JESÚS EN BETANIA III
LA MEJOR PARTE
LA QUE NO LE SERÁ QUITADA…
Es sin dudas expresiva la información dada por Jesús a
Marta, respecto de que María
había escogido la mejor parte, la que no le sería
quitada.
La comprensión espiritual es un patrimonio imperdible.
No puede ser dado, ni vendido, ni cambiado, ni quitado
por quien quiera que sea.
Nadie puede anular, o extinguir en el hombre la
comprensión espiritual a aquel que la
adquirió, mediante experiencias personales, que se
pierden en la noche de milenios sin
cuenta. El entendimiento de las cosas del espíritu es
como el talento y la cultura, el bien y la
moral: se incorporan con el tiempo, de manera plena y
definitiva, en el ser humano, como
fruto de la experiencia personal.
El hombre entiende porque sabe.
El hombre entiende, porque siente, ejemplifica y vive
en persona, ese entendimiento
que no se puede definir por medio de palabras.
Las inquietudes que constantemente nos visitan el
corazón, en medio de las luchas
cotidianas, en forma de ansiosa intranquilidad ante
los problemas y soluciones terrestres,
significan que aún estamos sintonizados con las Martas
del mundo y en disonancia con las
Marías
del Cielo.
La conmovedora escena, en el hogar de Betania, aunque
se remonte ha casi ya dos mil
años, debe merecer una especial consideración por
parte de nosotros, aprendices del
Evangelio, estudiosos del Espiritismo y aspirantes a
la luz de la Inmortalidad Gloriosa.
El tiempo no empalidece ni apaga las lecciones
cristianas.
El entendimiento se revela, evidenciándose en el
discernimiento.
Discernimiento claro, equivale a entendimiento
superior.
Existe una proporción en el aprecio a las cosas del
mundo y a las cosas del Cielo.
El hombre demostrará haber superado la órbita de la
materialidad a partir del instante
en que el porcentaje de sus intereses por las cosas
espirituales se eleve de cincuenta.
Cincuenta por ciento para la parte material y
cincuenta por ciento para la espiritual,
representan la llamada “línea de transición.”
Cuando la individualidad humana siente, ella por sí y
no por otros, que ofrece desde su
corazón, sesenta por ciento de interés por las cosas
espirituales y cuarenta a las materiales,
podemos decir que fue superada la difícil y neurálgica
fase de transición.
Hay progreso en el andar.
Cuando hubiera una proporción de ochenta por ciento
para el espíritu y veinte por
ciento para la materia, podemos decir que en la
maratón evolutiva, el atleta va bien.
La meta definitiva, con un ciento por ciento de
espiritualidad, define al hombre que
triunfó sobre sí mismo.
Es el instante en que el espíritu humano, viajero de
la Eternidad, puede escribir el
Poema Universal de la “Victoria Sobre Sí Mismo”,
asimilando así, la palabra del Cristo:
“Sed perfectos, como perfecto es el Padre Celestial”.
En la conquista de esa posición, para la cual estamos
aún totalmente inmaduros, es
necesario el discernimiento en la elección de la mejor
parte.
De la parte espiritual, esa que nadie puede quitar…
Martins Peralva
Extraído del libro “Estudiando el evangelio a la luz del espiritismo”
Jesús visita a Marta y a María
ResponderEliminar38 Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.
39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.
40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
42 Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.