“Señor, he aquí, el que amas, está enfermo”


“Señor, he aquí, el que amas, está enfermo”

Se encontraba el Señor en Jerusalén, cuando Marta y María – dos jóvenes

residentes en Betania, mandaron a avisarle que Lázaro, hermano de ambas y

amigo de Jesús, estaba enfermo.

A pesar de la urgencia del recado, permaneció aún, el Divino Amigo dos

días en donde estaba, no obstante amar intensamente a los amigos de Betania.

No era pequeña la distancia entre Jerusalén y la aldea, por lo que, cuando

Jesús allí llegó, Lázaro ya estaba muerto y sepultado, según lo relata el

Evangelio.

No tenemos como objetivo formular consideraciones doctrinarias sobre la

muerte y resurrección del amigo del Señor, en su aspecto biológico, aunque

disponga el Espiritismo de explicación, clara y lógica para el suceso en sí

mismo.

Es nuestro deseo referirnos, exclusiva y simplemente, a las tres

principales frases proferidas por Jesús, (lo que será hecho en los capítulos

siguientes), en los cuales encontraremos preciosas e instructivas conclusiones

ligadas al complejo problema del despertar espiritual del hombre.

Meditando sobre tales frases, verificaremos que la persona “adormecida”

o “muerta”, para la Verdad Trascendente tendrá, como Lázaro, que despertar

erguirse y caminar bajo la influencia de factores sutiles y variados.

Factores que dependen inclusive, de la interferencia directa o indirecta de

terceros.

El despertar es gradual y se condiciona al funcionamiento, ecuánime y

perfecto, de las leyes naturales que rigen la evolución.

Nadie despertará instantáneamente.

Ninguno se levanta, de un momento para otro, del túmulo de la ignorancia

al santuario del conocimiento.

Nadie da un salto desde la cueva del egoísmo para la catedral de la

abnegación.

Ninguno, después de levantarse, conseguirá desfajarse con facilidad, sin el

concurso de amigos y benefactores, sean ellos encarnados o desencarnados.

Hay siempre alguien, intercediendo por nosotros, a la manera de Marta y

María, que se apresuran a enviar mensajeros al Cristo, a fin de que pudiese

Lázaro ser restituido a la dinámica de la vida.

El Maestro, escuchando el pedido, compareció a la humilde aldea de

Betania.

Atendiendo al afligido llamado de las jóvenes, que lloraban al hermano

muerto, pronunció las tres frases que, según la elucidación espírita, indican el

lento despertar del Espíritu para las bellezas de la Inmortalidad.

“Quitad la Piedra.”

“Lázaro, ven afuera.”

“Desatadle y dejadle ir.”

Martins Peralva

Extraído del libro “Estudiando el evangelio a la luz del espiritismo”

2 comentarios:

  1. Juan 11:3 Las hermanas entonces mandaron a decir a Jesús: Señor, mira, el que tú amas está enfermo.

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  2. LBLA Las hermanas entonces mandaron a decir a Jesús: Señor, mira, el que tú amas está enfermo.

    DHH Así pues, las dos hermanas mandaron a decir a Jesús: —Señor, tu amigo querido está enfermo.

    JBS Enviaron, pues, sus hermanas a él, diciendo: Señor, he aquí, el que amas está enfermo.

    NBLA Las hermanas entonces mandaron a decir a Jesús: «Señor, el que Tú amas está enfermo».

    NBV Las dos hermanas le enviaron este mensaje a Jesús: «Señor, tu amigo querido está enfermo».

    NTV Así que las dos hermanas le enviaron un mensaje a Jesús que decía: «Señor, tu querido amigo está muy enfermo».

    NVI Las dos hermanas mandaron a decirle a Jesús: «Señor, tu amigo querido está enfermo».

    CST Las dos hermanas mandaron a decirle a Jesús: «Señor, tu amigo querido está enfermo».

    PDT Así que las dos hermanas le mandaron decir a Jesús: —Señor, tu estimado amigo Lázaro está enfermo.

    BLP Las hermanas de Lázaro mandaron a Jesús este recado: — Señor, tu amigo está enfermo.

    BLPH Las hermanas de Lázaro mandaron a Jesús este recado: — Señor, tu amigo está enfermo.

    RVA-2015 Entonces sus hermanas enviaron a decir a Jesús: “Señor, he aquí el que amas está enfermo”.

    RVC Las hermanas mandaron a decir a Jesús: «Señor, el que amas está enfermo.»

    RVR1960 Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.

    RVR1977 Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, mira, el que amas está enfermo.

    RVR1995 Enviaron, pues, las hermanas a decir a Jesús: —Señor, el que amas está enfermo.

    RVA Enviaron, pues, sus hermanas á él, diciendo: Señor, he aquí, el que amas está enfermo.

    SRV-BRG Enviaron, pues, sus hermanas á él, diciendo: Señor, he aquí, el que amas está enfermo.

    TLA y sus hermanas le mandaron este mensaje a Jesús: «Señor, tu querido amigo Lázaro está enfermo.»

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