“Buscad y hallaréis”


“Buscad y hallaréis”

En la Tierra o en el Espacio, en la posición de encarnados o desencarnados, encontramos siempre aquello que buscamos durante las experiencias evolutivas. Actuando por nosotros mismos, o atendiendo a las sugestiones de espíritus menos esclarecidos, cosecharemos, hoy o mañana, el fruto de nuestras propias obras. Nuestra vida, de acuerdo con la simbología acordada por los Espíritus Superiores, puede ser comparada con una balanza común. Y el Libre Albedrío representará siempre, el fiel de esa balanza.

En uno de los platillos, se acumularán nuestras creaciones inferiores, repletas de las sugestiones menos dignas de nuestros adversarios desencarnados. En la otra, nuestras creaciones más elevadas uniéndose a los pensamientos inspirados por los benefactores, ángeles de la guarda o Espíritus Familiares. Colocadas así, en pie de igualdad los dos platillos, el Libre Albedrío, esto es la voluntad consciente hará que una de ellas predomine por sobre la otra, creándonos tal elección, consecuencias ruinosas o benéficas, según el camino elegido. La elección es libre.

Los amigos de la Espiritualidad, aún los más abnegados, no solucionarán enteramente nuestros problemas. Habrán de orientarnos en nuestras silenciosas indagaciones, dejando con todo, que la resolución final nos pertenezca, con los que valorizarán ese inapreciable tesoro que se llama Libre Albedrío. Sin la libertad, aunque relativa, del Libre Albedrío, el progreso espiritual no sería consciente, sino que se efectivizaría simplemente por la fuerza de las cosas.

En la Escuela de la Vida, los Instructores Espirituales proceden con los hombres a la manera de los profesores con las criaturas; dan informes sobre las lecciones, las explican, refieren las fuentes de consulta, indican libros y autores. Pero dejan que los alumnos, durante el año lectivo se preparen en el sentido que, en los exámenes finales obtengan, por el esfuerzo propio, buena voluntad y aplicación, notas que aseguren la promoción para la serie siguiente. El alumno irresponsable encontrará, al fin del período, lo que buscó: la reprobación y la vergüenza. El alumno aplicado, que se consagró al estudio, encontrará igualmente lo que buscó; las alegrías de aprobar. Todo de acuerdo con la lección del Maestro: “Buscad y hallaréis.”

En nuestra jornada evolutiva, naciendo, viviendo, muriendo, renaciendo nuevamente y progresar continuamente, somos alumnos que en su Libre Albedrío escogerán, en la mayoría de las oportunidades, el camino de las facilidades. Los Instructores Espirituales han sido, para todos nosotros, devotos maestros que nos observan la negligencia y la desidia, aguardando no obstante, pacientes y comprensivos, que las lecciones del tiempo y del dolor nos induzcan al reajuste. Jamás se incomodan cuando observan que nos inclinamos hacia el platillo de las sugestiones utilitaristas, pues saben que, buscando la ilusión, encontraremos más adelante, las hojas perdidas de las desilusiones.

No ignoran que, golpeando a la puerta de los engaños, ellas se ampliarán frente a nosotros, con el fin de que, participando en el banquete de las futilidades, seamos compelidos, más tarde, a buscar en los padrones del Evangelio, el camino para experiencias más elevadas. En un planeta como la Tierra, bien inferior, numerosas falanges de entidades desencarnadas, nos inspiran con tal frecuencia que su intensidad, (la intensidad de su influencia), no puede ser medida.

En el Evangelio y en el Espiritismo, se encuentran los recursos imprescindibles para nuestra seguridad. La práctica del Bien, la confianza en Dios, el esclarecimiento a través del Estudio, el trabajo constante en el Bien, todo esto bajo el amparo de la oración, sentida y practicada, habrán de preservarnos del asedio de las entidades que, en nombre de los viejos propósitos de venganza, o por simple perversidad, procuran dificultar nuestra ascensión. Golpeando a las puertas de los que sufren, para llevarles el mensaje consolador del Evangelio y el socorro de nuestras manos, encontraremos un día, la respuesta del Cielo a nuestras ansias de libertad. Siendo libres para la elección, encontraremos sin duda, lo que buscamos.

Martins Peralva

Extraído del libro “Estudiando el evangelio a la luz del espiritismo”

2 comentarios:

  1. Mateo 7:7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

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  2. Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá (Mateo 7:7-8)

    Generalmente, cuando se escucha esta promesa, la gente suele pensar que es un cheque en blanco girado al portador y que podemos pedir conforme a nuestra humana carnalidad y no conforme a la voluntad de Dios. Este es el punto donde la mayoría de la gente se frustra al no recibir el auto, la casa o una la cuenta repleta de dolares (Stg 4:3).

    Este es un error bien grave, porque piensan que mientras mas oren por estas cosas, pueden torcer el brazo de Dios para conceder sus vanos deleites.

    https://recursoscristianosweb.com/reflexiones/pedid-y-se-os-dara/

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