PARA SER
FELIZ
Confía en Dios.
Acepta en el deber de cada día, la voluntad del Señor
para las horas de hoy.
No huyas de la
simplicidad.
Conserva la mente
interesada en el trabajo edificante.
Detente en el “lado bueno” de las personas, de las
situaciones y de las cosas.
Guarda el corazón
sin resentimiento.
Crea esperanza y
optimismo donde estuvieres.
Reflexiona en las necesidades ajenas, buscando
suprimirlas o atenuarlas.
Haz todo el bien que pudieres, a favor de los demás, sin
pedir remuneración.
Auxilia mucho.
Espera poco.
Sirve siempre.
Esparce la felicidad en el camino ajeno cuanto sea
posible. Experimentemos semejantes conceptos en la vida práctica y adquiriremos
la luminosa ciencia de ser feliz.
(Página
recibida por Francisco Cândido
Xavier.)
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