JESÚS: SÍ, PERO NO
Si creces y te desarrollas como espírita en esa cultura netamente sudamericana y evangelizadora (donde expresiones como: 'culto del Evangelio', 'Evangelización infatojuvenil', etc., ya lo dicen todo), es normal que a pesar de tus buenas intenciones termines interiorizando esa forma de creencia absolutamente localista, construida a golpes del mantra: "Brasil corazón del mundo, patria del Evangelio"; algo que poco tiene que ver con la manera de sentir el Espiritismo en otros lugares como Argentina, Venezuela, España o el resto de Europa... (por más que en nuestro país haya grupos afines a esto al haberse constituido por brasileros).
La adoración a la figura de Jesús es claramente residual: evangelista y/o católica, pero no espiritista... porque así no figura en el corpus original (y porque por mucho que Jesús tenga su lugar en el Espiritismo, está lejos de ser como lo filtra la cultura brasileña).
El Espiritismo de Allan Kardec se configuró en una cultura positivista, de moral universal y netamente laica, muy lejos del modus operandi brasilero donde el centro es Jesús y el "evangelizar" (término que, por ejemplo, extrañaría a cualquier espírita de la época).
Jesús representa una referencia moral y prototípica del hombre nuevo, pero está totalmente desvinculado del arquetipo católico o evangelista como ser divinizado y salvador de los pecados del mundo, (y no podría ser de otra forma pues sino la doctrina sería cristiana, pero no universal).
Que el papel original de Jesús nunca fue el foco central de la doctrina espiritista, lo demuestra la colección de oraciones espíritas (recomendadas por Kardec y en la línea de las que utilizaban en la Sociedad Espirita de París) incluidas en la Codificación y en donde se menciona "Señor" o " Padre", pero ni una sola vez es mencionado "Jesús" o "Jesucristo". Esto demuestra el interés de Kardec y los Espíritus codificadores por distanciarse del filtro religioso como, al mismo tiempo, preservar el carácter universal del Espiritismo.
Entre el prejuicio o el rechazo de los 'racionalistas', y la beatería adoctrinante de los religiosos, Jesús, desafortunadamente, representa una piedra en el zapato para la comprensión racional y la vivencia del espírita medio...
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