Ley de Causa y Efecto


La Ley de Causa y Efecto es una ley de vida que muchas personas no tomamos en cuenta, y que es realmente importante para poder lograr buenos resultados en todos los aspectos de nuestra vida. Es una ley que funciona perfectamente en todos los planos y trae a la realización todo lo que sembramos, tanto en pensamiento, palabra y acciones. Esto quiere decir que todo lo que hacemos pone en movimiento una causa y ésta trae una consecuencia, positiva o negativa, que dependerá de la causa puesta en movimiento. No existe el azar, la buena suerte o la mala suerte, sólo resultados.

Todos tenemos responsabilidades que cumplir que no debemos evadir, si las evadimos tendremos que hacer las correcciones pertinentes y mientras más las evadamos, más difícil y penosa será la corrección que debamos hacer, pues las consecuencias son ineludibles. Aún los actos aparentemente “insignificantes” pueden afectar a docenas y aún a cientos de personas y de esas consecuencias seremos directamente responsables, y la propia ley exigirá su pago, que no es otra cosa que el proceso de aprender a obrar bien. Como somos aún seres evolucionantes e imperfectos, estamos expuestos a cometer errores. Y si por el contrario pensamos en positivo y luchamos para que cada día seamos mejores, entonces así lograremos resultados positivos.
>>>Información obtenida de juevesfilosofico [01/12/2019] con propósito de educar. 



Ley de Causa y Efecto

Emitido en directo el 6 oct. 2018



Apuntes: Vísteme de poesía

Apuntes: Vísteme de poesía Antología Jayeiana Autores:  Carmelo Delgado, Dra. Hortensia Vidal, Janelys De Santiago, Juan C. Rodríguez   Dr....