Nuestra
Oración
Señor, enseñanos: a orar sin olvidar el
trabajo; a dar sin mirar a quien; a servir sin preguntar hasta cuando; a sufrir
sin culpar a nadie; a progresar sin perder la sencillez; a sembrar el bien sin
pensar en los resultados; a disculpar sin condiciones; a marchar hacia adelante
sin contar los obstáculos; a observar
sin malicia; a escuchar sin desvirtuar los asuntos; a hablar sin herir; a
comprender al prójimo sin exigir comprensión; a respetar a los semejantes, sin
reclamar consideración; a dar lo mejor de nosotros, más allá de la ejecución de
nuestro propio deber, sin cobrar tasas de reconocimiento.
Señor: fortalécenos la paciencia ante las
dificultades de los demás, así como precisamos de la paciencia de los demás
ante nuestras dificultades.
Ayúdanos para que no hagamos a nadie
aquello que no deseamos para nosotros.
Sobre todo, auxílianos para reconocer que
nuestra felicidad mayor será, invariablemente, la de cumplir con tus designios
dónde y cómo quieras, hoy, ahora y siempre.
Francisco Cândido Xavier – Emmanuel
(Mensaje tanscripto del libro “Pasos de la Vida” IDE Editora, 1985)
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