ACCIÓN DE GRACIAS POR EL BIEN
CONCEDIDO A NUESTROS ENEMIGOS
48. PREFACIO. No desear mal a los enemigos,
es ser caritativo a medias; la verdadera
caridad requiere
que le deseemos el bien y que nos
alegremos por las
gracias que Dios les conceda.
49. ORACIÓN. ¡Oh Dios, en vuestra justicia,
entendiste un deber alegrar el corazón de
N... Yo os lo
agradezco por él, a pesar del mal que me
hizo o que
procura hacerme. Si se aprovechase de ello
para
humillarme, lo aceptaré como una prueba
para mí,
ejerciendo la caridad.
Buenos Espíritus que me protegéis no
permitáis
que conciba por ello ningún pesar; desviad
de mí la
envidia y los celos que degradan;
inspiradme por el
contrario, la generosidad que eleva. La humillación está
en el mal y no en el bien y sabemos que
tarde o temprano
se hará a
cada uno justicia según sus obras.
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