El VERDADERO ESPIRITA
“Se reconoce al
verdadero espiritista por su transformación moral y por los esfuerzos que hace
para dominar sus malas inclinaciones”. (Evangelio Según el Espiritismo, Cap.
XVII Sed Perfectos, Los Buenos Espiritistas.) Esta frase de Kardec implica el
propósito que debe asumir todo estudiante de la doctrina espiritista. El
estudio de la doctrina no es solamente para “saber más”, para aumentar los
conocimientos, sino para aplicar sus principios a nuestra vida diaria y
convertirnos en mejores seres humanos.
Las enseñanzas que han
traído todos los profetas en todos los tiempos han tenido el mismo propósito:
ayudar a la humanidad en su trayectoria hacia la perfección.
Desde hace cerca de
2,500 años, cuando Allan Kardec se desempeñaba como un sacerdote druida, él
recogía de las enseñanzas de los celtas, revividas por Jesús y que en esta
época dieron base sólida a la doctrina espiritista, ese sentido de pertenencia
universal, esa necesidad de fe en la vida futura y su indudable existencia, y
el progreso que puede alcanzar el alma.
Es lamentable que las
enseñanzas del Maestro Jesús, al caer en manos de seres humanos con poca
comprensión de las mismas, hayan sido tan diversificadas conforme a los
intereses de cada grupo en cada época. Esto siempre ha ocurrido con los
conocimientos que nos llegan, y la doctrina espiritista no está ajena a esta
situación ya que todavía hay hermanos envueltos en prácticas sincréticas a las
que, por ignorancia, les llaman espiritismo.
El conocimiento y la
comprobación que nos da la doctrina espírita en relación a la vida futura debe
tener como resultado el que podamos comprender la necesidad que tenemos de
desapegarnos de las cosas materiales, el darles el uso que les corresponde
dentro de la necesidad que tenemos de ellas. Cuando entendemos que todo lo
material es pasajero, pero que tenemos que utilizarlo para desarrollar nuestras
aptitudes y nuestra inteligencia así como las virtudes de nuestro espíritu, el
desapego adecuado de la materia, ya no representa un sacrificio, todo lo contrario,
la certeza de obrar bien.
El espiritista
compenetrado de las enseñanzas de la doctrina entiende que, tanto su cuerpo
físico como el mundo material, le son necesarios para adquirir conocimientos,
experiencias y trabajar en su adelanto moral y espiritual. Es nuestro estado
moral el que determina el grado de felicidad que podemos disfrutar.
Todas las situaciones
que se nos presentan en nuestra vida material están íntimamente ligadas a
nuestra necesidad de aprender y no se trata de castigos, sino de nuevas
lecciones y la repetición de aquellas no aprendidas.
El verdadero espiritista
entiende que la verdadera vida es la del espíritu, la normal en el mundo
espiritual, que nuestra estancia en el mundo material es temporal para aprender
y practicar lo aprendido. Esto hace que cada día trate de ser mejor que el día
anterior y trate de encontrar en cada enseñanza, en cada conocimiento
adquirido, la luz para ver el camino correcto, el camino del bien.
La vida del espiritista
practicante no es fácil en términos de que enfrenta un materialismo rampante en
la sociedad en que vive, algo que tiene que esforzarse por superar. No puede
dejarse arrastrar por la fuerza dominante de la materia. Esto es más fácil
decirlo que hacerlo, lo entendemos, pero ahí radica el gran reto que
enfrentamos y del cual tenemos que salir triunfantes.
Podemos considerarnos
triunfantes cuando logramos establecer un equilibrio, un balance entre los
aspectos materiales y espirituales en nuestra vida. No podemos abandonar la
materia hasta el día en que nos corresponda, de modo que tampoco podemos
abandonar la lucha que esa materia nos presenta. Todo lo contrario, sabemos que
esa lucha es pasajera y en la medida que logremos el objetivo que representa,
la estaremos superando.
El esfuerzo diario que
hacemos para mantenernos en el camino del bien es el que nos lleva a esa
transformación moral de la que nos habla el Maestro Kardec.
No nos podemos aislar de
la sociedad para que no nos alcance el mal, sino fortalecernos moralmente para
no caer en el mal. Según nos vamos mejorando, perfeccionándonos día a día,
también estamos contribuyendo al mejoramiento de los hermanos que nos rodean ya
que al igual que el mal es contagioso, el bien aunque con mayor dificultad,
también lo es.
La práctica diaria de la
caridad caracteriza al verdadero espiritista. Su pensamiento dirigido al bien
lo lleva a hacer la caridad por razón de ese mismo bien, sacrificando su
interés personal sin esperar recompensa alguna y sin discriminar por razas o
creencias. Su fe en el porvenir le permite colocar los bienes espirituales
sobre los materiales.
El verdadero
espiritista, aquel que entiende y pone en práctica los principios de la
doctrina, tiene un gran compromiso con esta humanidad. Está en el deber de
extender su conciencia del bien a la conciencia de la humanidad terrestre.
"La transformación moral lleva a la persona a actuar no por la simple satisfacción de las necesidades personales inmediatas sino por principios consistentes de ética y justicia. Esencial para este tipo de transformación es una conciencia formada en principios morales cristianos. Por consiguiente, se trata de la capacidad para hacer frente a los dilemas morales y los retos en la vida cotidiana. El proceso de transformación requiere que el individuo entienda las consecuencias prácticas de la dedicación al bien común como desarrollo de las virtudes morales necesarias. Requiere también un incremento de la capacidad de crítica de los falsos valores del sistema que corrompen la conciencia cristiana".-Len Sperry
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ResponderEliminarSoy Espirita
Publicado el 9 jun. 2011
Cuando hablamos de la Transformación Moral, pensamos que es algo como portarse bien o no hacer cosas malas. En parte, así es, pero es mucho más que eso. En General se nos habla de actuar en Moral, y se definen términos como el Amor, la Caridad, la Compasión y también se nos menciona que estas actitudes son capaces de ayudarnos erradicar la codicia, el egoísmo, o el orgullo. Pero no se menciona que conlleva una transformación Moral, o como activamos ese proceso que nos conecta con el mundo espiritual. Y además, como sabemos si ya lo comenzamos o estamos haciendo lo que se espera. esta serie de videos (5 en total), le ayudara a activar este proceso tan importante en nuestras vidas.
EliminarSoy Espirita
ResponderEliminarPublicado el 26 sept. 2015
https://www.youtube.com/watch?v=_iVRbaArz6k
Proliferan los que dicen que Dios me dijo, y los crédulos empedernidos creen en FALSOS PROFETAS-Soy Espírita
EliminarLos Profetas son Espíritus encarnados no se comunican con DIOS, solo Espíritus Puros hablan con DIOS
Solo Espíritus Puros tienen la Misión de transmitir la Palabra de Dios, no los Profetas encarnados-Soy Espírita
¿Qué es un Espiritista Verdadero? – Soy Espírita
Solo Espíritus Puros desencarnados tienen la Misión de transmitir la Palabra de Dios, no los Profetas encarnados que no han llegado a la perfección del Espíritu
https://youtu.be/_iVRbaArz6k