ACTO DE SUMISIÓN Y RESIGNACIÓN
30. PREFACIO. Cuando nos alcanza un motivo
de aflicción,
si buscamos la causa encontraremos
imprudencia, de nuestra imprevisión, o de
nuestra
acción anterior; en este caso, a nadie
debemos culpar
sino a nosotros mismos. Si la causa de una
desgracia
es independiente de toda participación
nuestra, es una
prueba para esta vida o la expiación de
una existencia
pasada y en este último caso, la
naturaleza de la
expiación puede hacernos conocer la
naturaleza de la
falta, porque siempre somos castigados por
donde
hemos pecado. (Cap. V, números 4, 6 y
siguientes).
En lo que nos aflige, en general, sólo
vemos el
mal presente y no las consecuencias
ulteriores
favorables que esto puede tener. El bien
es muchas
veces consecuencia del mal pasajero, como
la curación
de un enfermo es el resultado de los
medios dolorosos
que se han empleado para obtenerla. En
todos los casos
debemos someternos a la voluntad de Dios y
soportar
con valor las tribulaciones de la vida, si
queremos que
se nos tome en cuenta y que se nos
apliquen estas
palabras de Cristo: “Bienaventurados los que
sufren”.
(Cap. V, número 18).
31. ORACIÓN. ¡Oh Dios! Sois soberanamente
justo; todo sufrimiento en este mundo,
debe, pues,
tener su causa y su utilidad. Yo acepto el
motivo de
aflicción que acabo de experimentar como
una expiación
de mis faltas pasadas y una prueba para el
futuro.
Buenos Espíritus que me protegéis, dadme
fuerza para soportarla sin murmurar; haced
que sea
para mí una advertencia saludable, que
aumente mi
experiencia y que combata en mí el
orgullo, la ambición,
la necia vanidad y el egoísmo, y que todo
contribuya
para mi adelantamiento.
¡Oh Dios! Sois soberanamente
ResponderEliminarjusto; todo sufrimiento en este mundo, debe, pues,
tener su causa y su utilidad. Yo acepto el motivo de
aflicción que acabo de experimentar como una expiación
de mis faltas pasadas y una prueba para el futuro.
Buenos Espíritus que me protegéis, dadme
fuerza para soportarla sin murmurar; haced que sea
para mí una advertencia saludable, que aumente mi
experiencia y que combata en mí el orgullo, la ambición,
la necia vanidad y el egoísmo, y que todo contribuya
para mi adelantamiento.