Memorias
Desde que me recuerdo he caminado
Y estaré caminando por estas calles
De mi querido pueblo junqueño.
Y estaré en cada rincón, en cada esquina
La vigilia de mis ojos y el alzar de mis sueños.
En el recuerdo de mis memorias
No vi derrumbarse tus calles
Tus calles eran de gorgoreo, de respecto
De anhelo al caminante a caminar
Entre las caminatas compartir el aroma del tabaco.
Hoy mis rodillas me tiemblan
Hoy mis manos descansan de tanto hilar
Se desmorona en las memorias
El canto del ruiseñor
Que hace vuelo y se va.
Siento mi corazón desangrar,
Y mi pensamiento vaga por tus montes
Cubierto por el paltizar.
Y cae la noche hostil y
las calles oscuras están.
El
canto del coquí guajón
Burla
mis pasos al tajo del río.
Rio
del Valenciano
Rio
de Gurabo
Ya
no se escucha igual.
Me
he olvidado de perderme
En
las veredas del cañaveral
Se
desmaya mis plegarias
A
no poder escuchar
La
melodía de la central.
Me
aguarda el olvido engañoso
Y
mengua mi alegría
Mi
perfil raya dolorido
Al
escuchar mi pueblo
Que
ronca en la oscuridad.
Me
acuerdo de que era niña
Y
por esas calles caminar.
Al
mirar las estrellas,
Reto
a la noche en cautiverio
Que
no me deje olvidarte.
De pronto se oscurece la memoria
Y se desborda los recuerdos
de un Juncos florecido
De amigos que ya partieron
Y otros que están por llegar.
Un sueño vago me arrebata
En el balbuceo del pensamiento
Me duermo en tus tierras
Para luego levantarme y florecer
como el árbol de Ceiba.
Iris de la Rosa Vélez
25 abril del 2017
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