La vista de Dios. (31-33)


La vista de Dios. (31-33)





31. —Puesto que Dios está en todas partes, ¿por qué no le vemos? ¿Le veremos al dejar la tierra? Tales son las preguntas que continuamente nos hacemos. A la primera es fácil contestar: nuestros órganos materiales tienen percepciones limitadas que los hacen impropios para ver ciertas cosas, aun de las materiales. Así es como ciertos fluidos se sustraen totalmente á nuestra vista y á nuestros instrumentos más perfeccionados, y sin embargo, no dudamos de su existencia. Vemos los efectos de la peste, más no los fluidos, miasmas ó corpúsculos que la transportan; vemos á los cuerpos moverse bajo la influencia de la fuerza de gravitacion, y sin embargo no vemos esta fuerza.



32. —Las cosas de esencia espiritual no pueden ser vistas por órganos materiales: sólo por la vista espiritual podemos ver los Espíritus y las cosas del mundo inmaterial. Sólo, pues, nuestra alma puede tener la percepcion de Dios. ¿Se vé inmediatamente despues

de la muerte? Cosa es que sólo las comunicaciones de ultratumba pueden decirnos. Por ellas sabemos que la vista de Dios sólo es perceptible para las almas puras ' y que son muy pocas las que al dejar su envoltura terrestre, han alcanzado el grado de desmaterializacion necesario para ello. Algunas comparaciones vulgares lo harán comprender fácilmente.



33. —Quien se encuentra en el fondo de un valle cubierto de bruma densa no vé el sol; pero como ya lo hemos dicho, juzga por la luz difusa de la presencia del sol. Si sube á lo alto, la niebla se va aclarando á medida que gana altura; mas no por eso ve todavía el sol. Cuando empieza á verlo, se le presenta velado, porque el menor vapor basta para amortiguar su esplendoroso disco. Sólo despues de haber salvado completamente la capa brumosa y encontrándose en una atmósfera perfectamente pura, es cuando le vé en todo su esplendor y magnificencia.

Lo mismo sucedería á quien tuviese la cabeza cubierta con varios velos: al principio no vería nada; mas á cada velo que se le quitase, iria percibiendo la luz con mas claridad y solo cuando hubiese desaparecido el último, veria distintamente lo que le rodea.

. Cosa análoga sucede con un licor cargado de materias estraíías: al pronto está turbio, mas á cada destilacion gana en trasparencia hasta que completamente purificado, adquiere una limpieza perfecta y no presenta ningun obstáculo á la vista.

Esto sucede con el alma. La envoltura perispirital, aunque invisible é impalpable para nosotros, es para ella una verdadera materia demasiado grosera aun, para ciertas percepciones. Esta envoltura se espiritualiza á medida que el alma se eleva en moralidad.

Las imperfecciones del alma son como velos que oscurecen su vista: cada imperfeccion que deja, es un velo que se quita; mas sólo cuando se halla completamente purificado, es cuando goza de la plenitud de sus facultades.



Extraído del libro “EL GÉNESIS

LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec

PARÁBOLA DEL JUEZ INJUSTO 


PARÁBOLA DEL JUEZ INJUSTO 



“Sobre la necesidad de orar siempre sin desfallecer jamás, les dijo esta parábola: Había en una ciudad un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Una viuda, también de aquella ciudad, iba a decirle: Hazme justicia contra mi enemigo. Durante algún tiempo no quiso; pero luego pensó: Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, le voy a hacer justicia para que esta viuda me deje en paz y no me moleste más. Y el Señor dijo: Considerad lo que dice el juez injusto. ¿Y no hará Dios justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche? ¿Les va a hacer esperar? Yo os digo que les hará justicia prontamente. Pero el hijo del hombre, cuando venga, ¿encontrará fe en la Tierra?”



(Lucas, XVIII, 1-8).





La iniquidad es la falta de equidad, es la justicia que subleva. El injusto es el hombre perverso, criminal, sea doctor, juez, noble, rico, pobre o rey. En esta esfera moral, incluso aquí en la Tierra, no se distinguen los hombres por el dinero ni por los títulos que poseen, sino por su carácter. El injusto no tiene carácter, o, dicho de otra forma, tiene carácter injusto, pervertido. Pero también ese, cuando tiene que resolver alguna cuestión y el solicitante decide llamar a su puerta hasta que dé proveimiento a su petición, para no ser incomodado, y porque es injusto, resuelve, con prontitud, el problema, no para servirlo, sino para que no le siga molestando. Fue lo que sucedió con el juez injusto ante la insistencia de la viuda.  De modo que la demora del despacho en la petición de la viuda fue causada por la injusticia del juez. Si este, fuese equitativo, justo, recto, de buen carácter, cumplidor de sus deberes, la viuda hubiera recibido consentimiento de su pedido con mucha mayor anticipación. Sea como fuere, el despacho fue realizado, aunque cobrando, tras reiteradas solicitudes, inoportunidades diarias, el juez, a pesar de ser injusto, para no ser “molestado”, resolvió el problema.



 “Ahora, dijo Jesús, oíd lo que dijo ese juez injusto; ¿y no hará Dios justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche? ¿Les va hacer esperar? Yo os digo que les hará justicia prontamente.” Si la justicia, aunque tarde, se hace en la Tierra hasta contra la voluntad de los jueces, ¿cómo no ha de ser hecha por el Supremo y Justo Juez del Cielo? La deficiencia no es, pues, de Dios, sino de los hombres, mayormente en la época que atravesamos, en que el Hijo del Hombre llama a todas las puertas, indaga en todos los corazones y los encuentra vacíos de fe, vacíos de creencia, vacíos de amor a Dios, vacíos de caridad. Antiguamente había jueces injustos; hoy, se puede decir que no sólo los jueces, sino los solicitantes son injustos. La injusticia labra como un incendio devorador, aniquilando las conciencias y manchando los corazones: hombres injustos, hogares injustos, sociedades injustas, gobiernos injustos, legos injustos, sabios injustos; todo eso es debido a la creencia sacerdotal, a los dogmas de las sectas dominantes. Pero el Señor está ahí para destruir la injusticia, y, con ella, a los injustos.

UN RAYO DE LUZ


UN RAYO DE LUZ



¿Qué nueva luz mi pensamiento hiere? ¿Qué nuevo aliento mi existencia anima? ¿Qué mágica esperanza me sonríe que embellece las horas de mi vida? ¿Es quizás el amor plácido ensueño que con un mundo de placer me brinda? ¿O la amistad me ofrece su consuelo? Emanación de Dios pura y bendita! ¿Me prodigó la suerte sus favores? ¿Me dio tesoros de sin par valía? ¿O la voluble fama en su entusiasmo dejó laureles en mi sien marchita? No es del amor el delirante anhelo, no es la amistad con su afección tranquila, no es la riqueza con su pompa vana, no es de la gloria la ilusión de un día. Es otra Luz que iluminó mi mente. Ya mi razón no duda, no vacila. Ya comprendo de Dios la omnipotencia, y admiro su poder y su justicia. Del porvenir el insondable arcano y el misterio infinito  se descifra, en el momento que conoce el hombre el continuo progreso de la vida. Los mundos a los mundos se suceden. Generaciones mil se precipitan, que pasan cual fulgente meteoro derramando a su paso la semilla de un adelanto lento, pero eterno, que a la virtud sublime inmortaliza. ¡Qué. grande es del Señor la omnipotencia! Todo en la tierra a su poder germina. La destrucción no existe, no hay la nada, el no se lo forjo la fantasía….  Pluralidad de mundos y existencias, forman universales armonías, que para muchos hijos de la tierra fueron, son y serán desconocidas. ¡Fatal dominación  de la materia que a tantos desaciertos precipita!... 

……………………………………….. ……………………………………...... 

¡Incansables obreros  del progreso! Arrastrad con valor vuestra fatiga; sacad del celemín vuestra linterna  y que brille la luz  eterna vida. Que comprendan los míseros mortales que hay quien mira su llanto y su sonrisa; que Dios nos da un amor inextinguible y su misericordia es infinita.



La Providencia (28-30)


La Providencia (28-30)



28.—Nosotros comprendemos el efecto, y ya es mucho: del efecto subimos á la causa, y juzgamos de su grandeza por la del efecto; más su esencia íntima nos es desconocida, como nos sucede respecto á la causa de multitud de fenómenos. Conocemos los efectos de la electricidad, del calor, de la luz, de la gravitación y los calculamos, aun cuando no conocemos la naturaleza íntima del principio que los produce.

¿Será, pues, racional negar el principio divino, porque no lo comprendamos?



29. —Nada impide admitir para el principio de soberana inteligencia un centro de accion , un foco principal que irradia sin cesar é inunda el universo con sus efluvios, como el Sol con su luz. ¿Pero donde está ese foco? Eso es lo que nadie puede decir. Probable es

que no esté fijo en un punto determinado, como no lo está su accion, y que recorra incesantemente las regiones del espacio sin límites. Si Espíritus comunes tienen el don de la ubicuidad, esta facultad en Dios debe ser ilimitada, llenando Dios el universo con su

presencia, se podría aun admitir, á título de hipótetesis, que este foco no tiene necesidad de trasportarse y que se forma en todos los puntos en que la soberana voluntad juzga conveniente producirse, de donde podría decirse que está en todas partes y en ninguna.



30. —Ante estos problemas insondables, nuestra razon debe humillarse. Dios existe: esto es incuestionable. Es infinitamente bondadoso y justo : esta es suesencia. Su amor se estiende á todo, todo lo abraza: esto lo comprendemos y lo sentimos. Luego no puede

querer mas que nuestro bien y debemos confiar en él ciegamente. Esto es lo esencial: en cuanto á lo demás, esforcémonos todo lo posible para hacernos dignos de comprenderlo, cultivando sin cesar nuestro entendimiento y practicando todas las virtudes.





Extraído del libro “EL GÉNESIS
LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec

¿PARA QUE SIRVE EL ESPIRITISMO?


¿PARA QUE SIRVE EL ESPIRITISMO?



Para demostrar, a partir de los hechos y por la vía de la experimentación, la existencia, preexistencia, y supervivencia del espíritu como ser concreto e individual que conserva todas sus facultades intelectuales, morales y volitivas, después de lo que llamamos muerte. Para enseñar al hombre que él es el sujeto protagónico de su propia historia, que es el responsable de sus actos y el arquitecto de su propio destino, sujeto a las consecuencias de la ley de causa y efecto. Para desarrollar un mejor comportamiento en cuanto se refiere a su ámbito personal, familiar y social, que le sintonice con los esfuerzos generales en favor del establecimiento de una sociedad más libre, democrática, justa, equitativa y fraterna. Para comprender que nacer, morir, volver a nacer y progresar siempre es la ley fundamental de la existencia. Para ser, en definitiva, mejor persona y mejor ciudadano.

Fuente: http://www.movimientoespiritacima.org



“El Espiritismo es la nueva ciencia que viene a revelar a los hombres, con pruebas irrecusables, la existencia y la naturaleza del mundo espiritual y sus relaciones con el mundo corporal; nos lo presenta, no como una cosa sobrenatural, sino, al contrario, como una de las fuerzas vivas y que incesantemente obran en la naturaleza, como el origen de una multitud de fenómenos incomprensibles hasta ahora y relegados, por esta razón, al dominio de lo fantástico y de lo maravilloso.

A estas relaciones es a las que Cristo hace alusión en diferentes circunstancias; y por esto muchas de las cosas que dijo han sido ininteligibles o falsamente interpretadas. El Espiritismo es la clave con que todo se explica fácilmente.”

Libro: Evangelio Según El Espiritismo

“Dos elementos, o si se quiere, dos fuerzas rigen el universo: el elemento espiritual y el elemento material. De la acción simultánea de esos dos principios resultan fenómenos especiales, que se tornan naturalmente inexplicables si se prescinde de uno de ellos, del mismo modo que la formación del agua sería inexplicable si no se tomara en cuenta

uno de sus elementos constituyentes: el oxígeno o el hidrógeno.

Al demostrar la existencia del mundo espiritual y sus relaciones con el mundo material, el espiritismo proporciona la explicación de una inmensidad de fenómenos que no se han comprendido, y que por eso mismo han sido considerados inadmisibles por parte de cierta clase de pensadores. Esos hechos abundan en las Escrituras, pero sus comentadores no han conseguido llegar a una solución racional, pues ignoraban la ley que los rige. Ubicados en dos campos opuestos, han girado siempre dentro del mismo círculo de ideas: los unos menospreciando los datos positivos de la ciencia, los otros sin considerar el principio espiritual. Esa solución se encuentra en la acción recíproca del espíritu y la materia.

Es verdad que ella quita a la mayoría de esos hechos su carácter sobrenatural. Pero ¿qué vale más: admitirlos como resultado de las leyes de la naturaleza, o rechazarlos por completo? Su rechazo absoluto acarrea la negación de la base misma del edificio, mientras que, admitidos de ese modo, apenas suprimiendo lo accesorio, la base queda intacta.

Por eso el espiritismo conduce a tantas personas a la creencia en verdades que no hace mucho consideraban meras utopías.”

Libro: Mediums


La Providencia (26-27)


La Providencia (26-27)



26.—Lejos de nosotros el pensamiento de materializar á la divinidad: la imagen de un fluido inteligente, universal, no es evidentemente mas que una comparacion que nos parece propia para dar una idea mas justa da Dios, que las imágenes que le representan

bajo forma humana; ni tiene otro objeto que el de hacer comprender la posibilidad de que Dios está en todas partes y todo lo ocupa.





27. —Tenemos siempre á la vista un ejemplo que puede darnos una idea de la manera con que la accion de Dios se hace sentir sobre las partes mas íntimas de todos los seres, y por consecuencia de cómo las impresiones mas sutiles de nuestra alma llegan á él. Está sacado de una instruccion dada por un Espíritu apropósito de este asunto :



«Uno de los atributos de la divinidad es la infinidad. No puede representarse al Criador bajo ninguna forma, por necesidad circunscrita y limitada. Si no fuera infinito, se podría concebir algo mas grande que El, y ese algo seria Dios. —Siendo infinito, Dio; está

en todas partes; porque si así no fuera, dejaria de ser infinito, de cuyo dilema no se puede salir. Luego si hay un Dios, y esto no puede ya ser dudoso para nadie, ese Dios es infinito y no se puede imaginar estension que no ocupe. Se encuentra por consecuencia en

contacto con todas sus creaciones: las envuelve, las penetra, están en él. Es pues comprensible que esté en relacion directa con toda criatura. Para haceros

comprender palpablemente de que modo tiene lugar universalmente esta comunicacion constante, veamos lo que pasa en el hombre entre su Espíritu y su cuerpo.»

E1 hombre es un mundo en pequeño, cuyo. director es el Espíritu y cuyo principio dirigido es el cuerpo. En este universo el cuerpo representará una creacion, cuyo Dios será el Espíritu. (Repárese que aquíno se trata de identidad, sinó de analogía). Los miembros de este cuerpo, los diferentes Arganos que lo componen, sus músculos, sus nervios, sus articulaciones son otras tantas individualidades materiales, localizadas, si así puede decirse, en un sitio especial del cuerpo; y aun cuando el número de estas partes constitutivas tan variadas y de naturaleza tan diferente, sea considerable, no es dudoso para nadie que

no puede producirse movimiento alguno, que ninguna impresion puede tener lugar en una parte sin que el Espíritu se aperciba de ella. Hay sensaciones diversas en varios sitios simultáneamente? Pues el Espíritu las siente todas, las discierne, las analiza y asigna á

cada una su causa y el sitio en que se verifica.



»Fenómeno análogo tiene lugar entre Dios y la creacion. Dios está en todas partes en la naturaleza, como el Espíritu está en todas las partes del cuerpo.

Todos los elementos de la creacion están con él en relacion constante , como todas las células del cuerpo humano están en contacto inmediato con el ser espiritual. No hay razon, pues, para que fenómenos de un mismo orden no se produzcan de la misma manera en uno y otro caso.



» Cuando un miembro se agita, el Espíritu lo siente: si una criatura piensa, Dios lo sabe. Si todos los miembros están en actividad, los diferentes órganos se ponen en vibracion, y el Espíritu percibe cada sensacion, la distingue y la localiza. Las diferentes creaciones, las diferentes criaturas se agitan, piensan y obran de diverso modo, y Dios sabe todo lo que pasa y asigna á cada una lo que le es particular.



»Se puede deducir igualmente la solidariedad de la materia y de la inteligencia, la de todos los séres de un mundo entre sí, la de todos los mundos y todas las criaturas con su hacedor.» (Quinemant. Sociedad de Parts, 1867.)







Extraído del libro “EL GÉNESIS

LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec


La Reencarnación en La Biblia


Tema¦ La Reencarnación en La Biblia



Anotaciones

Reunión # 61

·         dentro del Cristianismo este concepto ha sido muy mal interpretado en muchas ocasiones
·         En La Biblia existen suficientes referencias al fenómeno de la reencarnación
o   Mateo 17:10-13, Marco 9:11-13, Lucas 9: 33
(Implicando que Juan el Bautista era la reencarnación del profeta Elías).
o   Juan 9:1-3
(Implicando que el hombre había vivido previamente antes de nacer ciego en la presente existencia).
o   Juan 8:57-58
(Implicando que Jesús es eterno habiendo vivido anteriormente).
o    Juan 3:3
(Esta cita ha sido interpretada de varias formas dependiendo de la traducción. Para nosotros la cita sencillamente implica que el hombre debe nacer de nuevo, es decir, debe reencarnar).
·         Primer Concilio de Nicea en el año 325, cuando el emperador romano Constantino decidió convertir el cristianismo en la religión oficial del imperio, así como a los esfuerzos posteriores de la Iglesia por desterrar de la teología cristiana cualquier referencia al concepto de la preexistencia del alma (término usado entonces para referirse a la reencarnación) durante el Segundo Concilio de Constantinopla realizado en el año 553 bajo el auspicio del emperador Justiniano.
·         el concepto de la reencarnación es tema de investigación científica empírica



Referencia



http://sociedadespiritistacubana.org/Reencarnacion.html

http://albaceteespirita.blogspot.com/2013/04/la-reencarnacion-fue-borrada-del.html



Iris de la rosa Vélez

17 julio de 2017




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La Providencia (23-25)


La Providencia (23-25)



23. —Mas los Espíritus por elevados que sean, son criaturas de facultades limitadas, y ni su poder ni la extension de sus percepciones podrían bajo este aspecto aproximarse ni. con mucho á las de Dios; pero pueden servirnos hasta cierto punto de comparacion. Lo que el Espíritu no puede hacer sinó en muy reducidos límites, Dios, que es infinito, lo verifica en proporciones indefinidas. Hay aun entre la accion de uno y otro esta diferencia, y es que la del Espíritu es instantánea y subordinada á las circunstancias, mientras que la de Dios es permanente; el pensamiento del Espíritu no alcanza sinó á un espacio y un tiempo limitados, mientras que la de Dios abraza el universo y la eternidad. En una palabra, entre los Espíritus y Dios media la distancia que de lo finito á lo infinito, y por consecuencia, inconmesurable.



24. —El fluido perispirital no es el pensamiento del Espíritu, sinó el agente y el intermedio de este pensamiento: como es él quien lo trasmite, está en cierto modo impregnado de él; y en la imposibilidad en que estamos de aislarlo, parece unificarse con el fluido, como el sonido parece estarlo con el aire, de modo que podemos casi materializarlo; y como decimos que el aire se hace sonoro, podríamos, tomando el efecto por la causa, decir que el fluido se hace inteligente.



25. —Suceda ó no asi con el pensamiento de Dios, es decir que obre ó no directamente ó por medio de un fluido, para nuestra inteligencia, representémonoslo bajo la forma concreta de un fluido inteligente que llena el universo infinito y penetra todas las partes de la creacion. La naturaleza entera está sumergida en el fluido divino; mas en virtud del principio de que las partes de un todo simple son de la misma naturaleza y tienen las mismas propiedades que el todo, cada átomo de este fluido, si puede decirse así, poseyendo el pensamiento, es decir los atributos esenciales de la divinidad, y estando este fluido en todas partes, todo estará sometido á su accion inteligente, á su prevision, á su amor: no habrá ser por Ínfimo quesea, que no esté en cierto modo saturado de él. Así es que todos estamos constantemente en presencia de la divinidad; no hay acto, por insignificante que sea, que podamos sustraer á su mirada, y nuestro pensamiento está en contacto incesante con su pensamiento; por lo cual, con razon se dice que Dios lee en los mas recónditos pliegues de nuestro corazon. Estamos en Él, como Él está en nosotros, segun la palabra de Jesucristo.

Para abrazar en su amor á todas sus criaturas, no tiene necesidad Dios de bajar sus ojos de lo alto de la inmensidad; para que nuestras preces sean oidas, no es necesario que traspasen el espacio ni que sean recitadas en voz sonora; porque estando en nosotros, nuestros pensamientos repercuten en él, como los sonidos de una campana hacen vibrar todas las moléculas del aire ambiente.



Extraído del libro “EL GÉNESIS

LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec

LA CALUMNIA 


LA CALUMNIA 

¡Calumnia abominable!... el luto y el espanto difundes por doquiera: ¡Fatal es tu misión! Los ojos más serenos anublas con el llanto y arrancas despiadada, la paz del corazón. 

En todas partes dejas tristísima memoria; unida estás al hombre con invisible imán. Profanas con tu aliento el libro de la historia y crédito los  siglos a tus sofismas dan. 

A veces el acaso te arroja de tu trono y  pierdes en un soplo tu fuerza y tu poder; mas tornas a la lucha con implacable encono  y a la verdad humillas volviéndola a vencer. 

La condición humana acepta a la impostura y la verdad rechaza cual sombra que da horror, y si al mortal no halaga la ajena desventura escucha indiferente la queja del dolor. 

Es triste confesarlo ; mas con desdén profundo contempla la desgracia la turba mundanal. ¡Ah!... Pobre del que llora, que le desdeña el mundo porque sus ayes turban su impura bacanal..

 Amaos unos a otros, nos dice la escritura, y odiarnos mutuamente, nos pareció mejor, la envidia y la calumnia que son, de igual hechura, buscaronse y se unieron con fraternal amor. 

¡Que mundo tan pequeño es este que habitamos! sin duda por sarcasmo se llama a esto vivir, cobardes y mezquinos en todo nos mostramos:  la educación tan sólo nos llega a corregir. 

Mas queda la semilla del mal en nuestro pecho y siempre fructifica con tal fecundidad, que el más leve accidente presenta claro hecho que el hombre lleva el germen en sí de la impiedad. 

¿En esos otros mundos será mejor el hombre?  -Sin duda debe serlo sí está cerca de Dios.  ¿Tendrá distinta forma...? ¿Tendrá distinto nombre?



¿irá como en la tierra de su codicia en pos?



Nos no; debe ser grande y hallarse revestido  de un algo poderoso que irradie clara luz: 



debe ostentar su frente el sello bendecido que a la virtud legara, el que expiró en la cruz. 

!Oh¡ cuánto anhela mi  alma llegar a esas regiones!  aquí me falta espacio, aquí me falta fe: miro luchar tan solo mezquinas ambiciones y no encuentro los seres que en mi ilusión soñé. 

¡Oh¡ Ser Omnipotente; que acabe mi destierro.  ¡Qué lenta es mi agonía...! Termine mi sufrir:

aquí mi frente oprime  un círculo de hierro... permíteme que muera para después, vivir. 

Vivir entre otros seres, sin que calumnia impía  arroje en el mi camino su rayo destructor; en donde siempre brille el luminar del día en donde encuentre el alma inextinguible amor. 

Ese amor noble y grande, inmaterial, profundo,  amor que desconoce la pobre humanidad; ¡oh! tú Dios bondadoso: arráncame de un mundo, donde hay hombres que niegan la luz de tu verdad.                                       





PARÁBOLA DEL SIERVO TRABAJADOR


PARÁBOLA DEL SIERVO TRABAJADOR





“Los Apóstoles le dijeron al Señor: Acrecienta nuestra fe. Y el Señor dijo: Si tuvierais una fe tan grande como un grano de mostaza y dijerais a este sicómoro: Arráncate y trasládate al mar, él os obedecería. ¿Quién de vosotros, que tenga un criado arando o pastoreando, le dice cuando llega del campo: Pronto, ven y siéntate a la mesa? Más bien le dirá: Prepárame de cenar, y ponte a servirme hasta que yo coma y beba. Después comerás y beberás tú. ¿Tendría que estar agradecido al criado porque hizo lo que se le había ordenado? Así también vosotros, cuando hayáis hecho lo que se os haya ordenado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer.”



(Lucas, XVII, 7-10).





Era costumbre, antiguamente, valerse de los siervos que trabajaban en la labranza o guardaban ganado: al llegar, a la tarde, preparaban la cena para su amo, servían la mesa, y, después, cenaban. Aquellos que así no lo hiciesen estarían dejando de cumplir su deber, y el que así procedía, no hacía más que cumplir su obligación, porque para tal menester fue contratado y recibía su salario. No se jactaba de proceder así, visto el previo ajuste que hubiera entre él y el patrón. Jesús que se aprovechaba siempre de lo que ocurría cotidianamente, para dar buenas lecciones a aquellos que debían ser, más tarde, sus apóstoles, al pedir estos al Señor que les aumentase la fe, después de exaltar las virtudes de la fe y el poder que la misma mantiene, les propuso la llamada Parábola del Siervo Trabajador. El Maestro quiso hacer ver a sus discípulos que la fe es el salario de los buenos obreros, y para que ese salario sea aumentado, es necesario que los obreros cumplan primeramente sus deberes, pero sin jactancia, con humildad, como quien se considera pagado con las gracias recibidas para desempeñar su tarea. (*) La labranza es el símbolo de la Religión, que debe ser cultivada por todos; el ganado constituye o representa “esos todos”, es decir, los que se quieren instruir en la Religión, los pastores de ganado; el dueño de la labranza o del ganado es Jesús que vino a traernos ese alimento de Vida Eterna. La fe, como ya dijimos, no es una cosa abstracta, como no es abstracta la simiente de mostaza. Así como esta es una cosa sustancial, también la fe contiene tan poderosos elementos que los que la poseen llegan a realizar maravillas, como “arrancar sicómoros y arrojarlos al mar.” La simiente de mostaza, cuando está seca, es estéril, no da espigas, no sirve para condimento, no se presta como medicamento, en fin, no tiene valor ninguno. La fe que se encuentra en estas condiciones tampoco tiene ningún valor. Y ¿qué diremos de la fe cuando ni siquiera aparenta la simiente seca de la mostaza? Se añade otra circunstancia que observamos en la parábola: los apóstoles no creían en esa fe que se recibe de golpe, como la determinan las Iglesias; creían que ella es susceptible de aumento, tanto que pidieron a Jesús: “Señor, auméntanos la fe.” Y el Señor no los desengañó de esa creencia, antes les alimentó la esperanza, estimulándolos al trabajo y a la perseverancia, al cumplimiento del deber, que es el medio por el cual alcanzarían tal desiderátum.  El Espiritismo, que es el Consolador prometido por Jesús para recordar a los hombres todo lo que Él dijo, explica, en espíritu y verdad, su palabrea y trae, a todos, el complemento de las Enseñanzas Cristianas, que no podían ser dadas en aquella época, debido al atraso intelectual de entonces. El Espiritismo viene a cumplir su misión, ofreciendo a los hombres la explicación su cinta de la Religión en sus modalidades científica y filosófica.





(*) Es propio del siervo verdaderamente útil el realizar su tarea con buena voluntad y alegría; él no solo realiza lo que le mandaron realizar, sino que da siempre un poco más; el siervo inútil, no: hace exclusivamente lo que le pidieron que hiciese, y, cuando le es posible, hasta un poco menos, alegrándose de pensamiento de que “engañó” a su amo. La satisfacción del trabajo bien hecho y dadivoso caracteriza al Espíritu Superior.

La Providencia (22)


La Providencia (22)



22. —En la impotencia en que el hombre está, de comprender la esencia misma de la divinidad, no puede formarse sino una idea aproximativa por medio de comparaciones, necesariamente muy imperfectas, pero que al menos pueden mostrarle la posibilidad do

lo que á primera vista les parece imposible.

Supongamos un fluido bastante sutil para penetrar todos los cuerpos, es evidente que encontrándose cada molécula de este fluido en contacto con cada molécula de la materia, producirá sobre el cuerpo una acción idéntica á la que produciría la totalidad del fluido.

Así lo demuestra á cada paso la química, en proporciones limitadas.

Este fluido, como ininteligente, obra mecánicamente por las solas fuerzas materiales. Mas si suponemos á este fluido dotado de inteligencia, de facultades perceptivas y sensitivas, obrará no ciegamente sino con discernimiento, con voluntad y libertad; verá, oirá y

sentirá.

Las propiedades del fluido perispirital pueden darnos de esto una idea. No es inteligente por sí mismo, puesto que es materia; pero es el vehículo del pensamiento, de las percepciones y de las sensaciones del Espíritu. A causa de la sutileza de ese fluido, los Espíritus penetran por todas partes, escrutan nuestros pensamientos mas íntimos, ven y obran á distancia.

A ese mismo fluido, llegado á cierto grado de depuracion, es á lo que los Espíritus superiores deben el donde obicuidad; basta un rayo de su pensamiento dirijido sobre diversos puntos, para que puedan hacer sentir su presencia en ellos simultáneamente; la estension de esta facultad está subordinada al grado de elevacion y de purificacion del Espíritu.

.

Es tambien por medio de este fluido como el hombre mismo obra á distancia por la potencia de la voluntad sobre ciertos individuos; cómo modifica en ciertos límites las propiedades de la materia; da á sustancias simples propiedades determinadas; repara los des

órdenes orgánicos, y verifica curaciones con la sola imposición de las manos.





Extraído del libro “EL GÉNESIS

LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec

POSTULADOS BÁSICOS DEL ESPIRITISMO


POSTULADOS BÁSICOS DEL ESPIRITISMO



Existencia de Dios



La Doctrina Espirita acepta la existencia de una Inteligencia Universal, fuerza primordial organizadora de las leyes naturales, fuente excelsa del bien y del amor. La idea espiritista de Dios se distingue de la concepción antropomórfica de las religiones, puesto que no lo concibe como un ser personal o mutable que se alegra o entristece, que premia o castiga, sino como la energía primaria y creadora del Universo, arquetipo del Supremo Amor.



Preexistencia y supervivencia del espíritu



Existimos antes de nacer y continuamos viviendo después de la muerte. Todos los seres vivos están dinamizados por un principio psíquico indestructible e imperecedero, responsable por las funciones intelectuales y emocionales. Tal principio, adquiere los atributos del espíritu humano siguiendo un vasto e intrincado proceso evolutivo.



Reencarnación



El espíritu se sirve de diferentes cuerpos físicos a lo largo de su trayectoria progresiva. Va alcanzando nuevos estados evolutivos por medio de innumerables vidas sucesivas. De este modo, el pasado y el presente están enlazados en una relación causal cuya comprensión es indispensable para el perfeccionamiento del Ser y para la edificación de su porvenir.



Mediumnidad



Es la facultad que poseen los seres humanos -más agudizada en aquellos que específicamente son llamados médiums- por medio de la cual se pueden relacionar las humanidades visibles e invisibles, es decir el mundo físico y el mundo espiritual. Mediante la práctica de la mediumnidad se prueba experimentalmente la inmortalidad del alma; se rectifican las falsas ideas del cielo, infierno, demonios, penas o castigos eternos; se entra en contacto con seres queridos y se reciben valiosas informaciones, instrucciones o intuiciones de diversas fuentes espirituales.



Pluralidad de mundos habitados



Por ser la vida una constante universal, no es un accidente que excepcionalmente se produjo en la Tierra. No estamos solos en el universo. Sería una demostración de grosero antropocentrismo negar la posibilidad de que haya vida en otros planetas, sistemas o galaxias, la cual obviamente, habrá adquirido en los vastos procesos evolutivos, distintas formas de manifestarse, de acuerdo con sus propias condiciones y circunstancias.

La Providencia. (20-21)


La Providencia. (20-21)





20. —Por Providencia se entiende el amor de Dios á todas sus criaturas. Dios está en todas partes, lo vé todo, preside á todo, aun á las mas pequeñas y al parecer insignificantes cosas. En eso consiste la acción providencial.

«¿Cómo Dios tan grande, tan poderoso, tan superior á todo, ha de mezclarse en pormenores tan ínfimos, preocuparse de los más insignificantes actos y fugaces pensamientos de cada individuo? Tal es la pregunta que se hace la incredulidad, y de ella deduce que, admitiendo la existencia de Dios, su accion no debe extenderse sino sobre las leyes generales del universo; que el universo funciona de toda eternidad en virtud de esas leyes, á las cuales, toda criatura está sometida en su esfera de actividad, sin que haya necesidad del concurso incesante de la Providencia. »"



21. —En su estado actual de inferioridad, los- hombres no pueden comprender fácilmente un Dios infinito; porque siendo ellos mismos de tan limitados alcances, se lo representan como un ser superior á ellos aunque parecido, y á imágen y semejanza suya. Los cuadros que presentan á Dios bajo forma humana, no contribuyen poco á mantener en el error el espíritu de las masas que adoran en él la forma más que el pensamiento. Es para el mayor número un soberano poderoso sobre un trono inaccesible, perdido en la inmensidad de los cielos; y como que sus facultades y sus percepciones son tan limitadas, no comprenden

que Dios pueda ó quiera intervenir directamente en las cosas pequeñas.





Extraído del libro “EL GÉNESIS

LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec

El génesis, los Milagros y las profecías


Tema¦ El génesis, los Milagros y las profecías

Anotaciones

Reunión # 60







El Génesis– publicado en enero de 1868, y según aclara el propio codificador, " esta obra es mas que un paso en el terreno de las consecuencias y aplicaciones del Espiritismo". Conforme a su título, tiene como objetivo el estudio de tres puntos hasta ahora, diversamente interpretados y comentados: La Génesis, Los Milagros y las Predicciones, en sus relaciones con las nuevas leyes decurrentes de la observación de los fenómenos espíritas. El capítulo XVIII, el último, cuyo título es:"Los tiempos son llegados", aborda la marcha progresiva del planeta Tierra, en el campo físico y moral, mostrando que todo obedece a las leyes naturales o leyes divinas, que deben ser cumplidas, pues "Todo es armonía en la Creación". Ese capítulo muestra como debemos encarar los acontecimientos actuales sin miedos ni supersticiones, confiantes en que somos espíritus inmortales que tenemos sucesivas existencias y que por tanto,podremos reencarnar tanto en la Tierra como en otros planetas, pues la vida continúa.







http://inquietudesespiritas.blogspot.com/2009/12/las-obras-de-kardec.html



Iris de la rosa Vélez

10 julio de 2016





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De la Naturaleza divina. (18-19)


De la Naturaleza divina. (18-19)



18. —En resumen, Dios no puede ser Dios, sinó á condicion de no ser aventajado en nada por ningún otro sér; porque el sér que fuera superior á Dios en cualquiera cosa que fuese, aunque no montase el grueso de un cabello, ese seria el verdadero Dios. Por eso es preciso que sea infinito en todo.

Así es como, comprobada la existencia de Dios por sus obras, se llega por simple induccion lógica á de terminar los atributos que le caracterizan.



19. —Dios es pues, la soberana y suprema inteligencia: único, eterno, inmutable, inmaterial, omnipotente, soberanamente justo y bueno, é infinito en todas sus perfecciones, y no puede ser otra cosa. Tal es el fundamento sobre que descansa el edificio universal: es el faro cuyos rayos 'se estienden por el universo entero, y el único que puede guiar al

hombre en la investigacion de la verdad. Siguiéndole, nunca se extraviará, y si tantas veces se ha extraviado, es por no haber seguido el camino que le estaba indicado.

Este es tambien el criterio infalible de todas las doctrinas filosóficas y religiosas. El hombre tiene para juzgarlas una medida rigurosamente exacta en los atributos de Dios; y puede decirse con certidumbre que toda teoría, todo principio, todo dogma, toda creencia, toda práctica que esté en contradiccion con uno sólo de esos atributos, que tendiera no ya á anularlos, más á disminuirlos, es un error, está fuera de la verdad.

En filosofía, en psicología, en moral, en religion, sólo es verdad la que no se aparta un ápice de las cualidades esenciales de la divinidad. La religion perfecta seria aquella cuyos artículos de fé estuvieran de todo punto en consonancia con esas cualidades; cuyos dogmas pudieran sufrir las pruebas de esa confrontacion sin menoscabo alguno.



Extraído del libro “EL GÉNESIS

LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec

Los ídolos


Los ídolos



Le debe el arte al santo paganismo

del gentil cristianismo,

que a su gusto formó la egregia Roma,

riqueza y esplendor imponderable

en magníficos templos,

cuyas altivas torres

parece que en su anhelo

quieren audaces escalar el cielo.

Gigantes catedrales

con sus altas ventanas ojivales

en bóvedas sombrías,

donde el órgano arroja

imponentes y tristes melodías.

Sus naves espaciosas

dan paso a las capillas

donde el arte encerró sus maravillas;

al mármol prestó aliento la escultura,

y al lienzo te dio vida la pintura,

presentando figuras ideales

de vírgenes preciosas,

con negros mantos y con blancas tocas.

Y ángeles con doradas cabelleras

y leves alas de color de rosa,

cual las que ostenta el alma de las flores

la sencilla y voluble mariposa.

A cristo lo revisten a su antojo

con túnicas de negro terciopelo,

y de mirra y de incienso al cielo sube

blanca, ligera y ondulante nube.

Todo esto es bello, halaga los sentidos,

la inspiración humana allí se admira,

mas todo sus encantos son perdidos

al entrar en su fondo la mentira.

¡Cuando el alma cristiana considera

que no es esa la senda verdadera!.

¿Necesito Jesús flores y altares

para explicar sus máximas divinas?.

Bien sabemos que no;

buscó los mares

y le bastaron valles y colinas;

y encargo a sus discípulos que solo

en gran Ser en espíritu adoran,

y que fueran del uno al otro polo

y sus eternas leyes publicaran.

Mas no les exigió templos gigantes

con lienzos y grandiosas esculturas,

solo le repitió con voz vibrante:

“Escudriñad las santas escrituras”;

esto fue lo que Cristo pidió al hombre

un amor grande, sin rival, profundo;

y que el santo recuerdo de su nombre

fuera la luz que iluminara al mundo.

¿Por qué entonces el grabe cristianismo

alzo templos y alteres

limitando al pasado paganismo?.

¿Qué a sus dioses y genios tutelares

homenaje rendían

por que el nombre de Dios no conocían?.

Aquel no comprende que la vida

es la esencia de Dios cuya ternura

limitación no tiene conocida;

debemos perdonarle que en su anhelo

un ídolo levante

y que le rinda culto reverente;

pero el que tiene ilustración bastante

para saber que Cristo fue el Profeta

que al regenerar vino este planeta,

con este si, que la razón se ofusca

viendo que torpe busca

entre santos y santas

un buen intermediario

para llegar de Dios a santuario.

El culto de los santos

es la amarga irrisión del cristianismo

por que es darle derechos

a míseros mortales

que aunque mártires fueron

por la divina fe que a Dios juraron.

Pero estos grandes hombres

¿quien puede asegurar que no pecaron?.

Justo es que su recuerdo

se guarde de las historias en los anales,

y se limiten sus hechos inmortales.

Mas de esto a concederles,

derechos celestiales,

existe tan notable diferencia

como hay desde la duda y la ignorancia

a la verdad innegable de la ciencia.

Tan solamente a Dios pedir debemos,

por que El únicamente es el que puede

darnos la apreciación que merecemos:

¡Sólo El es infalible,

perfección que en el hombre es imposible!.

¿Se conoce en la tierra algo mas bello

que el sol resplandeciente?.

Ciertamente que no,

nada le iguala,

por él su aroma exhala

la cándida azucena,

el lirio de los valles

y las violetas de fragancia llena.

¿Pues cuando él lanza en la mitad del día

sus vivos resplandores

le hacen falta quizá de las estrellas

los pálidos fulgores?.

Cuando los mares salen de su centro

y arrancan despiadados

palacios y cabañas,

¿se aumentara su rápida corriente

por que a su paso arrojen las montañas

sus cristalinas fuentes?.

¡Que es una gota en los inmensos mares!.

¿Qué es un grano de arena

ante esas tumbas que el Egipto encierra?.

¡Pirámides gigantes

que guarden las grandezas de la tierra!.

Pues mucho mas pequeños todavía,

son ante Dios los mártires y santos

a quien el hombre rinde idolatrías.

Hace ya luengo siglos

que los profundos sabios de la Grecia

le dijeron al hombre:

“Para salvarte de un horrible abismo

conócete a ti mismo.

Los años y las épocas huyeron

y los hombres jamás se conocieron;

mas como la ignorancia

no conoce ni dique ni distancia,

es aquí que los mortales

la doctrina de Cristo analizaron,

en nada su grandeza comprendieron.

Pero atrevidos, si, la reformaron,

todas las obras que los hombres hacen

en llegado su tiempo prefijado

en humo se deshacen;

por eso el fanatismo

se perderá también en el abismo.

¡Moralidad social!. ¿Cuándo en tu trono

te sentarás triunfante?.

¿Cuándo el hombre cesará el encono?.

Cuando la luz del evangelio irradie

por todo los confines de la tierra

y el creyente no busque intermediario

para llegar de Dios al sanitario.

¡Década bendecida, avanza en tu carrera!.

La humanidad te espera

en su profundo sueño sumergida.

¡Rayo de luz, fulgura…resplandece!.

¡Atrás oscurantismo…!.

Ya tu poder fenece;

feliz el pueblo que a la sombra crece

del justo y verdadero Espiritismo!.

Este es el cristianismo;

la ampliación aumentada y corregida,

pues los espiritistas

para adorar a Dios no buscan templos

donde brille el poder de los artistas.

En la cóncava peña

en el volcán rugiente

en el ave que cante en la enramada

y en la región glacial, en todas partes

ven a Dios ostentando su belleza.

Para el espiritista no hay más templo

que admirar a la gran naturaleza,

que en ese inmenso libro se haya escrito

el resumen de Todo. ¡El infinito!.



1875

Amalia Domingo Soler

PARÁBOLA DEL RICO Y LÁZARO 2


PARÁBOLA DEL RICO Y LÁZARO





El Seno de Abraham es la libertad del Espíritu en el Espacio Infinito; el Seno de Abraham es el Mundo Invisible, donde los Espíritus, con sus cuerpos imponderables, caminan libres de todos los obstáculos, realizando siempre nuevas conquistas, haciendo nuevos descubrimientos, aprendiendo nuevas verdades que los elevan en conocimientos, que los elevan en felicidad. El Seno de Abraham es el Mundo de la Inmortalidad, de la Luz y de la Verdad, donde cuanto más progresamos más

aprendemos, y cuanto más aprendemos más sabemos amar a nuestro Dios y a nuestro prójimo; es el Mundo de la Fe verdadera, que estremece y transporta las montañas, hace agitarse a los océanos y produce vientos; pero que también da calma y bonanza a todos aquellos que, como los discípulos del Mar de Galilea, batidos por el rígido tifón, imploran el auxilio de Jesús, y, con la esperanza de salvarse, oyen las dulces palabras del Humilde de Nazaret resonar en sus oídos como una luz iluminando el camino en una noche tenebrosa. Abraham fue el Patriarca de los Hebreos, gran personaje del Antiguo Testamento, en el que la fe más se purificaba, más viva y resplandeciente se mostraba, hasta el punto de no vacilar en sacrificar a su hijo Isaac, para obedecer las órdenes que había recibido de lo Alto. Abraham era un creyente sincero en la Inmortalidad: veía el Espacio sembrado de Espíritus, conversaba con los Espíritus de aquellos que nosotros llamamos, indebidamente, muertos, vivía en relaciones continuas con el Mundo de los Espíritus, que era su Seno predilecto, que era su Paraíso, su Cielo, su delicia y su felicidad. Hacia allí es donde fue Lázaro, con entera libertad de movimiento por los aires. Él había sufrido en la Tierra, aguijoneado por el dolor, por la miseria, privado de las delicias del mundo, pero creía en un Dios Supremo, que le concedió aquella existencia de expiación y de pruebas, para que reparase los males de sus vidas pasadas, en las que también había descuidado las cosas divinas y sólo había vivido los gozos efímeros del mundo; Lázaro saldó su cuenta, al salir de la prisión corpórea, había pagado hasta el último cuadrante de sus deudas, y reconquistó el Reino de la Libertad y de la Luz, que Dios concede a todos los que se someten a su Ley, a sus santos designios. Esto es el Seno de Abraham; este es el cuadro majestuoso que Jesús diseñó a la vista de los oyentes de la parábola con referencia a Lázaro, al mendigo, que tenía como única caridad, en la Tierra, las caricias y los besos de los perros, esos fieles amigos de los hombres, que venían a lamerle las llagas. 

Continuemos recogiendo el Evangelio, y del Seno de Abraham pasemos al Hades.- ¿Qué pensáis vosotros que es el Hades? Los antiguos creían en la existencia de un mundo subterráneo, hacia el cual iban las almas de aquellos que no fueron buenos en la Tierra. El cuerpo quedaba en el sepulcro, y el Espíritu iba hacia el Hades: “mundo localizado en las entrañas de la Tierra”. (*) Esas almas no podrían salir de ahí, así como nosotros, en cuerpo de carne, no podemos salir de este mundo. Entretanto, los Espíritus que estaban en el Hades veían con los ojos del alma, y sabían, por tanto, todo lo que pasaba en el Seno de Abraham. Y era justamente en eso que consistía el sufrimiento de ellos: ver lo que pasaba en lo Alto, y no poder participar de esos privilegios que sólo eran concedidos a aquellos que, como Lázaro, habían saldado su cuenta espiritual. Por eso dice el Evangelio que el rico levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro en su Seno, y exclamó: “¡Padre Abraham, ten compasión de mí! Y manda a Lázaro que moje la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque estoy atormentado en estas llamas.







(*) El Hades eran las regiones infernales en la Mitología Griega, correspondientes al Tártaro de los romanos y equivalente al Infierno aceptado por los católicos y protestantes. No debe ser entendido como un “lugar”, sino como un estado de espíritu, es decir, un estado de profundo sufrimiento. En la pregunta 1011 de El Libro de los Espíritus, Allan Kardec indaga: “¿Hay un lugar circunscrito en el Universo que esté destinado a las penas y goces de los Espíritus, según sus méritos? Y la respuesta dice lo siguiente: Ya respondimos a esa pregunta. Las penas y los goces son inherentes al grado de perfeccionamiento de los Espíritus. Cada uno posee en sí mismo el principio de su propia felicidad o infelicidad; y como ellos están por todas partes, ningún lugar circunscrito y cerrado, está destinado a uno con preferencia de otro.” Cuando se dice que el Espíritu “entró en el Hades”, esto quiere decir, figuradamente, que él tomó conocimiento de sí mismo, se vio en su profunda miseria moral, cuya consecuencia es un indecible sufrimiento y la imposibilidad de aproximarse a los Espíritus felices.

¡El rico quería agua! Antiguamente bebía vino y licores finos, pero en el Hades pedía agua; tenía sed y esa sed no era la del cuerpo, no se trataba de agua de ríos o de fuentes, porque el cuerpo estaba en el sepulcro, y el Espíritu no puede beber agua material. Era sed de consuelo, de esperanza, de perdón.  Él también había comprendido ya que la causa de sus dolores era la vida disoluta que pasó en el mundo y la llama viva del remordimiento abrasaba su conciencia. Él quería agua, esa agua de la vida, esa agua de salvación que Jesús había dado a la Mujer de Samaria. Esa agua del perdón de los pecados que el rico había cometido contra todos los que mendigan de los hombres la caridad de la atención para las cosas divinas. Y Abraham; el gran Patriarca, que vivía feliz en el Mundo de los Espíritus, dirigiendo la enorme falange de Espíritus que había aumentado su descendencia, falange de Espíritus a quien guiaba, y entre los cuales se contaba Lázaro, que era uno de sus protegidos espirituales, Abraham respondió al rico: “Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida; y Lázaro del mismo modo los males. Es justo, pues, que él, ahora, esté consolado, y tú en tormentos. “Añade también que entre nosotros y vosotros existe un gran abismo, de modo que ni nosotros podemos vivir donde vosotros estáis, ni vosotros podéis vivir donde nosotros estamos; vuestra atmósfera nos asfixia, así como la nuestra os sofocaría; los aires que respiramos son insuficientes para vosotros que estáis impregnados de materia. “Cuidaste sólo de la material, sólo del cuerpo; cultivaste la materia que no os deja elevaros ni llegar hasta nosotros. Mientras que Lázaro tuvo la mirada puesta en lo Alto, no teniendo tiempo si no de pagar deudas materiales, y conquistó fluidos espirituales para elevarse al lugar en el que se encuentra actualmente.” Pero Abraham oía la voz del rico, y el rico oía la voz de Abraham; el rico en el Hades veía a Lázaro en el Seno de Abraham, todos ellos se comunicaban, hablaban, conversaban; porque había

necesidad de que el rico fuese exhortado para regenerarse más tarde, y, como Lázaro, venir nuevamente al mundo a pagar su deuda, para, como Lázaro, después subir también al Seno de Abraham; porque también él era hijo de Abraham, y Abraham no dejaría a su hijo perecer. Abraham lo llamó hijo; y le dijo: “Hijo, acuérdate de tu vida y acuérdate de la vida de Lázaro”, queriendo decir con esto que, sin volver a la vida corporal, semejante a la de Lázaro, para sufrir las consecuencias de su orgullo y de su egoísmo, él, el rico, no llegaría a su Seno. Fue entonces que el Espíritu del rico, ahora lleno de pobreza y de sufrimiento, acordándose de sus cinco hermanos, que llevaban la misma vida que él llevaba cuando estaba en la Tierra, replicó: “Padre, yo te ruego, entonces, que lo mandes a la casa de mi padre (pues tengo cinco hermanos) para avisarlos, con el fin de que ellos no vengan también para este lugar de tormentos.” El rico, que estaba en el Hades, sabía muy bien, por qué veía que el Padre Abraham mandaba siempre a otros Espíritus para dar avisos a los hombres de la Tierra; entonces pidió que lo mandase a la casa de aquél que había sido su padre, porque él tenía cinco hermanos que también llevaban una vida disoluta y necesitaban conocer los tormentos que los aguardaban si continuaban así. Pero Abraham le dijo: “Ellos tienen a Moisés y los profetas, que los escuchen.” Lo que significa: “Moisés les dice todo lo que necesitan hacer para ser felices, y los profetas, que son médiums, les dicen, influenciados por los Espíritus, lo que pasa después de la muerte, a fin de darles instrucciones para que no vengan, como tú, a parar al Hades.” Pero el rico insistió a Abraham, y, presentándole varias razones, dijo: “No, Padre Abraham, que si alguno de entre los muertos va a verlos, se arrepentirán.” El rico deseaba que sus hermanos tuviesen una manifestación positiva de los muertos, porque creía que, de esa forma, se volverían obedientes a la Ley de Dios. Pero Abraham respondió nuevamente: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso aunque resucite un muerto.”

Pues si ellos habían rechazado las exhortaciones de los profetas, por quien los muertos acostumbraban hablar, ¿cómo habrían de creer en los muertos? Para creer en los muertos era necesario creer en los profetas, porque los profetas no eran más que médiums, por quien se comunicaban los Espíritus de los muertos. Si ellos no creían en los médiums, ¿cómo habrían de creer en los Espíritus? ¿Cómo podrían los Espíritus de los muertos avisarlos, como el hermano quería, sin los médiums indispensables para transmitir la comunicación? Sabemos que el cuerpo del Espíritu es mucho más fluídico que el nuestro y que por eso no lo podemos ver ni oír; y que el Espíritu siempre se manifiesta con el concurso de un médium; ¿cómo podría Abraham atender la petición de su hijo para satisfacer a otros cinco hijos ricos?



*



Finalmente, antes de que Jesús hubiese propuesto a la multitud, que se hallaba a su alrededor, la bella parábola que acabamos de estudiar, él había dicho a los fariseos, que eran avaros: “La Ley de Moisés y los profetas durarán hasta Juan Bautista; desde ese tiempo el Evangelio del Reino de Dios es anunciado; y todos entrarán a la fuerza en él; sin embargo, de la Ley de Dios no faltará ni un tilde, no será suprimido ni un punto.” Dios da la libertad a todos para que busquen su Ley; y aquellos que buscan, el Padre no da el Espíritu por medida. Está escrito: “Aquél que pide, recibe: el que busca, encuentra; y al que llama se le abre, porque el Padre no da una piedra a quien le pide un pan, ni una serpiente a quien le pide un pez.” (Mateo, 7-8). Así Dios respeta el libre albedrío que a cada uno concedió. Los Espíritus de los muertos pueden comunicarse y se manifiestan a los vivos, pero no pueden obligar a los vivos, aunque

ellos sean ricos y grandes, a tomar, desde ya, posesión de la felicidad futura. Y es por eso que sabemos que muchos ricos de las cosas del mundo, y muchos pobres que quieren enriquecerse con las cosas del mundo, que, aunque hayan visto y oído manifestaciones y avisos de los muertos, no se convencieron con esos avisos. Al contrario, dicen que fue una ilusión, miedo, sandez y locura. Por eso hizo bien Abraham en no permitir la manifestación espírita a los cinco hermanos ricos de aquél que se vestía de púrpura y se daba buenos banquetes todos los días de su existencia en la Tierra.



*


El hombre que se quiere convencer por la fuerza, le ha de ocurrir lo que le ocurrió a la cigarra de la Fonteine: “Cantó su vida, pero después lloró su muerte.” Y hay que volver llorando en la otra vida para, con justa razón, cantar en la Inmortalidad.

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