Caracteres de la revelación espirita 31
Si uno solo de entre ellos, Moisés,
Elias, Sócrates ó Platon, hubiese venido en estos últimos tiempos á revelar á
los hombres el estado del mundo espiritual ¿ qué habría logrado la verdad de
sus aserciones en esta época de excepticismo? ¿No se le habría
tenido por un soñador ó un utopista?
Suponiendo que estuviesen sus instrucciones en la verdad absoluta, hubieran
pasado aun algunos siglos antes que sus ideas hubiesen sido aceptadas por las
masas.
Dios, en su sabiduría, no ha querido que
fuera así, sino que la enseñanza se diese por los Espíritus mismos, y no por
encarnados, á fin de convencer de su existencia, y que tuviese lugar en toda la
tierra, ya para propagarla mas rápidamente, ya para que se encontrase en la
coincidencia de la enseñanza una prueba de la verdad, teniendo al mismo tiempo
cada uno los medios de convencerse por sí mismo.
60.—Los Espíritus no vienen á emancipar
al hombre del trabajo, del estudio y de las investigaciones: no le comunican
ninguna ciencia ya formada : sobre lo que el hombre puede procurarse por sí
mismo , le dejan abandonado á sus propias fuerzas: lo cual es bien sabido ya
por todos los espiritistas. Hace mucho tiempo que la experiencia ha demostrado
el error de la opinion que atribuía á los Espíritus todo saber y toda ciencia,
y que bastaba preguntar al primero que se presentase para aprenderlo todo.
Salidos los Espíritus de la humanidad son una de las fases de la misma: como en
la tierra, los hay superiores y vulgares, y por consecuencia los hay que ,
científica y filosóficamente, saben menos que ciertos hombres: dicen lo que
saben, ni mas ni menos; y como entre los hombres, los mas adelantados pueden
instruirnos sobre mas cosas, y darnos mejores consejos, que los mas atrasados.
Pedir consejos á los Espíritus, no es, por lo tanto, dirigirse á inteligencias
superiores ó sobrenaturales, sinó á sus iguales, á los mismos á quienes se
habría dirigido si viviesen; á sus
padres, á sus amigos ó á individuos mas ilustrados que nosotros. Hé aquí lo que
conviene no olvidar, y lo que ignoran los que, no habiendo estudiado el
Espiritismo, se forman una idea completamente errónea acerca de la naturaleza
del mundo de los Espíritus y de las relaciones de ultra-tumba.
Extraído del libro “EL
GÉNESIS
LOS MILAGROS Y LAS
PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec
Allan Kardec
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