¡NO, AL
PERSONALISMO ESPÍRITA!
Hermano José
Siempre
que sea posible, di ¡no!, al personalismo espírita, a fin de que no te
transformes en instrumento de distorsión de los propios principios que abrazas,
en la reviviscencia del Evangelio.
Valoriza,
mas valoriza con sinceridad, el esfuerzo de todo hermano, que se empeñe en la
Causa que nos es común.
No
desprecies la buena voluntad del más humilde trabajador que, con frecuencia,
tal como te acontece, puede estar equivocándose movido por el deseo de ser útil
al ideal de propagar la verdad entre los hombres.
Por
mayor que sea tu vivencia en el campo de la Doctrina, no te juzgues infalible
en las opiniones que emites en torno de este o de aquel postulado de naturaleza
doctrinaria.
Huye
de considerarte exento de flaquear ante las tentaciones del mal, que no
perdonan a nadie, con base en las imperfecciones morales que todos traemos de
anteriores existencias.
No
busques pretextos para esquivarte en las tareas más simples, que supones deban
ser desempeñadas por hermanos, que no se encuentren investidos de tus responsabilidades
dentro del Movimiento. Ten cuidado de sólo hablar de lo mucho que ya consideras saber, ocupando
la tribuna con elocuencia o escribiendo páginas brillantes, olvidándote del
ejemplo que debes dar en testimonio de la Fe en la que pretendes hacerte
apóstol.
Recurre,
con frecuencia, a la oración, valiéndote de los instantes de recogimiento con
que ella te favorece, para una mayor toma de conciencia en cuanto a la
necesidad de renovarte íntimamente, sin que nadie tome la iniciativa de hacer
un sumario de tus errores.
Ejerce
la facultad mediúmnica de la que eres portador, como quien se desdobla en el
sentido de valorizar la oportunidad que la Vida le concede de reajustarse ante
la Ley, y no como quien se encuentra, en la Tierra, investido de elevada misión
que el Mundo Superior le confirió.
Sirve
sin reclamar y no esperes otra recompensa diferente del privilegio de continuar
sirviendo, en la condición del último entre los últimos siervos del Señor, que,
Él, nos invita a ceñirnos con una toalla y lavar los pies de los compañeros
que, a nuestro lado, perseveran en la larga jornada.
(Página recibida por el médium Carlos A. Baccelli, en
reunión del Lar Espírita “Pedro y Pablo”, en la mañana del día 08/08/2004, En
Uberaba, Minas
Gerais, Brasil)
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