Caracteres de la revelación espirita 18
38.—Sin la preexistencia
del alma, la doctrina del pecado original, no solo es inconciliable con la
justicia de Dios, que hace á todos los hombres responsables de la culpa de uno
solo, sinó que seria un absurdo incomprensible, tanto menos justificable cuanto
que el alma no existia en la época á que se pretende hacer subir su
responsabilidad. Con la preexistencia y la reencarnacion, el hombre aporta al
nacer el germen de sus imperfecciones pasadas, de los defectos de que no se ha
corregido y que se traducen por sus inclinaciones nativas y sus tendencias á
tal ó cual vicio. Ese es su pecado original verdadero, cuyas consecuencias
sufre, aunque con esta diferencia capital: que sufre la pena de sus propias
faltas, y no las de! "la falta; de otro; y además, esta circunstancia, á
un mismo tiempo consoladora, estimulante y eminentemente equitativa de que cada
existencia le ofrece los medios de redimirse por la enmienda y la reparación de
los daños que hubiere hecho, y de progresar, ya despojándose de alguna
imperfeccion, ya adquiriendo
nuevos conocimientos y
virtudes, y esto, hasta que suficientemente purificado, no tenga necesidad de
la vida corporal, y pueda vivir esclusivamente la vida espiritual, eterna y
bienaventurada del Espíritu. Por la misma razon el que ha progresado
moralmente, aporta al renacer cualidades nativas, como el que ha progresado
intelectualmente aparta ideas innatas: está identificado con el bien, lo
practica sin esfuerzo, sin mira ulterior, y por decirlo así, sin pensar en
ella. El que está obligado á combatir sus tendencias, está todavía en guerra:
el primero ha vencido ya, el segundo se encuentra en disposicion de vencer. Hay,
pues, virtud original, como hay saber original; y pecado, ó mejor dicho, vicio
original, es decir, inclinacion, disposicion, tendencia natural.
39.—El Espiritismo
experimental ha estudiado las propiedades de los fluidos espirituales y su
accion sobre la materia: ha demostrado la existencia del perispiritu,
sospechado desde la antigüedad, y designado por S. Pablo con el nombre de
Cuerpo espiritual, es decir, de cuerpo fluídico del alma, despues de la
destruccion del Cuerpo tangible. Se sabe hoy que esta envoltura es inseparable
del alma, que es uno de los elementos constitutivos del ser humano, el vehículo
para la transmision del pensamiento, y que durante su
union con el cuerpo, sirve
de lazo entre el espíritu y la materia. El perispíritu hace un papel tan
importante en el organismo y en multitud de afecciones, que se relaciona con la
Fisiología tanto como con la Psicología.
Extraído del libro “EL GÉNESIS
LOS
MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec
Allan Kardec
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