ACTO DE SUMISIÓN Y RESIGNACIÓN
32. (Otra) Oh Dios, siento la necesidad de
rogaros para que me deis fuerza para
sobrellevar las
pruebas que os plazca enviarme. Permitid
que la luz sea
bastante viva para que mi Espíritu aprecie
toda la
extensión de un amor que me aflige por
querer salvarme.
Yo me someto con resignación, ¡oh Dios!,
pero, ¡ay de
mí! La criatura es tan débil, que si vos
no me sostenéis,
temo sucumbir. No me abandonéis, Señor,
porque sin
vos no soy nada.
No me abandonéis, Señor, porque sin vos no soy nada.
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