Jesús no era el Espíritu de Verdad
Jesús de
Nazareth, no es el Espíritu de Verdad. Esto no lo afirmo yo, Frank Montañez,
sino el El Libro de Génesis
Espiritual que
vemos que categóricamente, Jesús no puede ser el Espíritu de Verdad,
porque Jesús lo hubiera indicado así. A pesar que sabemos que Jesús no dejó
nada por escrito, pero la referencia del Consolador prometido, fue definida en
los términos que sería el Espíritu de Verdad el seria responsable del
Consolador.
Juan
16:13
“Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir.”
“Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir.”
La lógica
dice que Jesús y el Espíritu de Verdad, tenían sus misiones como Espíritus, y
no se prendía figurar nada más, aquí en este articulo la referencia del Ítem
#30, Capitulo Primero del Libro de Génesis, enfatiza que no puede existir
clasificaciones especiales o consideraciones exclusivas para los Espíritus
Puros.
Dios, no ha
tenido nunca la intención de que Jesús fuera una excepción a la regla
espiritual, o al progreso de los Espíritus. No hay lógica alguna en el
plan de Dios para la Humanidad.
Solo los que han divinizado a Jesús, a darle atributos que no tienen los Espíritus Puros y Perfectos. Los que divinizan a Jesús, han querido inferir que el Espíritu de Verdad y Jesús son el mismo Espíritu, y no hay sustento, ni bíblico ni espiritual para esa aseveración o consideración.
Solo los que han divinizado a Jesús, a darle atributos que no tienen los Espíritus Puros y Perfectos. Los que divinizan a Jesús, han querido inferir que el Espíritu de Verdad y Jesús son el mismo Espíritu, y no hay sustento, ni bíblico ni espiritual para esa aseveración o consideración.
Humildemente
expongo que estos dos Espíritus no son los mismos. Si algún amigo
Espírita, tiene evidencia espiritual de que eso sea así, me gustaría que lo
compartiera conmigo para re evaluar esta opinión personal que expongo en este
artículo y que la baso en lo que los Libros Codificados y extractos de l Biblia
han expuesto sobre este tema.
A pesar que no debería constituirse como opinión personal, aislada, de lo cual el Espiritismo se hace responsable, porque he utilizado, precisamente, lo que los mismos espíritus indicaron en el Libro de Génesis.
A pesar que no debería constituirse como opinión personal, aislada, de lo cual el Espiritismo se hace responsable, porque he utilizado, precisamente, lo que los mismos espíritus indicaron en el Libro de Génesis.
No existe
evidencia de que sea diferente. Veamos lo que los Libros Codificados han indicado sobre este
tema.
Evangelio
Según El Espiritismo
CAPÍTULO
PRIMERO
Cristo
3. Jesús no
vino a destruir la ley; es decir, la ley de Dios; vino a darla
cumplimiento, esto es, a desarrollarla, a darla su verdadero sentido, y a
apropiarla al grado de adelantamiento de los hombres; por esto se
encuentra en esa ley el principio de los deberes para con Dios y el prójimo,
que son la base de la doctrina. En cuanto a las leyes de Moisés propiamente
dichas, por el contrario, las modificó profundamente, ya en el fondo, ya en
la forma; combatió constantemente los abusos de las prácticas exteriores y
las falsas interpretaciones y no pudo hacerlas sufrir una reforma más radical
que reduciéndolas a estas palabras:
"Amar
a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo", añadiendo:
"Esta
es toda la ley y los Profetas".
Con esas
palabras:
"El
cielo y la tierra no pasarán sin que todo sea cumplido hasta un tilde",
Jesús quiso decir, que era menester que la ley de Dios recibiese su
cumplimiento: es decir, que fuese practicada por la tierra en toda su pureza,
con todo su desarrollo y todas sus consecuencias; pues ¿de qué serviría haber
establecido esta ley, si quedase subsistente el privilegio de algunos hombres o
de un solo pueblo? Siendo todos los hombres hijos de Dios, son,
sin distinción, objeto de una misma solicitud."
4. Pero la misión
de Jesús no fué simplemente la de un legislador moralista sin más
autoridad que su palabra; vino a cumplir las profecías que anunciaron
su venida; recibía su autoridad de la naturaleza excepcional de su
espíritu y de su visión divina, vino a enseñar a los hombres que la verdadera
vida por está en la tierra, sino en el reino de los cielos; a
enseñarles el camino que conduce a ella, los medios para reconciliarse con
Dios, y hacer presentir la marcha de las cosas futuras, para el
cumplimiento de los destinos humanos. Sin embargo, no lo dijo todo, y sobre
muchos puntos se limitó a dejar el gérmen de verdades que El mismo declara que
no podían ser comprendidas; habló de todo, pero en términos más o menos
explícitos, porque para entender el sentido oculto de aquellas palabras,
era preciso que ideas nuevas y conocimientos nuevos vinieran a dar la clave, y
estas ideas no podían venir antes de cierto grado de madurez del espíritu
humano. La ciencia debía contribuir poderosamente al nacimiento y al
desarrollo de estas ideas; luego era preciso dar a la ciencia el tiempo para
progresar.
El
Espiritismo
5. El Espiritismo
es la nueva ciencia que viene a revelar a los hombres, con pruebas
irrecusables, la existencia y la naturaleza del mundo espiritual y sus relaciones
con el mundo corporal; nos lo presenta, no como una cosa sobrenatural, sino, al
contrario, como una de las fuerzas vivas y que incesantemente obran en la
naturaleza, como el origen de una multitud de fenómenos incomprensibles hasta
ahora y relegados, por esta razón, al dominio de lo fantástico y de lo
maravilloso. A estas relaciones es a las que Cristo hace alusión en diferentes
circunstancias; y por esto muchas de las cosas que dijo han sido ininteligibles
o falsamente interpretadas. El Espiritismo es la clave con que todo se
explica fácilmente.
6. La ley
del Antiguo Testamento está personificada en Moisés, y la del Nuevo en Cristo; el
Espiritismo es la tercera revelación de la ley de Dios, pero no está
personificado en ningún individuo, porque es producto de la enseñanza dada, no
por un hombre, sino por los espíritus, que son las "voces del cielo" en todas las partes de la tierra y
por multitud de innumerables intermediarios; es, en cierto modo, un ser colectivo que comprende el conjunto de los
seres del mundo espiritual, viniendo cada uno a traer a los hombres el
tributo de sus luces para hacerles conocer aquel mundo y la suerte que en él
les espera.
7. Así como
Cristo dijo: "No vengo a destruir la ley, sino a cumplirla",
el Espiritismo dice también: "No vengo
a destruir la ley cristiana, sino a cumplir-la". No enseña nada
contrario a lo que enseñó Cristo, pero desarrolla, completa y explica, en términos claros
para todo el mundo, lo que se dijo bajo la forma alegórica; viene a cumplir en
los tiempos predichos lo que Cristo anunció, y a preparar el cumplimiento de
las cosas futuras. Es, pues, obra de Cristo, que el mismo
preside, así como a la regeneración que se opera y prepara el reino de Dios en
la tierra como igualmente lo anunció.
Esta referencia de la introducción del Libro del Evangelio Según el Espiritismo, establece la vision de Cristo (se refiere a Jesús de Nazareth) y el Espiritismo.
Esta referencia de la introducción del Libro del Evangelio Según el Espiritismo, establece la vision de Cristo (se refiere a Jesús de Nazareth) y el Espiritismo.
Lo anterior
es solo una referencia como el Libro el Espiritismo según el
Espiritismo se expresa de Jesús de Nazareth. y se trata de
hacer ver a Jesús como el responsable de su misión, pero
el mismo anuncia el Consolador que vendrá, y que será expresado
en los Libros Codificados, y vemos en el Libro
de Génesis espiritual, que es categórico en este punto a fin de
aclarar este tema.
No. 38.
¿Cuándo vendrá ese nuevo revelador? Es evidente que, si en la época en que
Jesús hablaba, los hombres no se encontraban en estado de comprender las cosas
que a Él le quedaban por decir, no sería en unos pocos años que podrían
adquirir los conocimientos necesarios para ello.
A fin de que se comprendieran ciertas partes del Evangelio, con excepción de los preceptos de moral, se necesitaban conocimientos que sólo el progreso de las ciencias podía otorgar, y que debían ser obra del tiempo y de muchas generaciones. Por consiguiente, si el nuevo Mesías hubiese venido poco tiempo después de Cristo, habría encontrado el terreno en las mismas condiciones, es decir, poco propicio, y no hubiera podido hacer más de lo que hizo Jesús. Ahora bien, desde aquella época hasta nuestros días, no se ha producido ninguna revelación importante que haya completado el Evangelio y elucidado sus partes ininteligibles, indicio seguro de que el Enviado aún no ha aparecido.
No. 39. ¿Quién habrá de ser ese enviado? Al decir: “Rogaré a mi
Padre y Él os enviará otro Consolador”, Jesús indicó claramente que ese
Consolador no sería Él mismo, pues de lo contrario hubiese dicho: “Volveré para
completar lo que les he enseñado”.Sólo agrega: A fin de que permanezca
eternamente con vosotros, y él estará en vosotros. Sería imposible que esta
expresión se refiriera a una individualidad encarnada, puesto que no
podría permanecer eternamente con nosotros, ni menos aún estar en nosotros;
pero se comprende a la perfección si se refiere a una doctrina que, en efecto,
cuando la hayamos asimilado podrá estar eternamente en nosotros. El
Consolador es, pues, según el pensamiento de Jesús, la personificación de una
doctrina soberanamente consoladora, inspirada por el Espíritu de Verdad.
A fin de que se comprendieran ciertas partes del Evangelio, con excepción de los preceptos de moral, se necesitaban conocimientos que sólo el progreso de las ciencias podía otorgar, y que debían ser obra del tiempo y de muchas generaciones. Por consiguiente, si el nuevo Mesías hubiese venido poco tiempo después de Cristo, habría encontrado el terreno en las mismas condiciones, es decir, poco propicio, y no hubiera podido hacer más de lo que hizo Jesús. Ahora bien, desde aquella época hasta nuestros días, no se ha producido ninguna revelación importante que haya completado el Evangelio y elucidado sus partes ininteligibles, indicio seguro de que el Enviado aún no ha aparecido.
No. 40. El
espiritismo reúne, como ha quedado demostrado (Véase el Capítulo I, § 30),
La Génesis
- Capítulo ICaracteres de la revelación espírita
No. 30. El espiritismo, que parte de las propias palabras de Cristo, como este partió de las de Moisés, es una consecuencia directa de la doctrina cristiana. A la idea vaga de la vida futura agrega la revelación de la existencia del mundo invisible que nos rodea y puebla el espacio, y con eso determina en forma precisa la creencia; le da un cuerpo, una consistencia, una realidad en el pensamiento. Define los lazos que unen el alma al cuerpo, y levanta el velo que ocultaba a los hombres los misterios del nacimiento y de la muerte. Mediante el espiritismo el hombre sabe de dónde viene, hacia dónde va, por qué está en la Tierra, por qué sufre transitoriamente, y ve por todas partes la justicia de Dios.
Sabe que el alma progresa sin cesar, a través de una serie de existencias sucesivas, hasta que haya alcanzado el grado de perfección que la aproxima a Dios. Sabe que todas las almas, como tienen un mismo punto de origen, son creadas iguales, con la misma aptitud para progresar, en virtud de su libre albedrío; que todas son de la misma esencia, y que no existe diferencia entre ellas, salvo en cuanto al progreso realizado; que todas tienen el mismo destino y alcanzarán la misma meta, más o menos rápidamente, conforme a su trabajo y buena voluntad.
Sabe que no existen criaturas desheredadas, ni más favorecidas unas que otras; que Dios no privilegió la creación de ninguna de ellas, ni a nadie dispensó del trabajo impuesto a las otras para que progresen; que no hay seres perpetuamente consagrados al mal y al sufrimiento; que aquellos a los que se designa con el nombre de demonios son Espíritus imperfectos y que todavía están atrasados, que practican el mal en el estado de Espíritus como lo practicaban cuando eran hombres, pero que adelantarán y se perfeccionarán; que los ángeles o Espíritus puros no son seres aparte en la Creación, sino Espíritus que llegaron a la meta, después de haber recorrido palmo a palmo el camino del progreso; que de tal modo no hay creaciones múltiples ni diferentes categorías entre los seres inteligentes, sino que toda creación es el resultado de la gran ley de unidad que rige el universo; sabe, por último, que todos los seres gravitan hacia un fin común, que es la perfección, sin que unos sean favorecidos a expensas de otros, pues todos son hijos de sus propias obras.
No. 30. El espiritismo, que parte de las propias palabras de Cristo, como este partió de las de Moisés, es una consecuencia directa de la doctrina cristiana. A la idea vaga de la vida futura agrega la revelación de la existencia del mundo invisible que nos rodea y puebla el espacio, y con eso determina en forma precisa la creencia; le da un cuerpo, una consistencia, una realidad en el pensamiento. Define los lazos que unen el alma al cuerpo, y levanta el velo que ocultaba a los hombres los misterios del nacimiento y de la muerte. Mediante el espiritismo el hombre sabe de dónde viene, hacia dónde va, por qué está en la Tierra, por qué sufre transitoriamente, y ve por todas partes la justicia de Dios.
Sabe que el alma progresa sin cesar, a través de una serie de existencias sucesivas, hasta que haya alcanzado el grado de perfección que la aproxima a Dios. Sabe que todas las almas, como tienen un mismo punto de origen, son creadas iguales, con la misma aptitud para progresar, en virtud de su libre albedrío; que todas son de la misma esencia, y que no existe diferencia entre ellas, salvo en cuanto al progreso realizado; que todas tienen el mismo destino y alcanzarán la misma meta, más o menos rápidamente, conforme a su trabajo y buena voluntad.
Sabe que no existen criaturas desheredadas, ni más favorecidas unas que otras; que Dios no privilegió la creación de ninguna de ellas, ni a nadie dispensó del trabajo impuesto a las otras para que progresen; que no hay seres perpetuamente consagrados al mal y al sufrimiento; que aquellos a los que se designa con el nombre de demonios son Espíritus imperfectos y que todavía están atrasados, que practican el mal en el estado de Espíritus como lo practicaban cuando eran hombres, pero que adelantarán y se perfeccionarán; que los ángeles o Espíritus puros no son seres aparte en la Creación, sino Espíritus que llegaron a la meta, después de haber recorrido palmo a palmo el camino del progreso; que de tal modo no hay creaciones múltiples ni diferentes categorías entre los seres inteligentes, sino que toda creación es el resultado de la gran ley de unidad que rige el universo; sabe, por último, que todos los seres gravitan hacia un fin común, que es la perfección, sin que unos sean favorecidos a expensas de otros, pues todos son hijos de sus propias obras.
… todas las
características del Consolador que Jesús prometió. No es
una doctrina individual, una concepción humana; nadie puede considerarse su
creador. Es el fruto de la enseñanza colectiva de los Espíritus, enseñanza que
conduce el Espíritu de Verdad. No suprime nada del Evangelio, sino que lo
completa y lo explica. Con la ayuda de las nuevas leyes que revela, conjugadas
con las que la ciencia ya ha descubierto, conduce a la comprensión de lo que
era ininteligible y hace que se admita la posibilidad de aquello que la
incredulidad consideraba inadmisible. Tuvo sus precursores y profetas, que
presagiaron su llegada. Por su poder moralizador, el espiritismo prepara el
reinado del bien sobre la Tierra. La doctrina de Moisés, incompleta, quedó
circunscripta al pueblo judío; la de Jesús, más completa, se extendió a toda la
Tierra mediante el cristianismo, pero no convirtió a todos; el espiritismo, más
completo aún, con raíces en todas las creencias, convertirá a toda la
humanidad.98
98 Todas las doctrinas filosóficas y religiosas llevan el nombre de su fundador. Se dice: el mosaísmo, el cristianismo, el mahometismo, el budismo, el cartesianismo, el furierismo, el sansimonismo, etc. La palabra espiritismo, por el contrario, no alude a ninguna personalidad; implica una idea general que al mismo tiempo indica el carácter y la fuente múltiple de la doctrina. (N. de Allan Kardec.)
Queda
muy claro que Jesús de Nazareth no es el Espiritu de Verdad, y
nunca se pretendió que fueran lo mismo.
Añado este
comentario de mi amiga Iris de la rosa
12 de
septiembre de 2015, 10:54 Saludos Frank.
Referente a
este tema el cual Jesús no era el Espíritu de Verdad, comparto tu opinión.
Además añado que Juan 16:13
“Pero
cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no
hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará
saber lo que habrá de venir.”
Claramente,
Jesús se refiere al Espíritu de Verdad a él, no a Jesús mismo.
Soy Espirita
ResponderEliminarPublicado el 12 sept. 2015
https://www.youtube.com/watch?v=JxubFRYD-Bc
No es según Frank Montanez, sino como lo indicaron los Espíritus y Allan Kardec en el Libro de Génesis Espiritual.
Eliminar__________________________________________________________________________
Jesús no era el Espíritu de Verdad – Soy Espírita
La Génesis - Capítulo XVII
No. 38. ¿Cuándo vendrá ese nuevo revelador? Es evidente que, si en la época en que Jesús hablaba, los hombres no se encontraban en estado de comprender las cosas que a Él le quedaban por decir, no sería en unos pocos años que podrían adquirir los conocimientos necesarios para ello.
A fin de que se comprendieran ciertas partes del Evangelio, con excepción de los preceptos de moral, se necesitaban conocimientos que sólo el progreso de las ciencias podía otorgar, y que debían ser obra del tiempo y de muchas generaciones. Por consiguiente, si el nuevo Mesías hubiese venido poco tiempo después de Cristo, habría encontrado el terreno en las mismas condiciones, es decir, poco propicio, y no hubiera podido hacer más de lo que hizo Jesús. Ahora bien, desde aquella época hasta nuestros días, no se ha producido ninguna revelación importante que haya completado el Evangelio y elucidado sus partes ininteligibles, indicio seguro de que el Enviado aún no ha aparecido.
EliminarNo. 39. ¿Quién habrá de ser ese enviado? Al decir: “Rogaré a mi Padre y Él os enviará otro Consolador”, Jesús indicó claramente que ese Consolador no sería Él mismo, pues de lo contrario hubiese dicho: “Volveré para completar lo que les he enseñado”. Sólo agrega: A fin de que permanezca eternamente con vosotros, y él estará en vosotros. Sería imposible que esta expresión se refiriera a una individualidad encarnada, puesto que no podría permanecer eternamente con nosotros, ni menos aún estar en nosotros; pero se comprende a la perfección si se refiere a una doctrina que, en efecto, cuando la hayamos asimilado podrá estar eternamente en nosotros. El Consolador es, pues, según el pensamiento de Jesús, la personificación de una doctrina soberanamente consoladora, inspirada por el Espíritu de Verdad.
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Por lo tanto, los mismo Espíritus así lo indicaron.
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https://youtu.be/JxubFRYD-Bc