“entonces
se recordaron de sus palabras”
Ante la
realidad de la tumba vacía, situada en los generosos dominios de
José de
Arimatea, las mujeres que habían llegado desde la Galilea, se
recordaron
de las palabras de Jesús, a cerca de la resurrección en el tercer día.
En cuanto
el Señor estaba entre ellas, con los discípulos y con el pueblo,
disfrutando
de Su Presencia Sublime, no consiguieron aprehender sus
enseñanzas.
Olvidaron
sus lecciones, claras algunas veces, ocultas en otras ocasiones
bajo el
velo de la alegoría y la parábola.
Oían, pero
no guardaban.
Registraban
la suave resonancia de su verbo luminoso, mas no le
absorbían
el contenido divino y eterno.
Innumerables
veces, conforme describen los Evangelistas, confundían sus
enseñanzas,
dándole interpretaciones en desacuerdo con el real sentido de las
mismas.
Igualmente
se repite esto en los días que pasan, con relación al
intercambio
que se verifica entre los dos planos de la vida.
El mismo
fenómeno se verifica con referencia a los mensajes que la
Espiritualidad
Superior nos está enviando, en sucesivas ondas de luz y amor,
en una
demostración de que las compuertas celestes continúan abiertas de par
en par.
Jesús
retornó al mundo para educar y salvar, para consolar y esclarecer.
Nos trajo
de nuevo, abundantes semillas, que nos compete asimilar y
retener,
oír y guardar.
Orientación
para el ejercicio de la mediumnidad, cordón de luz entre el
Cielo y la
Tierra.
Consejos
sobre las necesidades de obedecer y servir con humildad.
Lecciones
en torno a la fraternidad, para que el amor se expanda.
Incentivos
al estudio noble, para que la cultura dignifique y eleve a la
criatura
humana.
Exhortaciones
a la indulgencia, para que la comprensión y el respeto
favorezcan
la convivencia armoniosa.
Valiosos
conceptos sobre el perdón, para que no se cultive la siembra del
odio.
Incesantes
consejos en pro de la reforma íntima, en consecutivos
derramamientos
de luz y misericordia, elevándonos el corazón conmovido,
siempre que
los mensajes surgen aquí y más allá.
Al suave
impulso de la voz de Lo Alto, indefinible paz nos invade el
alma,
trayéndonos la confortadora certeza de la presencia del Maestro, en el
santuario
de nuestra conciencia.
Con todo,
en los albores mediúmnicos y en las experiencias de
subalternidad
digna, obediencia y fraternidad, estudio e indulgencia, perdón y
esfuerzo
renovador son, sin duda aún, los “grandes ausentes” en nuestra
jornada.
Mas tarde,
con todo, cuando se diera el inevitable retorno de nuestros
espíritus a
los planos subjetivos, a través de la desencarnación, hemos de
recordarnos,
sorprendidos o desolados, de las palabras de esos abnegados
instructores.
El mensaje
renovador es tan necesario al Espíritu inmortal, como el pan
diario al
cuerpo transitorio.
Es
imprescindible, con todo, no solamente asimilar y retener, oír y
entender,
sino, sobre todo, guardar y vivir lo que el Cielo tiene enviado, con
tamaña
prodigalidad, a través de los instrumentos mediúmnicos devotados y
seguros.
Guardar la
enseñanza, ejemplificándola, constituye en verdad, garantía de
aprovechamiento
e iluminación.
Ahora y
siempre, hoy y mañana.
Jesús está
con nosotros, a través de las enseñanzas que nos han
enriquecido
nuestras almas inquietas.
En las
lecciones que la psicografía materializa, en forma de mensajes
sustanciosos
y bellos, simples y edificantes.
En los
conceptos elevados que llegan hasta nosotros como estímulo y
fortificación.
Reteniendo
la palabra del Maestro y aplicándola a la vida práctica, en la
medida de
nuestros recursos, evitaremos la tardía recordación que nos traerá
desilusión
y sorpresa, aflicción y remordimiento.
ESTUDIANDO EL
EVANGELIO
A la Luz del
Espiritismo
MARTINS
PERALVA
Lucas 24:8
ResponderEliminarEntonces ellas recordaron sus palabras,
Lucas 24 - Biblia Reina Valera 1960
ResponderEliminarLa resurrección
1. El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas.
2. Y hallaron removida la piedra del sepulcro;
3. y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
4. Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes;
5. y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
6. No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea,
7. diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.
8. Entonces ellas se acordaron de sus palabras,
9. y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás.
10. Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles.
11. Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían.
12. Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido.