Caracteres de la revelación espirita 10
20. —El solo
hecho de la posibilidad de comunicar con los séres del mundo espiritual tiene
consecuencias incalculables y de la mayor gravedad: es todo un mundo nuevo que
se revela y que tiene tanta mayor importancia cuanto que interesa á todos sin
distincion.
Este
conocimiento no puedemenos de producir, generalizándose, una modificacion
profunda en las costumbres, carácter, hábitos y creencias que tanto influyen en
las relaciones sociales. Es toda una revolucion que se verifica en las ideas,
tanto mas radical y potente,
cuanto que
no se limita á un pueblo ó á una raza, sino qué afecta en sus sentimientos mas
íntimos á todas las clases, á todas las nacionalidades, á todos los cultos. Por
eso se considera con razon al Espiritismo como la tercera gran revelacion,
veamos en que se diferencian y por que lazos están unidas entre sí.
21 .—Moisés
como profeta ha revelado á los hombres el conocimiento de un solo Dios,
Soberano Señor y Creador de todas las cosas: ha promulgado la ley del Sinaí y
echado los cimientos de la verdadera fé. Como hombre, ha sido el legislador del
pueblo por quien esta fé primitiva, depurándose, debia un dia esparcirse por
toda la haz
de la Tierra.
22.
—Jesü-Cristo, tomando de la ley antigua lo que es divino y eterno, y desechando
lo que era transitorio, puramente disciplinario y de concepcion humana, añade
la revelacion de la vida futura, de que Moisés no habia hablado, y la de las
penas y recompensas que aguardan al hombre despues de la muerte.
{Véase la
Revsta Espirita 1861 p.p. 90 y 280.)
23.—La parte
mas importante de la revelacion del Cristo, en el sentido de que es el
principal distintivo y la piedra angular de toda su doctrina , es el nuevo
punto de vista bajo que hace considerar á la divinidad. No es el Dios terrible,
celoso y vengativo de Moisés; el
Dios cruel é
implacable que riega la tierra con sangre humana, y ordena la matanza y el
exterminio de los pueblos, sin esceptuar á las mujeres, niños, ni ancianos, y
que castiga á los que perdonan á las víctimas. No es el Dios injusto que
castiga á todo un pueblo por
el pecado de
su rey; que se venga del culpable en la persona del inocente, y hiere á los
hijos por las faltas de sus padres; sino un Dios clemente, soberanamente justo
y bueno, lleno de mansedumbre y de misericordia, que perdona al pecador
arrepentido y da á cada uno segun sus merecimientos. No es el Dios de un solo
pueblo privilegiado, el Dios de los ejércitos que preside los combates para
sostener su propia causa contra el Dios de los otros pueblos ; sino el padre
comun del género humano que estiende su proteccion á todos sus hijos y los
llama hacia él. No es tampoco el Dios que recompensa y castiga con solos los
bienes
de la
tierra, y que hace consistir la gloria y la felicidad en la dominacion y
esclavitud de los pueblos rivales y en la multiplicidad de su progenie; sinó
que dice á los hombres: «Vuestra verdadera patria no está en este mundo, sinó
en el cielo; allí es donde los humildes de corazon serán ensalzados, y abatidos
los soberbios.»
No es el
Dios que hace una virtud de la venganza y manda dar ojo por ojo, y diente por
diente; sino el Dios de misericordia, que dice: «Perdonadlas injurias, si
quereis que se os perdonen vuestros pecados: devolved bien por mal; no hagais á
otro lo que no querais que hagan con vosotros.» No es ya el Dios mezquino y
meticuloso que impone bajo las mas rigorosas penas la manera con que quiere ser
adorado, y que se ofende por la inobservancia de una fórmula ; sino el Dios
grande que mira las intenciones y no se honra con
las
exterioridades. No es, en fin, el Dios que quiere ser temido; sinó el Dios que
desea ser amado.
LOS
MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec
Allan Kardec
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