¿Fe o razón?
Pedimos al costoso visitante que limpie
la mente de cualquier idea preconcebida, para que haga esta lectura con la
exención absoluta del ánimo, sin ningún tipo de preconcepción.
Las tesis presentadas para el
Espiritismo han estado implicadas, desde su codificación, en una aureola de la
superstición y misticismo por las personas que son inconscientes de ellos o por
las que tienen interés en así actuar. Pero, aunque todo, son los conceptos que
vienen si imponen para la fuerza de su realidad apropiada. ¿Por qué entonces
hay tanto rechazamiento a estas ideas?
Es fácil entender. Si en todas las
épocas, en caminada de ciencia, hubo siempre momentos de rechazo a las nuevas
ideas, principalmente cuando vinieron a desestructurar a los viejos paradigmas,
ahora él no podría ser diferente.
¿Por qué los medios no divulga lo que
viene la ciencia confirmando con relación a la reencarnación, la comunicación
de los espíritus, la vida después de la muerte, etc.?
Porque se interesarán solamente
por aquello que lo pueblo quiere asistir.
Cuando se trata de fenómenos siempre
quieren saber algo, pero ignoran la razón de los acontecimientos, por ser
informaciones que cambiaría los paradigmas más importantes del mundo cristiano.
Por otra parte, irían a oponer fuerzas extraordinarias, por ejemplo, las ideas
tomadas arraigan en la persona occidental del psiquismo colectivo y las
estructuras apropiadas de las organizaciones religiosas.
¿Sin embargo, cuánta gente está lejos de
sus religiones en razón de los entrechoques de la fe con la razón, pero ellas
no consiguen dejar de ver a dios en la grandiosidad del universo, sintiendo en
la inmensidad de los océanos, la figura espantosa de las gamas congeladas de la
montaña, así como en las cosas más sígnelas como el trabajo ordenado de las
hormigas? Carece solamente a la explicación correcta en todos estos
mecanismos de modo que la razón pueda ensamblarla la intuición y
confiarla la plenitud de la fe, sin perplejidades con relación a los
incoherentes encontrados hasta entonces.
No es nuestra intención de intentar
convertirlos, pero disponer conocimiento a la disposición acerca de los nuevos
y más jubilosos objetivos de la vida y, arriba de toda, de la información y de
la clarificación que pacifican el alma con respecto iguale a sí mismo, a la
vida y al dios. Es la información que fornece alento nuevo, nuevas
perspectivas, renueva mentalidades, modifica los conceptos, proporcionando
bienestar infinito, puesto que demuestran a las razones derechas de todas las
cosas en los mecanismos perfectos que conducen el universo, la vida y la
evolución de todo para plataformas siempre más perfectas, más agradable, más
hermosas.
Estos conocimientos no representan una
cierta nueva religión, llevada de la cabeza de alguien. Son las informaciones
que habían sido traídas por los espíritus desarrollados a través de la
mediunidad, de la mitad del siglo diecinueve, y Allan Kardec los codificó y
publicó en algunos libros, que componen los lechos del Espiritismo.
Cuando logramos pensar en la cuestión
religiosa con una libertad más mental, sin preconcepciones, puede concluir que
el futuro de las religiones está en la religiosidad y no en los formatos
religiosos, exactamente porque es obvio el hecho de no existir una religión
cierta, verdad o legítimo, puesto que en los centenares de religiones
existentes tiene sinceridad, tiene verdad, tiene dios, pero con
interpretaciones distintas. Entonces no si puede decir cuál es la verdadera.
Todas están en el camino de la verdad, desde que su meta sea la búsqueda del
divino y, con ellos, del crecimiento interior.
Jesús enseñó el código del
comportamiento adecuado a toda la humanidad, y la doctrina Espirita clarifica
cuánto a los mecanismos de la vida y de la evolución. También no hay jerarquías
en el Espiritismo. ¿Por que hubiera intermediario entre la criatura y el
creador, intermediario estos tan imperfectos cuánto los demás? En las
enseñanzas de Jesús, él colocó siempre cada uno como responsable por sí
mismo, no por gracia de cualquier naturaleza, pero solamente para las
actitudes, las omisiones y las acciones vivió profundamente en el cotidiano.
El Espiritismo, con su lógica
formidable, se puede también considerar la ciencia del bueno vivir.
Sabe donde está el secreto de las buenas
relaciones entre las personas?
Está en la afectividad y en la
alteridad,
significando esta última, el
respeto.
Respeto por el espacio de los otros, por
sus ideas y su manera de ser.
Los grupos humanos que conviven, tales
como la familia,
los compañeros de trabajo, los
colegas de estudios,
los vecinos, los miembros de una
comunidad - sea religiosa o no -
difícilmente
consiguen vivenciar la fraternidad, la
buena
voluntad el bienestar íntimo, cuando
están reunidos.
Generalmente no toleramos las pequeñas
manías de los otros,
la manera de ser de cada uno y
queremos entonces
corregirlos por nuestros propios
criterios.
Más cuando son los otros que quieren
corregir nuestras manías
o la manera de percibir la vida y odas
las cosas, nuestros
gustos e inclinaciones, nosotros
los aborrecemos.
Cuando aprenderemos a ser más afectivos
y alteritários,
dando a los otros la libertad y el
respeto que nosotros
mismos queremos recibir, la convivencia
queda
más bien fácil y agradable.
http://www.mundoespiritual.com.br/esp.fe.ou.razao.htm
El Espiritismo, con su lógica formidable, se puede también considerar la ciencia del bueno vivir.
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