EL RENCOR


EL RENCOR

 

Querido amigo o amiga: El rencor no es otra cosa que el fruto de la falta de perdón. Cuan grandes heridas que son traídas muchas veces por tiempo en los corazones que lo único que hacen es esclavizar más al mundo entero lo cual incluye también a los creyentes.

¿Pero como perdonamos cuando la herida o el recuerdo se hacen difícil de borrar?

Cuán difícil es perdonar cuando la persona que nos ha ofendido ni siquiera siente la mínima muestra de arrepentimiento. Más aun que duro es perdonar y pedir perdón cuando ni siquiera somos culpables de dicha situación!

 

¿Primero, como se evidencia la falta de perdón en los creyentes?

La Biblia dice:

“Antes sed benignos los unos con los otros, misericordiosos unos a otros, perdonándoos unos a otros, como también Dios os perdono a vosotros en Cristo" Efesios 4:32

Aunque el verso anterior nos habla de un acto reciproco del perdón, es decir unos a otros; anteriormente a esta declaración hay otro verso que nos trae luz como evidencia de la falta de perdón.

"Quitase de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia, y toda malicia" Efesios 4:31

 

Podemos desprender que el rencor tiene seis frutos:

Amargura

Enojo

Ira.

Gritería.

Maledicencia.

Malicia.

 

La amargura es la primera característica en nuestras vidas que nos muestran que tenemos falta de perdón hacia alguien.

 
¿Nunca le ha pasado que muchas veces solo de pensar en la cara del que le ha herido le hace sentir un sabor amargo en la boca? Muchas veces esta amargura llega a tal extremo que solo el escuchar el nombre de fulano de tal, remonta nuestra mente en el tiempo y somos trasladados al momento que fuimos ofendidos.

 

El enojo se manifiesta cuando no somos capaces de separar a las personas que nos han heridos con las situaciones de la vida cotidiana. Por ejemplo: si la persona que nos hirió tiene entre sus gustos personales el uso específico de un perfume. Relacionamos al perfume con el individuo que nos ofendió.

Tomamos la medida inconsciente de no tolerar el perfume para nada. El solo hecho de olerlo en otras personas nos remonta al individuo en cuestión que nos "fastidio nuestra existencia".

¿Le suena ridículo el ejemplo? Si supiera cuantas personas han abandonado muchas congregaciones solamente porque el pastor de dicha Iglesia predica parecido al Pastor que le ofendió en la Iglesia anterior.

 

Quizás la ira sea la manifestación más grave del rencor. Cuando comenzamos a desear toda clase de males al extremo de decir;"Señor tuya es la venganza”. Es entonces que nuestro corazón está lleno de ira. No podemos separar la ira de la venganza, ambas van de la mano.

 

¿Cómo sanamos un corazón herido?

Para responder esto hay que entender lo que "No" es el perdón.

Perdonar no es justificar las cosas malas que nos han hecho. No podemos caer en el hecho de justificar al ofensor diciendo por ejemplo: Bueno, ella es así, es fácil de enojar. Eso no es perdón, eso es incentivar la manipulación.

Perdonar no es esperar que el tiempo cure las heridas. El tiempo no cura nada. Pues cuantas personas mueren y se llevan el rencor a la tumba sin haber podido experimentar la paz de la comunión. El único que sana las heridas es Dios!

 

Perdonar no está diseñado para cambiar al ofensor. El perdón está diseñado para afectar nuestro corazón. No espere resultados en la vida del "supuesto enemigo" pero si espere y disfrute la paz que viene como resultado de haber soltado la carga.

 

Para perdonar como Dios nos perdono en Cristo. Hay que observar las siguientes cosas:

A. El perdón de Dios no toma en cuenta el pecado (2 Corintios.5:19). Es decir, pasa por alto la ofensa. En otras palabras, vamos a tener que aprender a no dejar almacenado en nuestro corazón las cosas malas que nos han hecho.

B .El perdón de Dios lleva en si el propósito de la reconciliación. Dios quiere que caminemos en perfecta comunión los unos con los otros.

(2 Corintios 5:18).

Como dijimos anteriormente el tiempo no es suficiente para lograr victoria sobre el rencor y la falta de perdón. Nuestro texto habla de reconciliación. En otras palabras debe haber confrontación primero y como resultado de esto vendrá la reconciliación. Dios confronto al hombre en la cruz le dijo: Tenemos una deuda pendiente vamos a arreglarla.

Como resultado de esto vino la reconciliación la que trajo paz. (Romanos.5:1)

 

No hay nada malo con confrontar a la persona en cuestión siempre que sea en el lugar preciso y en el tiempo oportuno. No intente hacerlo en medio del conflicto solo empeorara las cosas.

¿Qué hacemos si quien nos ha herido no se encuentra cerca de nosotros ya sea por distancia geográfica o por muerte?

Una buena idea puede ser escribir una carta al ofensor. Una carta imaginaria en donde explicamos que es lo que nos molesta de lo que nos hicieron.

Si podemos ser lo más específicos, tanto mejor.

Tiene que entender que el perdón está diseñado para liberar nuestro ser. La razón principal por la cual Dios espera que caminemos en perdón es porque el Señor nos quiere libres. El no quiere que sus hijos sean esclavos de nada. Así como la verdad nos hace libres, la mentira por otra parte nos esclaviza no creo que hay mentira más grande que pensar que el tiempo como dice la vieja canción; "sana todas las heridas".

 

Hoy tienes la oportunidad de no pedir absolutamente nada a Dios. Hoy tienes la oportunidad de poder hacer realidad la dicha del perdón la cual lleva consigo la preciosa virtud de la paz de Dios.

Quien es nuestro mayor enemigo hoy, mañana puede ser tu padre, tu madre, tu hijo, tu mujer, la vida nos reserva grandes sorpresas.

 

 

 
Tomado de;
 
 
 
 
 
 
 
VIDEO https://youtu.be/wBngILHtRtA El odio detiene tu Adelantamiento Espiritual, aprende amar y a ser tolerante
 
 
 
 

5 comentarios:


  1. Soy Espirita
    Publicado el 11 mar. 2014

    https://www.youtube.com/watch?v=wBngILHtRtA

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    Respuestas
    1. NO AL ODIO, A LA INTOLERANCIA Y AL MALTRATO O A LA TORTURA DE OTRO SEMEJANTE.

      Si aún sientes Odio o desprecio en tu Corazón, y lo demuestras con maltrato, tortura o desprecio a tu semejante, tu Espíritu no está Adelantando. ¿Qué esperas para dejar de Odiar? Aunque exista justificación, el que Odia a otro semejante, limita su capacidad de Amar y el odio, que es hijo del Orgullo, no deja que progrese tu Alma.

      No importa lo que la otra persona haya hecho, el odiarlo, significa que aún eres Egoísta. Deja de Odiar y sé tolerante, ama y perdona a tus enemigos, a los que te han sido infiel en tu relación de amigo o de pareja. Pues estas perdiendo tu tiempo en esta encarnación.

      Frank Montañez

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    2. Libro de los Espíritus

      Los Espíritus pertenecen a diferentes clases y no son iguales ni en poder ni en inteligencia, ni en saber ni en moralidad. Los de primer orden son los Espíritus superiores, que se distinguen de los demás por su perfección, conocimientos y proximidad a Dios; por la pureza de sus sentimientos y su amor al bien; son los ángeles o Espíritus puros. Las otras clases se alejan cada vez más de dicha perfección: los de los rangos inferiores son propensos a la mayoría de nuestras pasiones: odio y envidia, celos y orgullo, etcétera. Éstos se complacen en el mal. Entre ellos los hay asimismo que no son ni muy buenos ni muy malos: más revoltosos y embrollones que ruines; la malicia y las inconsecuencias parece ser su dote. Son los duendes, Espíritus traviesos o frívolos.

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    3. 102. Décima clase: Espíritus impuros.- Son propensos al mal y éste constituye el objeto de sus preocupaciones. En cuanto Espíritus, dan consejos pérfidos, alientan la discordia y la desconfianza y adoptan todos los disfraces para engañar mejor. Se apegan a las personas de carácter lo bastante débil para ceder a sus sugestiones, y hacen esto a fin de empujarlas hacia su perdición, satisfechos de poder retrasar su progreso haciéndolas sucumbir ante las pruebas que sufren. Durante las comunicaciones se les reconoce por su lenguaje: trivialidad y grosería de las expresiones, tanto entre los Espíritus como entre los hombres, denotan siempre inferioridad moral, si no intelectiva. Sus comunicaciones denuncian la bajeza de sus inclinaciones, y si quieren inducir a engaño expresándose de una manera sensata no pueden prolongar mucho tiempo su comedia y terminan siempre por dejar traslucir su origen.

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    4. Algunos pueblos han hecho de ellos sus divinidades maléficas y otros los designan con los nombres de demonios, genios malos o Espíritus del mal.
      Los seres vivientes a quienes animan, cuando se han encarnado, son propensos a cuantos vicios engendran las pasiones viles y degradantes: sensualidad y crueldad, bellaquería e hipocresía, avidez y sórdida avaricia. Practican el mal por el mero placer de hacerlo, casi siempre sin motivos para ello, y por odio al bien escogen las más de las veces a sus víctimas entre las personas honradas. Son plagas para la humanidad, sea cual fuere su clase social a que pertenezcan, y su barniz de civilizados no les exime del oprobio y la ignominia.

      https://youtu.be/wBngILHtRtA

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