El Instinto y la Inteligencia 6


El Instinto y la Inteligencia 6





19. —El hombre que no obrara constantemente sino por instinto, podria ser muy bueno, pero dejaría dormir su inteligencia; seria como el niño que no dejara los andadores y no supiera servirse de sus miembros. El que no domina sus pasiones, puede ser muy

inteligente y al mismo tiempo muy malo. El instinto se estingue por si mismo, mas las pasiones no se subyugan sino por los esfuerzos de la voluntad.



Todos los hombres han pasado por la hilera de las pasiones; los que las han dominado ya y no son por naturaleza orgullosos, ni soberbios, ni ambiciosos, ni egoistas, ni envidiosos, ni rencorosos, ni vengativos, ni irrascibles, ni sensuales; hacen el bien sin esfuerzos, sin premeditacion , casi involuntariamente, ó como quien no hace nada. Es que han progresado en sus existencias anteriores; han pasado , por decirlo así, la viruela, se han purgado de sus malos humores. Sin razón se dice que tienen menos mérito en obrar bien, que los que tienen que luchar contra sus tendencias ó inclinaciones; aquellos han vencido ya; estos otros

luchan aun y cuando venzan , harán tambien lo bueno sin pensar en ello, como sucede á los niños que leen corrientemente y no tienen necesidad de deletrear; como sucede á dos enfermos, uno de los cuales está ya curado y repuesto, y el otro convaleciente y débil que vacila al andar. Son en fin, dos caminantes; uno de los cuales está mas próximo que el otro del punto á que se dirigen con igual anhelo.



Extraído del libro “EL GÉNESIS

LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec

Hablemos sobre EDUARDO IRVING


Tema¦ Hablemos sobre EDUARDO IRVING. 

Anotaciones

Reunión # 66

·         Edward Irving (4 de agosto de 1792 - 7 de diciembre de 1834) era un clérigo escocés, considerado generalmente como la figura principal detrás de la fundación de la iglesia apostólica católica.

·         Sabemos de su dura juventud en Escocia, de su rivalidad con su amigo Carlyle en el afecto de la lista y vivaz Juana Welsh; de sus enormes gestas de fuerza; de su corta carrera de maestro iracundo en Kirkcaldy; de su matrimonio con la hija de un ministro del culto de dicha población y, finalmente, de su curato o auxiliaría junto al gran Dr. Chalmers, que era, en aquellos tiempos, el más famoso cura de Escocia, y cuya administración de la parroquia de Glasgow es uno de los principales capítulos de la historia de la Iglesia escocesa.

·         Consistía en saber si Cristo tenía en sí la posibilidad del pecado, o si era una barrera absoluta contra las tentaciones. Los unos sostenían que la asociación de ambas ideas, pecado y Cristo, era una blasfemia.

·         iglesia de Irving: en el mes de julio de 1831 circuló el rumor de que ciertos miembros de la congregación habían sido presa del extraño fenómeno del don de lenguas en sus propios domicilios.

·         la enseñanza espiritista es propia de todo hombre serio que se ha abierto paso a través de los credos ortodoxos, y cuya inteligencia es como una superficie limpia, dispuesta a registrar una impresión exactamente como la recibe. De esta suerte se convierte en hijo y discípulo de la enseñanza del otro mundo, pudiendo la nobleza personal de carácter hacer del más honrado de los iniciados un tipo más elevado que el espiritista corriente.

·         El campo del espiritismo es infinitamente vasto, y en él pueden vivir fraternalmente todas las variedades de Cristianos, así como los Mahometanos, los Indios y los Partos. Pero no es suficiente la mera aceptación de la comunión de los espíritus y su aparición, cosa que no ignoran ya muchos salvajes. Necesitamos además un código moral. Si consideramos a Cristo como predicador o divino embajador, su predicación ética es algo esencial para el mejoramiento de la humanidad, si bien debe ser contrastada por la razón, según las luces del espíritu.

·         En las voces de 1831 hay señales de real fuerza psíquica. Es una ley espiritual reconocida que todas las manifestaciones psíquicas son deformadas cuando se perciben a través de un médium afiliado a una estrecha religión sectaria. También es una ley que las personas presumidas y finchadas atraen a los espíritus maléficos sugiriéndoles el uso de nombres interminables y profecías que les cubren de ridículo. Tales eran los guías espirituales de los prosélitos de Mister Irving.

·         Iglesia Católica Apostólica

o   Formada en Inglaterra por los seguidores del teólogo escocés Eduardo Irving (1792-1834) con un carácter revivalista, que trataban de prepararse para la segunda venida de Cristo mediante la retauración de los antiguos oficios de la iglesia. Adoptaron los ornamentos y ritos de las iglesias católicas, griega y anglicana. Restablecieron la misa romana y los siete sacramentos tradicionales a los que rodearon de la mayor pompa posible. Estaba dirigida por un Colegio de Apóstoles que debían ser doce, aunque rara vez pasaron de seis. Obtubo alguna presencia en Inglaterra, Holanda, Alemania y Estados Unidos durante el desarrollo del siglo XIX, declinando su influencia a finales de la centuria. Tras la muerte de Irving la secta derivó hacia el sacerdotalismo y el ritualismo. También se les conoce como irvigianos







Referencia:







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Iris de la rosa Vélez

21 agosto de 2017





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El Instinto y la Inteligencia 5





  

16. —Esta teoría no destruye el papel de los Espíritus protectores, cuyo concurso es un hecho admitido y comprobado por la experiencia. Pero es de notar que la accion de estos es esencialmente individual, que se modifica segun las cualidades peculiares' del protector y del protegido, y que en ningun caso tiene la generalidad y la uniformidad del instinto. Dios en su sabiduría conduce por sí mismo á los ciegos; mas confia á inteligencias libres el cuidado de conducir á los que ven, para dejar á cada cual la responsabilidad de sus actos. La mision de los Espíritus protectores es un deber que aceptan espontáneamente y que es para ellos mismos un medio de adelanto, segun la manera con que lo desempeñan.





17.—Estos diferentes modos de considerar el instinto son necesariamente hipotéticos: ninguno tiene un carácter suficiente de autenticidad para que pueda presentarse como una solucion definitiva. La cuestión se resolverá con el tiempo, cuando se hayan reunido

los elementos de observacion que faltan; entretanto es preciso limitarse á someter las opiniones diversas al criterio de la razon y de la lógica, y esperará que la razon misma se ilustre. La solucion que mas se aproxima á la verdad es necesariamente la que corresponde mejor á los atributos de Dios, es decir, á la soberana bondad y á la soberana justicia. (Véase el cap. II, núm. 19.)





18. —Siendo el instinto el guía, y las pasiones, los resortes de las almas en el primer período de su desarrollo, se confunden á veces en sus efectos, y sobre todo en el lenguaje humano que no se presta siempre lo bastante á la expresion de todos los matices de las

ideas. Hay sin embargo entre estos dos principios diferencias que conviene mucho considerar con detenimiento.



El instinto es un guía seguro, siempre bueno: en un tiempo dado podrá llegar á ser inútil, mas nunca perjudicial: se debilita con los progresos de la inteligencia.



Las pasiones en la primera edad del hombre tienen de comun con el instinto, el que los seres son impulsados por una fuerza igualmente inconsciente: nacen mas particularmente de las necesidades físicas y dependen mas que el instinto, del organismo. Lo que

principalmente distingue á las pasiones del instinto, es que son individuales y no determinan, como este último, efectos generales y uniformes: al contrario, se las vé variar de intensidad y de índole segun los individuos. Son útiles en cuanto estímulo, hasta la

aparicion del sentido moral, que de un sér pasivo hace un sér racional. Llegados á este punto, se hacen las pasiones no solamente inútiles sino que también nocivas al adelantamiento del Espíritu, cuya desmaterializacion retardan, y se debilitan con el desarrollo de la razon.



Extraído del libro “EL GÉNESIS

LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec

UN RAYO DE LUZ


UN RAYO DE LUZ



¿Qué nueva luz mi pensamiento hiere? ¿Qué nuevo aliento mi existencia anima? ¿Qué mágica esperanza me sonríe que embellece las horas de mi vida? ¿Es quizás el amor plácido ensueño que con un mundo de placer me brinda? ¿O la amistad me ofrece su consuelo? Emanación de Dios pura y bendita! ¿Me prodigó la suerte sus favores? ¿Me dio tesoros de sin par valía? ¿O la voluble fama en su entusiasmo dejó laureles en mi sien marchita? No es del amor el delirante anhelo, no es la amistad con su afección tranquila, no es la riqueza con su pompa vana, no es de la gloria la ilusión de un día. Es otra Luz que iluminó mi mente. Ya mi razón no duda, no vacila. Ya comprendo de Dios la omnipotencia, y admiro su poder y su justicia. Del porvenir el insondable arcano y el misterio infinito  se descifra, en el momento que conoce el hombre el continuo progreso de la vida. Los mundos a los mundos se suceden. Generaciones mil se precipitan, que pasan cual fulgente meteoro derramando a su paso la semilla de un adelanto lento, pero eterno, que a la virtud sublime inmortaliza. ¡Qué. grande es del Señor la omnipotencia! Todo en la tierra a su poder germina. La destrucción no existe, no hay la nada, el no se lo forjo la fantasía….  Pluralidad de mundos y existencias, forman universales armonías, que para muchos hijos de la tierra fueron, son y serán desconocidas. ¡Fatal dominación  de la materia que a tantos desaciertos precipita!... 

……………………………………….. ……………………………………...... 

¡Incansables obreros  del progreso! Arrastrad con valor vuestra fatiga; sacad del celemín vuestra linterna  y que brille la luz  eterna vida. Que comprendan los míseros mortales que hay quien mira su llanto y su sonrisa; que Dios nos da un amor inextinguible y su misericordia es infinita.



POBRES DE ESPÍRITU Y ESPÍRITUS POBRES


POBRES DE ESPÍRITU Y ESPÍRITUS POBRES





“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.”



(Mateo, V, 3).





Dios quiere Espíritus ricos de amor y pobres de orgullo. Los “pobres de espíritu” son los que no tienen orgullo, los espíritus ricos son los que acumulan tesoros en los Cielos, donde la polilla no los roe y los ladrones no los roban. Los “pobres de Espíritu” son los humildes, que nunca muestran saber lo que saben, y nunca dicen tener lo que tienen; la modestia es su distintivo, porque los verdaderos sabios son los que saben que no saben. Es por eso que la humildad se volvió tarjeta de visita para ingresar en el Reino de los Cielos. Sin la humildad, no se mantiene ninguna virtud. La humildad es el propulsor de todas las grandes acciones y rasgos de generosidad, sea en la Filosofía, en el Arte, en la Ciencia o en la Religión. Bienaventurados los humildes; de ellos es el Reino de los Cielos. Los humildes son sencillos en el hablar, sinceros y francos en el actuar; no hacen ostentación de saber ni de santidad; detestan los aduladores y serviles y de ellos se compadecen. La humildad es la virgen sin mancha que a todos comprende sin poder ser por los hombres comprendida. Tolerante en su sencillez, se compadece de los que pretenden afrontarla con su orgullo; se calla ante las palabras locas de los simples; soporta la injusticia, pero descansa con la verdad. La humildad respeta al hombre, no por sus haberes, sino por sus virtudes. La pobreza de pasiones, de vicios, de bajas

condiciones que prenden al mundo y el desapego de efímeras glorias, de egoísmo, de orgullo, amparan a los viajantes terrenos que caminan hacia la perfección. Esta fue la pobreza que Jesús proclamó: pobreza de sentimientos bajos, pobreza de carácter deprimido. ¡Cuántos pobres de bienes terrenos creen ser dignos del Reino de los Cielos, y, entretanto, son almas obstinadas y endurecidas, son seres degradados que, sin cubierto y sin pan, repudian a Jesús y se encierran en los reductos de una fe bastarda, que, en vez de esclarecer, oscurece, en vez de salvar, condena! No es la ignorancia y la baja condición las que nos dan el Reino de los Cielos, sino los actos nobles: la caridad, el amor, la adquisición de conocimientos que nos permitan alargan el plano de la vida en busca de más vastos horizontes, más allá de los que divisamos. Si de la imbecilidad viniese la “pobreza de espíritu” que da el Reino de los Cielos, los necios, los cretinos, los locos no serían fustigados en la otra vida, como nos dicen que son, cuando se comunican con nosotros. Pobres de espíritu son los sencillos y rectos, y no los orgullosos y bellacos; pobres de espíritu son los buenos que saben amar a Dios y al prójimo, tanto como se aman a sí mismos. Pobres de espíritu son los que estudian con humildad, son los que saben que no saben, son los que imploran de Dios el amparo indispensable para sus almas. Para estos dijo Jesús: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.”



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El Instinto y la Inteligencia 4


El Instinto y la Inteligencia 4







15.—En este órden de ideas se puede avanzar más todavía. Esta hipótesis, por racional que parezca, no resuelve todas las dificultades de la cuestión. Para buscar las causas hay que estudiar los efectos; y de la naturaleza de los efectos se puede venir en conocimiento de la naturaleza de la causa. Si se observan los efectos del instinto, se nota desde luego una unidad de miras y de conexidad, y una seguridad de resultados, que no existen cuando el instinto es reemplazado por la inteligencia libre; se reconoce además su sabiduría por la apropiacion tan perfecta y tan constante de las facultades instintivas á las necesidades de cada especie. Esa unidad de miras no podria existir sin la unidad de pensamientos, y

por consecuencia con la multiplicidad de las causas determinantes. Mas á consecuencia de los progresos que realizan incesantemente las inteligencias individuales, hay entre ellas una diversidad de aptitudes y de voluntades incompatible con ese conjunto tan perfectamente armonioso que se produce desde el origen de los tiempos, y en todos los climas, con una regularidad y una precision matemáticas, sin equivocarse ni desmentirse. Esta uniformidad es el resultado de las facultades instintivas, es un hecho característico que envuelve forzosamente la unidad de la causa. Si esta causa fuera inherente á cada individualidad, habría tanta variedad de instintos, como individuos hay en cada la especie, desde la planta hasta el hombre.



Un efecto general, uniforme y constante debe tener una causa general, uniforme y constante; un efecto que acusa sabiduría y prevision, debe ser producido por una causa previsora y sabia. Mas una causa sabia y previsora no puede menos de ser inteligente; y por

consecuencia, no puede ser exclusivamente material. No encontrando en las criaturas encarnadas ni de sencarnadas las cualidades necesarias para producir tal resultado, es forzoso subir mas alto, es decir, al Criador mismo. Recordando la explicacion que se ha

dado sobre la manera con que se puede concebir la accion de la Providencia (cap. II, núm. 25), si suponemos á todos los seres penetrados por el fluido divino, soberanamente inteligente, se comprenderán la sabiduría previsora y la unidad de miras que presiden á

todos los movimientos instintivos para el bien de cada individuo. Esta solicitud es tanto mas activa, cuanto el individuo tiene menos recursos en sí mismo y en su propia inteligencia, y por eso se muestra mas grande y mas absoluta en los animales y en los séres inferiores que en el hombre.



De este modo se comprende que el instinto sea un guía siempre seguro. El instinto maternal, el mas noble de todos, que el materialismo rebaja al nivel de las fuerzas atractivas de la materia , se encuentra ennoblecido y sublimado: no convenia á causa de sus con

secuencias que quedara entregado á las caprichosas eventualidades de la inteligencia y del libre albedrio. Dios mismo vela por sus criaturas nacientes valiéndose de la madre como intermedio.





Extraído del libro “EL GÉNESIS

LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec

El Instinto y la Inteligencia 3


El Instinto y la Inteligencia 3





14.—Otra hipótesis, en fin, que tendría la ventaja de ser conforme á la unidad de principio, surge del carácter esencialmente próvido del instinto, y concuerda con lo que el Espiritismo nos enseña concerniente á las relaciones del mundo corporal y del espiritual.

Se sabe ahora que Espíritus desencarnados tienen por mision velar por los encarnados de quienes son guías y protectores; que los circundan y penetran con sus efluvios fluídicos; que el hombre obra á veces de una manera inconveniente bajo la accion de estos efluvios. Se sabe tambien que el instinto, que también produce actos inconscientes, predomina en los niños y en general en todos los seres cuya inteligencia es escasa. Mas segun esta hipótesis, el instinto no seria atributo ni del alma ni de la materia; no pertenece en propiedad al ser vivo; mas seria un efecto de la accion directa de los protectores invisibles, que suplirían á la perfeccion de la inteligencia determinando ellos mismos los actos inconscientes, necesarios á la conservacion del ser. Seria como el andador con cuyo auxilio se sostiene al niño que no sabe todavía andar.



Pero así como se suprime gradualmente el uso de los andadores á medida que el niño se sostiene solo, los Espíritus protectores dejan á sí mismos á sus protegidos á medida que estos pueden guiarse por su propia inteligencia.



Segun eso, el instinto, en vez de ser el producto de una inteligencia rudimentaria é incompleta, seria la manifestacion de una inteligencia extraña en la plenitud de su fuerza, supliendo á la insuficiencia, ya de una inteligencia mas joven á quien impulsada á hacer inconscientemente por su bien lo que aun no podria hacer por sí misma, ya de una inteligencia madura más temporal ó accidentalmente impedida en el uso de sus facultades, como sucede al hombre en la infancia y en los casos de idiotismo ó de enagenacion

mental. Dícese proverbialmente que hay un Dios para los niños, para los locos y los borrachos: adagio que es más cierto de lo que comunmente se cree. Este Dios no es otro que el Espíritu protector que vela sobre el ser incapaz de defenderse por su propia razon.



Extraído del libro “EL GÉNESIS

LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec

Instinto e inteligencia


Tema¦ Instinto e inteligencia



Anotaciones

Reunión # 65


·         inteligencia

o   1. f. Capacidad de entender o comprender.

o   2. f. Capacidad de resolver problemas.

o   3. f. Conocimiento, comprensión, acto de entender.



·         Instinto

o   1. m. Conjunto de pautas de reacción que, en los animales, contribuyen a la conservación de la vida del individuo y de la especie. Instinto reproductor.

o   2. m. Móvil atribuido a un acto, sentimiento, etc., que obedece a una razón profunda, sin que se percate de ello quien lo realiza o siente.

o   3. m. Facultad que permite valorar o apreciar ciertas cosas. Tiene instinto pictórico.



·         El animal tiene una tendencia para reaccionar contra el medio exterior y la sensación le determina emociones de placer o de dolor. Buscando unas y huyendo de otras, realiza actos instintivos, que se traducen por acciones reflejas que se adaptan admirablemente a su existencia.



·         El instinto es la fuerza oculta que lleva a los seres orgánicos a realizar actos espontáneos e involuntarios para sobrevivir. El instinto es una inteligencia rudimentaria no racional y mediante él todos los seres proveen sus necesidades.



·         La inteligencia es una facultad especial propia de ciertas clases de seres orgánicos, que les da con el pensamiento, voluntad de actuar, conciencia de su existencia y constituye su individualidad moral.



·         Hay diferencia entre instinto e inteligencia, y estas dos condiciones humanas es entrecruzan tan sutilmente que se tornan imperceptibles. Ellas interactúan, sin que el hombre pueda distinguir, en muchas ocasiones, cuando una termina y da lugar a la otra.



·         Según El libro de los Espíritus, la pregunta 73, “(…) el instinto constituye una inteligencia no racional, y mediante él todos los seres proveen a sus necesidades.”







Referencia











Iris de la rosa Vélez

14 agosto de 2017





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El Instinto y la Inteligencia 2


El Instinto y la Inteligencia 2



12. —La inteligencia se revela por actos voluntarios, reflexivos, premeditados, combinados segun la oportunidad de las circunstancias. Es incuestionablemente un atributo exclusivo del alma.

Todo acto maquinal es instintivo; el que denota la reflexion y la combinacion es inteligente:

el uno es deliberado, libre ; el otro inconsciente, necesario.

El instinto es un guía seguro que no engaña jamás; la inteligencia, por lo mismo que es libre, está con frecuencia sujeta á error.

Si el movimiento instintivo no tiene los caracteres del acto inteligente, revela sin embargo una causa inteligente, esencialmente previsora. Si se admite que el instinto tiene su origen en la materia, hay que admitir que la materia es inteligente, y aun mas seguramente inteligente y previsora que el alma, puesto que el instinto no se engaña nunca, mientras que la inteligencia se engaña.

Si se considera el instinto como una inteligencia rudimentaria, ¿cómo se explica que en ciertos casos sea sur error á la inteligencia consciente y razonada? ¿Qué es lo que le da la facultad de ejecutar ciertas cosas que la inteligencia no puede realizar? Si es el atributo de un sér espiritual distinto, ¿qué se hace de este principio al deshacerse el organismo?

Puesto que el instinto desaparece, ¿será aniquilado? Si los animales no están dotados mas que de instinto, su porvenir no tiene salida: sus sufrimientos quedan sin compensacion, lo cual no es conforme ni con la justicia ni con la bondad de Dios.



13. —Segun otro sistema el instinto y la inteligencia tendrían un mismo principio ; llegado el instinto á cierto grado de desarrollo, este principio que al pronto no tiene sino las cualidades del instinto, sufriría una transformacion que le daria las de la inteligencia libre, y recibiría lo que se ha convenido en llamar la centella divina. Esta transformacion, segun el sistema indicado, no seria repentino, sino gradual; de modo que durante un cierta período participaría de las dos aptitudes, disminuyendo la primera á medida que aumentaría la segunda.



Extraído del libro “EL GÉNESIS

LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec

La felicidad de la Oración


La felicidad de la Oración




El mensaje dado en Paris en el año 1.861 a Allan Kardec  por el Espíritu de San Luis      ( Evangelio según el Espiritismo), es ante todo un canto sublime a la felicidad que se llega a experimentar por medio de la oración.
 
    Esta debe ser ante todo, además de sencilla y breve, nacida del alma y sentida sin necesidad de palabras rebuscadas. No se trata de frases hechas, sino de un intenso y sincero sentimiento en el que las palabras apenas tienen espacio.

    En la medida que este sentimiento nuestro llega a unirse con el Creador, innumerables Espíritus elevados  nos inspiran sobre Su grandeza y nos llevan a comprender y a sentir cosas tan sublimes y bellas, que no hay palabras en el lenguaje humano como para describirlas.

    San Agustín proclama cuan bellas y  tiernas son las palabras que  pueden salir  por la boca en el momento de orar. Mas bien, creo yo, que quiso decir , palabras que salen del corazón tratando de dar  forma a un sentimiento sublime, sin palabras predeterminadas que estén a la altura de lo que nace espontáneo.

     Realmente la oración es hija primogénita de la fe y nos conduce a Dios, pues sin fe no habría sitio para  poder vivir la oración, siendo este el único sendero que tenemos los seres humanos para vivir el gozo de la cercanía con el Padre.
   
    La oración es el medio por el cual el ser humano  puede, aunque sea por breve tiempo, olvidar su realidad humana transcendiéndola, y experimentando así una anticipación de la vida del espíritu, adentrándonos en una dimensión desconocida e inalcanzada todavía por tantos seres humanos.

    San Agustín nos anima a marchar por el sendero de la oración y nos dice que en este sendero oiremos las voces de los ángeles. Y es cierto, pues en forma de pensamientos e ideas, percibimos enseñanzas  que nos llegan como regalos de Espíritus Superiores, que de otro modo, nuestras mentes humanas tan limitadas de por sí, jamás percibirían.

   Ciertamente no existen palabras capaces de definir en toda su dimensión la felicidad experimentada desde la Tierra por el alma que aspira a penetrar hasta la Esencia misma de Dios a través de la oración.

    Finalmente, el espíritu autodenominado como San Luis, nos invita a que de modo semejante a Cristo, cada uno llevemos nuestra propia cruz de cada día con la fe puesta en el Padre, lo que supone vivir como en un estado de oración permanente al tener siempre  en nuestro punto de mira, el hacer o aceptar la Voluntad Divina.
-Jose Luis-

UNA PARTE DEL SERMÓN DE LA MONTAÑA


UNA PARTE DEL SERMÓN DE LA MONTAÑA







“Al ver las multitudes subió al monte, se sentó y se le acercaron sus discípulos; y se puso a enseñarles así:  “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. “Bienaventurados  los que lloran, porque ellos serán consolados. “Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la Tierra. “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán hartos. “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. “Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios. “Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. “Bienaventurados seréis, cuando os injurien, os persigan y digan contra vosotros toda suerte de calumnias por causa mía. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos. Pues también persiguieron a los profetas antes que a vosotros.”



(Mateo, V, 1-12).





En el mundo hay alegrías, sin embargo, existen más dolores y tristezas. Job decía que “el hombre vive poco tiempo en la Tierra y su vida está llena de tribulaciones” – Brevi vivens tempore repletur multis miseriis. Las Escrituras dicen que la Tierra es un Valle de Lágrimas y compara la vida del hombre a la del obrero que sólo a la noche come su pan bañado de sudor.

En este mundo, nos sentimos doblegados al peso del dolor; hoy, mañana o después, él no dejará de visitarnos. El peso de los infortunios acompaña a la Humanidad desde todos los siglos. El hombre viene al mundo con un grito; un gemido de dolor es su último suspiro. De la cuna a la tumba, la senda de la vida está sembrada de espinas y bañada de lágrimas. ¡Cuántas ilusiones, cuántas amarguras, cuántos dolores pasamos en este mundo! El dolor es una ley semejante a la de la muerte; penetra en el tugurio del pobre como en el palacio del rico. En este mundo aún atrasado, donde venimos a progresar, el dolor parece ser el centinela asignado a despertarnos para la perfección. Max Nordau decía: “Id de ciudad en ciudad y llamad de puerta en puerta; preguntad si ahí se encuentra la felicidad, y todos os responderán: ¡No; ella está muy lejos de nosotros!” Pero si es verdad que el Señor permitió que los sufrimientos nos asaltasen, no es menos verdad  que también nos proporciona la Esperanza, con que aguardamos días mejores. “Bienaventurados los que sufren, porque ellos serán consolados.” La Esperanza, es la estrella que dirige nuestras más bellas aspiraciones; es la estrella que ilumina la noche tenebrosa de la vida, y nos hace vislumbrar la estancia de salvación. La vida en la Tierra es un camino que nos conduce a los parajes luminosos de la Vida Eterna; no es un descanso, sino una preparación para el reposo. Pablo, el Apóstol de los Gentiles, recordándonos en una de sus luminosas Epístolas la Vida Real, dice: “Día vendrá en que nos despojaremos de la vestimenta mortal para vestir la de la inmortalidad.” Atravesamos la existencia en la Tierra como el soldado atraviesa un campo de fuego y de sangre, y los bravos y los fuertes de espíritu clavan en las murallas su estandarte y levantan el grito de victoria. Esto es lo que nos enseña el Espiritismo con su consoladora Doctrina.

Lleno de compasión por el mundo, Cristo descendió de las alturas, se sienta en el monte, atrae hacia sí a multitudes de desventurados y comienza su monumental sermón con las consoladoras promesas: “Bienaventurados los pobres, los afligidos, los que lloran, porque de ellos es el Reino de los Cielos.” La “buena palabra”, la Esperanza, proporciona siempre resignación, coraje y fe a los desilusionados de las promesas del mundo. El hombre que confía y espera en Dios, ve en los sufrimientos el rescate de sus faltas, el medio de purificarse de la corrupción. Es necesario tener fe, es necesario tener Esperanza. Decid al moribundo que, en verdad, no morirá, y él, animado por vuestra palabra, enfrentará la muerte y no sufrirá su aguijón. La Esperanza es el consuelo de los afligidos, la compañera del exilado, la amiga de los desventurados, la mensajera de las promesas de Cristo. Pierda el hombre todo: bienes, fortuna, salud, seres queridos, amigos, pero si la Esperanza, Hija del Cielo, lo envuelve, él prosigue en su ascensión para el bien, para la vida, para la Inmortalidad. En lo alto del monte, lleno de tristeza por las desventuras humanas, el Señor enseñaba a la multitud los medios de conquistar, con el trabajo por el que pasaban, el Reino de los Cielos. Y a todos recomendaba resignación en la adversidad, mansedumbre en las luchas de la vida, misericordia en medio de la tiranía, y limpieza de corazón para que pudiesen ver a Dios. En esa auténtica oración, el Señor preveía que serían injuriados y perseguidos todos aquellos que, creyendo en su Palabra, encontrasen en ella el apoyo para sus dolores, el lenitivo para sus sufrimientos; mas recomienda, anticipadamente, que no nos encolericemos con el mal que nos hicieran, para que sea grande nuestra recompensa en los Cielos. Dijo más: que ejemplificásemos nuestra vida como los profetas que nos precedieron, porque, “bienaventurados han sido todos los que son perseguidos por causa de la justicia.”

Luchemos contra el dolor, aprovechando esa prueba que nos fue ofrecida, para la victoria del Espíritu, libre de los lazos terrenos. Empuñemos la espada de la Fe y el escudo de la Caridad, con todos sus atributos, y el Reino de Dios florecerá en nosotros, como rogamos diariamente en el Padre Nuestro, la oración que Jesús nos legó.




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El Instinto y la Inteligencia.


El Instinto y la Inteligencia.



11. —¿En qué se diferencian el instinto y la inteligencia? ¿Dónde comienza la una y concluye el otro?

¿Es el instinto una inteligencia rudimentaria, ó bien, una facultad distirita, un atributo exclusivo de la materia?

El instinto es la fuerza oculta que induce ó los seres orgánicos á actos espontáneos é involuntarios en vista de su conservacion. En los actos instintivos no hay ni reflexion, ni combinacion, ni premeditacion. Así es como la planta busca el aire, se vuelve hácia la luz, dirige sus raices hácia el agua y la buena tierra que la sustenta; como la flor se abre

y se cierra alternativamente, segun las necesidades; como las plantas trepadoras se arrollan al rodrigon ó sustentáculo que encuentran ó se asen con sus zarcillos.

Es por el instinto como los animales conocen lo que les es provechoso ó nocivo; como se dirigen segun las estaciones hácia los climas que les convienen; como construyen, sin que nadie les haya enseñado, y con más ó menos arte, los mullidos lechos y los cómodos

abrigos para su progenie; como tienden lazos y redesen que coger la presa que les sirve de alimento; como manejan con tanta destreza las armas ofensivas y defensivas de que están provistos; como los sexos se reunen, la madre cobija y abriga á sus hijuelos y estos

buscan la teta y el amparo de la madre. En el hombre domina el instinto exclusivamente al principio de la vida; por instinto hace sus primeros movimientos, toma su alimento, llora para expresar sus necesidades, imita el sonido de la voz y se esfuerza por hablar y

andar. Aun en el hombre adulto hay ciertos actos instintivos, tales son los movimientos espontáneos , para evitar un daño y salir de un peligro, guardar el equilibrio, el mover los párpados y pestañear para cerrar el paso á un cuerpo extraño , guiñar los ojos para

moderar la luz, abrir la boca para respirar, etc.





Extraído del libro “EL GÉNESIS

LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec

Orígen DEL BIEN Y DEL MAL. 6


Orígen DEL BIEN Y DEL MAL. 6





9. —Si se hace un análisis de las pasiones y aun de los vicios, se vé que casi todos tienen su origen en el instinto de conservacion. Este instinto está en toda su fuerza en los animales y en los seres primitivos quemas se aproximan á la animalidad. Es el único que domina en ellos, porque no tiene el contrapeso del sentido moral: el sér no está hecho todavía para la vida intelectual. El instinto, por el contrario, se debilita á medida que la inteligencia se desarrolla, porque esta domina á la materia: con la inteligencia consciente nace el libre albedrio, de que el hombre hace el uso que le place, y con él principia la responsabilidad de

sus actos.



10. —El destino del Espíritu es la vida espiritual; pero en las primeras fases de su existencia corporal solo tiene necesidades materiales que satisfacer, y para esto la accion de las pasiones es una necesidad para la conservacion de los individuos y de la especie,

materialmente hablando. Pero fuera de este período tiene ya otras necesidades, semimorales, semimateriales, y luego exclusivamente morales. Entonces es cuando el Espíritu domina á la materia: sacude su yugo, avanza en su camino, providencial y se acerca á su verdadero destino. Si por el contrario, se deja dominar por ella, se rezaga, asimilándose al bruto. En esta situacion, lo que al principio era un bien, porque era una necesidad de su naturaleza, se convierte en mal, no sólo porque ya no es una necesidad-,

sino porque es un obstáculo á la espiritualización del ser. El mal, por tanto, es relativo y la responsabilidad, proporcional al grado de adelantamiento.



Todas las pasiones tienen su utilidad providencial, sin lo cual Dios habría hecho algo inútil y nocivo: es el abuso lo que constituye el mal, y el hombre abusa en virtud de su libre albedrío. Andando el tiempo, ilustrado por su propio interés, escoge libremente entre el bien y el mal.



Extraído del libro “EL GÉNESIS

LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec


Proceso Evolutivo De La Fe Humana


Tema¦ Proceso Evolutivo De La Fe Humana



Anotaciones

Reunión # 64

·         La Fe, según el concepto generalizado e independiente de la definición bíblica, es CREER en algo, tener la confianza depositada en alguien o en algo.

·         TRES TIPOS DE FE:

o   1-LA FE CARNAL O MATERIAL,

o   2-LA FE INTELECTUAL, O DEL CONOCIMIENTO HUMANO,

o   3-LA FE ESPIRITUAL.

·          “La fe, en el hombre, es el sentimiento innato de su destino futuro; es la conciencia que tiene de sus facultades inmensas, cuyo germen fue depositado en él, primero en estado latente, y que debe hacer germinar y crecer por su voluntad activa”.(El Evangelio según el Espiritismo, Allan Kardec, Capítulo XIX, ítem 12 – “La fe divina y la fe humana”. 39ª Edición, IDEMensaje Fraternal, p. 258)

·         La fe es el ansia incontenible de Dios en cada espíritu.



1 – La fe primitiva

ü  El espíritu buscaba la materia y la materia atendía a sus necesidades más sencillas e inmediatas.

ü  La manifestación emocional del hombre primitivo, fue sin duda alguna, el MIEDO. Su incipiente razón observa muchas cosas

2 – La fe ciega

ü  La fe religiosa es el esfuerzo del hombre terrestre en su búsqueda de Dios, de la Verdad, del Cielo, de la Espiritualidad.

ü  Es creer por creer, aceptar sin razonar, creer sin reflexionar.

ü  “La fe ciega, no examinando nada, acepta sin comprobación lo mismo lo falso que lo verdadero, y choca a cada paso contra la evidencia y la razón; empujada hasta el exceso, produce el fanatismo. Cuando la fe se apoya en el error, se destruye, tarde o temprano”. (El Evangelio según el Espiritismo, Capítulo XIX, - “La fe transporta montañas” – ítem 6: “La fe religiosa. Condición de la fe inalterable”, Edición IDE-Mensaje Fraternal, 39ª Edición, Pág. 254).

3– La fe razonada

ü  La fe razonada está perfectamente introducida en la doctrina de Verdad y Amor enseñada por Jesucristo.  Todas y cada una de las enseñanzas de Jesús llevan en primer lugar al uso de la razón, para después sensibilizar el corazón de la criatura humana.

ü  La fe racional sabe recibir todos los tipos de informaciones con discernimiento, dar interpretaciones más avanzadas de la verdad, con la mente y el corazón dispuesto para la gran mudanza en las ideas y sentimientos, hábitos y actitudes, obras y acciones de cada día.

ü   “La fe razonada, la que se apoya en los hechos y en la lógica, no deja en pos de sí ninguna oscuridad; se cree porque se está cierto, y no se está cierto hasta que se ha comprendido”. (El Evangelio según el Espiritismo, Capítulo XIX, ítem 7: “La fe religiosa. Condición de la fe inalterable”. 39ª Edición. IDE-Mensaje Fraternal, p. 255)

4 – La fe divina

ü  La formación de la fe razonada en el espíritu es la base para formar la auténtica fe divina.

ü  La fe divina no puede vivir y crecer sin la fe racional.





Referencia










Iris de la rosa Vélez

7 agosto de 2017





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