La Ley de Causa y Efecto


La Ley de Causa y Efecto


-LA LEY DE CAUSAS Y EFECTOS Y EL JUZGAMIENTO.: No debemos pensar que las tribulaciones y dolores que atraviesa un ser en una existencia se deban indefectiblemente a errores cometidos en otras. Ésta es una observación simplista y constituye un acto de juzgamiento. Hay muchas razones por las que un ser puede planificarse una existencia de limitaciones, como por ejemplo misiones que se compromete a llevar a cabo. Otras veces se trata de espíritus muy evolucionados, pero que deben desarrollar potencias específicas en algún aspecto y encarnan en un medio que, aunque defícil por sus características, le permite concretar ese estado de progreso específico.
-LA LEY DE CAUSAS Y EFECTOS Y LA FAMILIA.: Atento a las manifestaciones de los espíritus y también a través de la información obtenida por la regresión de memoria, encontramos que los seres que hoy conforman nuestra familia, en muchos casos tienen un pasado común, con historias de luchas, de amor, de enfrentamiento. Por ello es importante que centremos nuestro accionar en ella, porque seguramente tendremos mucho que trabajar en la trama de relaciones que en una familia se entretejen.
-LA LEY DE CAUSAS Y EFECTOS TIENE CONNOTACIONES MUY PROFUNDAS.:Que en nada se parecen, ni cercanamente, a la definición de la Ley del Talión, y de muchas de esas connotaciones sólo tenemos atisbos de comprensión, porque partimos muchas veces de nuestra limitada visión, influida casi siempre de nuestros deseos, de nuestra propia concepción, de nuestros errores personales. Estos hacen que en variadas circunstancias deseemos adaptar la Ley de Justicia a nuestros gustos o necesidades. Ante esto, el mundo espiritual nos reitera permanentemente una premisa para tener siempre delante de nuestra vista: HUMILDAD. La humildad para tratar de comprender los procesos, las situaciones, los seres y las circunstancias de nuestra vida. Incluso para entender que no podemos saber todo sobre la evolución, sobre la mecánica y el sentido profundo de la Ley. Pero no como si esto fuera un misterio, sino como resultado de las limitaciones de nuestra visión de encarnados que, aunque tratemos de evitar, nos hace apreciar los seres y los hechos desde nuestra óptica personal.
No especulemos ante la Ley de Justicia, implícita firmemente en la Ley de Causas y Efectos. Ésta existe, es imanente. Tampoco actuemos oprimidos en nuestro pasado y sus consecuencias en esta existencia. No trabajemos nuestro progreso como si tuviéramos una espada de Damocles esperando nuestra equivocación.


Seamos espontáneos, tomemos nuestras limitaciones no como culpas o pecados, sino como material que ha de ser reelaborado hacia estados positivos. Actuemos con solidaridad, con amor por el solo hecho de ver felices a quienes nos rodean, por tratar de sentir, aunque sea en forma intermitente, ese estado de plenitud, de vibración, que nos hace sentir hermanos a todos los seres de la creación.

CLAUDIO DUBRICH

Albert B.B

1 comentario:

  1. Seamos espontáneos, tomemos nuestras limitaciones no como culpas o pecados, sino como material que ha de ser reelaborado hacia estados positivos. Actuemos con solidaridad, con amor por el solo hecho de ver felices a quienes nos rodean, por tratar de sentir, aunque sea en forma intermitente, ese estado de plenitud, de vibración, que nos hace sentir hermanos a todos los seres de la creación.

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