El Espiritismo y la Mujer 2


El Espiritismo y la Mujer 2


Para desempeñar, sin embargo, tan sagrada misión educativa, era necesaria la iniciación en el gran misterio de la vida y del destino, el conocimiento de la ley de las preexistencias y de las reencarnaciones; porque sólo esa ley da a la vida del ser, que va desabrochar bajo la égida materna, su significación tan bella y tan conmovedora. Esa benéfica influencia de la mujer iniciada, que irradiaba sobre el mundo antiguo como una dulce claridad, fue destruida por la leyenda bíblica del pecado original. Según las Escrituras, la mujer es responsable por la corrupción el hombre; ella pierde a Adán y, con él, a toda la Humanidad; consecuentemente atrayendo Sanción..

Un pasaje de Eclesiastés la declara “una cosa más amarga que la muerte”. El casamiento mismo parece un mal: “Que los que tienen esposas sean como si no las tuviesen” – exclama Pablo. En ese punto, como en tantos otros, la tradición y el espíritu judaico prevalecieron, en la Iglesia, sobre el modo de entender del Cristo, que fue siempre benévolo, compasivo, afectuoso para con la mujer. En todas las circunstancias la escuda él con su protección; le dirige sus más tocantes parábolas. Le extiende siempre la mano, aún cuando decaía. Por eso las mujeres reconocidas forman una especie de cortejo y muchas lo acompañaron hasta la muerte. La situación de la mujer, en la civilización contemporánea, es difícil, en lo raro y dolorosa.

No siempre la mujer tiene para sí los usos y las leyes; mil peligros la cercan, si ella flaquea, si sucumbe, raramente se le extiende la mano amiga. La corrupción de las costumbres hace de la mujer la víctima del siglo. La miseria , las lágrimas, la prostitución, el suicidio – tal es la suerte del gran número de pobres criaturas en nuestras sociedades opulentas. Una reacción, sin embargo, ya se va operando. Bajo la denominación de feminismo, un cierto movimiento se acentúa legítimo en su principio, pero también exagerado en sus intuitos; porque al lado de las justas reivindicaciones, enuncia propósitos que harían de la mujer, no más la mujer, sino una copia, parodia del hombre. El movimiento feminista desconoce el verdadero papel de la mujer y tiende a desviarla del destino que natural y normalmente le fue trazado.

El hombre y la mujer nacieron para funciones diferentes, pero complementarias. En el punto de vista de la acción social, son equivalentes e inseparables. El Espiritualismo moderno, gracias a sus prácticas y doctrinas, todas de ideal, de amor, de equidad, encara la cuestión de modo diverso y resuelve sin esfuerzo. Restituye a la mujer su verdadero lugar en la familia y en la obra social, indicándole la sublime función que le cabe desempeñar en la educación y en el adelantamiento de la Humanidad. Hace más, la reintegra en su misión de mediadora predestinada, verdadero trazo de unión que liga las sociedades de la Tierra a las del Espacio.

León Denis
Extraído del libro “En lo Invisible”


 

1 comentario:

  1. Cuando el espiritismo y el feminismo fueron compañeros de viaje

    VALÈNCIA.-Que suene extraño no significa que no sea cierto. Mucho antes de que se hablara de feminismo como una corriente de pensamiento, incluso antes de que la lucha por los derechos de la mujer se centraba en conseguir el derecho al sufragio, el ocultismo y el espiritismo se convirtieron en ámbitos donde ellas empezaron a alcanzar cierta igualdad con los hombres y comenzaron a romper las primera barreras. Mme LeNormand, las hermanas Fox, Helena Blavatsky, Bertha Pappenheim, Victoria Woodhull Martin… sin olvidar a la española Amalia Domingo (una de las fundadoras de La Sociedad Autónoma de Mujeres de Barcelona, la primera asociación feminista de España) han quedado relegadas a los pies de página de la historia, pero participaron de ambos movimientos.

    https://valenciaplaza.com/feminismo-espiritismo

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