El yugo ligero
1. Venid a mí todos los que estais trabajados y
cargados y yo os aliviaré. -
Traed mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que
manso soy y humilde de
corazón: y hallaréis reposo para vuestras almas. -
Porque mi yugo suave es, y mi
carga ligera. (San Mateo, cap. XI, v. 28, 29 y 30).
2. Todos los sufrimientos, miserias, desengaños,
dolores físicos y pérdidas de
seres queridos, encuentran su consuelo en la fe del
porvenir y en la confianza en la
justicia de Dios que Cristo vino a enseñar a los
hombres. Para el que nada espera
después de esta vida, o que simplemente duda, al
contrario, las aflicciones caen sobre él
con todo su peso y ninguna esperanza viene a endulzar
su amargura. Esto es lo que hizo
décir a Jesús "venid a mí, todos los que estáis
trabajados, y cargados y yo os aliviaré".
Sin embargo, Jesús pone una condición a su asistencia
y a la felicidad que
promete a los afligidos, esta condición está en la ley
que enseña; su yugo es la observancia
de esta ley, pero aquél, es ligero y éste suave,
puesto que impone por deber el
amor y la caridad.
Extraído del libro “El evangelio según el espiritismo”
Allan Kardec
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