El Espirita Y El Mundo Actual 2


Por José Herculano Pires

La oración es el arma más poderosa de la que el espirita dispone, como enseño Kardec, como proclamó León Denis y como acentuó Miguel Vives. La oración verdadera, brotada del interior, como la fuente límpida brota de las entrañas de la tierra, es de un poder incalculable para el hombre. El espirita debe servirse constantemente de la oración. Ella le calmará el corazón inquieto y aclarara los caminos del mundo. La propia ciencia materialista está hoy probando el poder del pensamiento y su capacidad de transmisión al infinito. El pensamiento empleado en la oración lleva a la carga emotiva de los más puros y profundos sentimientos. El espirita ya no puede dudar del poder de la oración, predicado por el Espiritismo. Cuando algunos “maestros” ocultistas o espiritas distraídos llamaron a la oración de muleta, el espirita convicto debe recordar que Cristo también la usaba y también la enseñó. Bendita muleta es esa, que el propio Maestro de los Maestros manejo al margen del camino, en su luminoso pasaje por la Tierra!

El espirita sabe que la muerte no existe, que el dolor no es una venganza de los dioses o un castigo de Dios, más si una fuerza de equilibrio y una ley de educación, como explico León Denis. Sabe que la vida terrena es apenas un periodo de pruebas y expiaciones, en e las que el espíritu inmortal se mejora, con vistas a la verdadera vida, que es la espiritual. Los problemas angustiantes del mundo actual no pueden perturbarlo. El está amparado, no en una fortaleza perecible, más si en la seguridad dinámica de la comprensión, del apercibimiento constante de la realidad viva que lo rodea y de la que el mismo es parte integrante. Los cambios incesantes de las cosas, que nos revelan la inestabilidad del mundo, ya no pueden asustar al espirita, que conoce la ley de evolución. ¿Cómo puede el inquietarse o angustiarse, ante el mundo actual?

El Espiritismo le enseña y demuestra que este mundo en que ahora nos encontramos, lejos de amenazarnos con la muerte y la destrucción, nos anima con la resurrección y nueva vida. el espirita ha de enfrentar el mundo actual con la confianza que el Espiritismo le da, esa confianza racional en Dios y en sus admirables leyes, que rigen las constelaciones atómicas en el seno de la materia y en las constelaciones astrales en el seno del infinito. El espirita no teme, porque conoce el proceso de la vida, en sus múltiples aspectos, y, sabe que el mal es un fenómeno relativo, que caracteriza los mundos superiores, que lo esperan en la distancia y que los propios materialistas hoy procuran alcanzar con sus cohetes y naves espaciales. No son, por tanto, mundos utópicos, ilusorios, más si realidades concretas del Universo visible.

Confiando en Dios, inteligencia suprema del Universo y causa primera de todas las cosas, -poder supremo e indefinible, al que las religiones dogmaticas dieron la apariencia errónea de la propia criatura humana,- el espirita no tiene que temer, desde que procure seguir los principios sublimes de su Doctrina. Dios es amor, escribió el apóstol Juan. Dios es la fuente del Bien y de la Belleza, como afirmaba Platón. Dios es aquella necesidad lógica a la que se refería Descartes, que no podemos quitar del Universo sin que el Universo se deshaga. El espirita sabe que no tiene apenas creencias, pues posee conocimientos. Y quien conoce no teme, pues solo lo desconocido nos da miedo.

El mundo actuales el campo de batalla del espirita. Más también su oficina, aquella oficina en la que el forja un mundo nuevo. Día a día el debe golpear el yunque del futuro. A cada día que pasa, un poco de trabajo se realiza. El espirita es el constructor de su propio futuro en el mundo. Si el espirita rechaza, si teme, si vacila, puede comprometer su gran obra. Nada le debe perturbar el trabajo, en la turbulenta más si promisora oficina del mundo actual.

En resumen:

El espirita es el consciente constructor de una nueva forma de vida humana en la Tierra y de la vida espiritual en el Espacio; su responsabilidad es proporcional a su conocimiento de la realidad, que la Nueva Revelación le dio; su deber es el de enfrentar las dificultades actuales, y transformarlas en nuevas oportunidades de progreso, no puede ser olvidado un momento siquiera; espiritas, cumplamos con nuestro deber!

1 comentario:

  1. El 9 de octubre de 1861 ocurría en España algo que muchos ya habían advertido. Tenía lugar el Auto de Fe de Barcelona mediante el cual la Iglesia Católica ordenó la cremación de 300 volúmenes y folletos sobre el espiritismo. Se quemaron los libros y revistas de Kardec, así como todos aquellos volúmenes y periódicos relacionados con el espiritismo que el Obispo Antonio Palaus y Termens consideró objeto de purga y cremación, aventado por el papa Pío IX, como señala Florentino Barrera en su libro Auto de Fe de Barcelona.

    Todo empezó porque Maurice Lachâtre, editor francés, había acabado estableciéndose en Barcelona, ciudad en la que abrió una librería. Lachâtre había pedido a su paisano Kardec que le enviara una partida de libros espíritas a fin de venderlos en España, pero los ejemplares fueron incautados en la frontera por orden del obispo de Barcelona, Antonio Palau Termes, al amparo de la siguiente justificación: “La Iglesia Católica es universal. Estos libros son contrarios a la fe católica, y el gobierno no puede consentir que perviertan la moral y la religión de otros países”.

    https://www.historiaespanaymundo.com/secciones/aqui-hay-historia/espiritismo-otra-religion-espana

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