PARA LOS RECIÉN FALLECIDOS 2


PARA LOS RECIÉN FALLECIDOS 2

 

59. PREFACIO. Las oraciones por los Espíritus

que acaban de dejar la Tierra, no tienen sólo por objeto

darles un testimonio de simpatía, sino que tienen

también por objeto ayudar a su desprendimiento, y por

lo tanto, abreviar la turbación que sigue siempre a la

separación y darles más calma al despertar. Pero

también en esta, como en cualquier otra circunstancia,

la eficacia está en la sinceridad del pensamiento y no

en la abundancia de palabras dichas con más o menos

pompa y en las cuales muchas veces el corazón no

toma ninguna parte.

Las oraciones que parten del corazón, resuenan

alrededor del Espíritu, cuyas ideas están aún confusas,

como las voces amigas que nos sacan del sueño. (Cap.

XXVII, número 10).

 

 

61.. Señor Todopoderoso, que vuestra

misericordia se extienda sobre nuestros hermanos que

acaban de dejar la Tierra. Que vuestra luz resplandezca

a sus ojos. Apartadlos de las tinieblas; abrid sus ojos y

sus oídos. Que los buenos Espíritus les envuelvan y

les hagan oír las palabras de paz y esperanza.

Señor, por indignos que seamos, nos atrevemos

a implorar vuestra misericordiosa indulgencia a favor

de aquél de nuestros hermanos que acaba de ser

llamado del exilio; haced que su regreso sea el del hijo

pródigo. Olvidad, Dios mío, las faltas que ha podido

cometer, para acordarnos del bien que hizo. Vuestra

justicia es inmutable, lo sabemos, pero vuestro amor

es inmenso; os suplicamos suavizar vuestra justicia

por esa fuente de bondad que mana de vos.

Que la luz se haga para ti, hermano mío, que

acabas de dejar la Tierra. Que los buenos Espíritus del

Señor desciendan hacia ti, te envuelvan y te ayuden a

sacudir tus cadenas terrestres. Comprende y mira la

grandeza de Nuestro Señor; sométete sin murmurar a

su justicia, pero no desesperes jamás de su misericordia.

¡Hermano! Que un serio retorno a tu pasado te abra las

puertas del porvenir haciéndote comprender las faltas

que dejas detrás de ti y el trabajo que te queda para

repararlas. Que Dios te perdone y que sus buenos

Espíritus te sostengan y te animen. Tus hermanos de

la Tierra orarán por ti y te piden que ores por ellos.

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