Caracteres de la revelación espirita 29
56. —¿Cual
es la utilidad de la doctrina moral de los Espíritus, puesto que no es otra
cosa que la del Cristo? ¿Tiene el hombre necesidad de una nueva revelacion,
pudiendo encontrar en las anteriores y en sí mismo lo que necesita para
conducirse honestamente? Bajo el punto de vista moral no hay duda en que Dios
ha dado al hombre en su conciencia un guía que le dice:
«lo que no
quieras para tí no lo hagas á otro.» La moral natural está realmente inscrita
en el corazón de los hombres; pero no todos saben leer en él. ¿No se han
desconocido nunca sus sabios preceptos? ¿Qué han hecho de la moral de Cristo?
¿Cómo la practican los mismos que la enseñan ? ¿No ha llegado á ser letra
muerta, una
bella teoría para los otros, y no para sí? No se puede inculpar á un padre
después de repetir diez y cien veces á sus hijos las mismas instrucciones, si
ve que no las aprovechan. ¿Porqué Dios ha de hacer menos que un padre de
familia? ¿Porqué no ha de enviar de tiempo en tiempo á los hombres mensajeros
especiales encargados de recordarles sus deberes, y de traerlos á buen camino
cuando se extravían; y de abrir los ojos del entendimiento á los que los tienen
cerrados, del mismo modo que los hombres mas adelantados envían misioneros á
las regiones salvajes y bárbaras?
Los
Espíritus no enseñan otra moral que la de Jesucristo por la excelente razon de
que no la hay mejor ni mas propia para hacer la felicidad humana. Mas entónces,
¿á qué su enseñanza, puesto que no dicen sino lo que ya sabemos? Lo mismo
podría haberse dicho de la moral de Jesucristo que enseñaron ántes Sócrates y
Platon en términos casi idénticos, y de todos los moralistas que despues de él
repiten la misma cosa en todos los tonos y bajo todas formas. Pues bien, los
Espíritus vienen simplemente á aumentar el número de los moralistas, con la
diferencia de que, manifestándose por todas partes, se hacen oir en la choza lo
mismo que en el palacio, y por los ignorantes, lo mismo que por las personas
instruidas. Lo que la enseñanza de los Espíritus añade á la moral del Cristo,
es el conocimiento de los principios que unen á los vivos y á los muertos que completan las nociones vagas que se
tenian del alma, de su pasado y de su porvenir, y que dan por sancion á su
doctrina las leyes mismas de la naturaleza. Con auxilio de las nuevas luces
aportadas por el Espiritismo y los Espíritus, comprende el hombre la solidariedad
que une á todos los seres: la caridad y la fraternidad se hacen una necesidad
social, y ejecuta por conviccion, lo que no
hacia sino
por temor y lo hace mejor.
Cuando los
hombres practiquen la moral de Cristo, podrá decirse con razon que no tienen necesidad
de moralistas encarnados ni desencarnados; mas entonces, tampoco Dios los
enviará.
Extraído del libro “EL GÉNESIS
LOS
MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec
Allan Kardec
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