¿Cuál es la labor más importante del Espírita?


¿Cuál es la labor más importante del Espírita?


Estudio, divulgación, práctica de la caridad, atender las diversas tareas del centro espírita, tomar contacto con otros centros, etc, etc… Estas quizá sean las más expresivas, y sin duda configuran el molde del auténtico espírita, que es el espírita comprometido.

Sin embargo, y aunque ciertamente las tareas que hemos referido tienen vital importancia (tanto para el movimiento organizativo de cada país), la tarea mayor, la más esencial, la que compromete directamente la parte más íntima de nosotros, es la AUTOREFORMA. Lo demás es importante, pero esto último es absolutamente prioritario…

Desde este planteamiento que deducimos, sin dudar que el “mejor” espírita no es quien más obras asistenciales hace, ni el que más capacidad de oratoria tiene en las exposiciones públicas, ni el que más libros haya estudiado, ni el que reúna más experiencia como director y/o  fundador de centros, etc, etc: lo más primordial es la capacidad de ver nuestras fallas de carácter, y hacerlo sin disfrazarlas ni justificarlas, para así trata de trabajarlas. Esto es autoreforma.

Hay que ser tenaces, algo valientes y del todo honestos para reconocer nuestros fallos, sobretodo aquellos más automatizados (porque son los más ferozmente defendido por nuestro ego). Se precisa de una labor de humildad, introspección y perseverancia para que la autoreforma sea la paciente y activa labor de todos los días (porque de otra manera no podría llevarse a cabo, quedaría en poco más que un “parche” doctrinario).

Nuestras reticencias ególatras son tan tenaces y están tan reforzadas, que pueden servirse incluso de las actividades más honrosas (como la divulgación, la organización de un centro, una palestra o la planificación de un encuentro institucional) para nuestro realce personalista y amodorrar la conciencia… Mientras que permanece inoperativo el indispensable reajuste interno.

Si otras filosofías y creencias del mundo son esencialmente transformadoras (persiguen la autoiluminación), el Espiritismo, que es la gran propuesta educativa de las esferas superiores, es en esencia una filosofía integral y una ciencia (eminentemente) práctica del autodesarrollo personal.

No sólo hay un espiritismo “hacia fuera”…, si no hay uno hacia dentro, en primer lugar, no podremos hablar de Espiritismo en su legítima dimensión. Es la diferencia entre ser espírita “oficial” (por razones de veteranía, labores activas, etc) y ser espírita en consciencia.

Artículo de Juan Manuel Ruiz González para zonaespirita.com

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