Sin caridad no hay salvación
10. Hijos míos, en la máxima: "Sin caridad no hay
salvación", están contenidos los destinos de los hombres en la tierra y en
el cielo; en la tierra, porque a la sombra de ese estandarte, vivirán en paz;
en el cielo, porque los que la hayan practicado encontrarán gracia ante el
Señor. Esta divisa es la antorcha celeste, la columna luminosa que guía al
hombre en el desierto de la vida para conducirle a la Tierra prometida; brilla
en el cielo como una aureola santa en la frente de los elegidos, y en la tierra
está grabada en el corazón de aquellos a quienes Jesús dirá: Id, a la derecha,
vosotros, los bendecidos por mi Padre. Les reconoceréis por el perfume de
caridad que esparcen a su alrededor. Nada expresa mejor el pensamiento de
Jesús, nada resume mejor los deberes del hombre, que esa máxima de orden
divino: el Espiritismo no podía probar mejor su origen que dándola por regla,
porque es el reflejo del más puro cristianismo; con semejante guía el hombre no
se extraviará nunca. Aplicáos, pues, amigos míos, a comprender su sentido
profundo y sus consecuencias, y a buscar en ellas vosotros mismos todas las
aplicaciones. Someted todas vuestras acciones a la prueba de la caridad, y
vuestra conciencia os contestará: no solamente os evitará el hacer mal, sino
que os hará hacer bien, porque no basta una virtud negativa, sino que es
necesario la acción de la voluntad; para no hacer mal, basta muchas veces la
inercia y la indiferencia. Amigos míos, dad gracias a Dios que ha permitido que
pudiéseis gozar de la luz del Espiritismo, no porque los que la poseen pueden
ser los únicos que se salven, sino porque, ayudándoos a comprender mejor las
enseñanzas de Cristo, hace de vosotros mejores cristianos. Haced, pues, que al
veros se pueda decir, que verdadero espiritista y verdadero cristiano, son una
sola cosa y una misma cosa: porque todos los que practican la caridad, son los
discípulos de Jesús, cualquiera que sea el culto a que pertenezcan. (Pablo,
apóstol. París, 1860.)
Extraído del libro “El evangelio según el
espiritismo”
Allan Kardec
Allan Kardec
No hay comentarios:
Publicar un comentario