Reencarnacion.
32.—El principio de la reencarnacion es una con
secuencia fatal de la ley del progreso. Sin ella ¿cómo
explicar la diferencia que existe entre el estado social
actual y el de los tiempos de barbarie? Si las almas
son creadas al mismo tiempo que los cuerpos, las que
nacen ahora son tan nuevas y tan primitivas como las
que vivían hace mil años; añadamos que no hay entre
ellas conexion ni relacion ninguna, que son completa
mente independientes las unas de las otras. ¿Pues por
que las de hoy estarían mejor dotadas por Dios que sus
predecesoras? ¿Por qué son más inteligentes? ¿Por qué
tienen inclinaciones menos groseras, costumbres más
suaves? ¿Por qué tienen intuicion de ciertas cosas sin
haberlas aprendido? Desafiamos á que nos contesten
racionalmente á estas preguntas, á menos de admitir
que Dios crea almas de diversas cualidades segun los
tiempos y los lugares , lo cual es inconciliable con la
idea de su soberana justicia.
Decid, por el contrario, que las almas de hoy han
vivida yá en los tiempos pasados, que han podido ser
bárbaros como su siglo, pero que han progresado; que
á cada nueva existencia aportan lo adquirido en las
existencias anteriores y por consecuencia que las al
mas de los tiempos civilizados, son almas no creadas
más perfectas, sinó que se han perfeccionado con el
tiempo, y se tendrá la sola explicacion plausible de la
causa del progreso social (1). Libro de los Espíri
tus, cap. IV y V.
(1) Hay quien cree que las diferentes existencias
corporales se
verifican cada una en un mundo distinto, no apareciendo
el mismo
Espíritu mas que una sóla vez en cada globo.
Esta doctrina seria admisible si todos los habitantes de
la tierra
estuviesen al mismo nivel de moralidad e inteligencia, en
cuyo caso
no podrían progresar sinó yendo de mundo en mundo y su reencarna
cion en la tierra seria inútil; lo cual no es conforme á
las miras de
Dios. Pero encontrándose en Ja tierra tantos grados de
inteligencia y de moralidad , desde el salvage estúpido que casi está al nivel
del
bruto, hasta la civilizacion más avanzada, la tierra
ofrece un vasto
campo al progreso, y no se ve porque el salvaje hadria de
ir á bus
car en otra parte el grado superior á el, cuando lo tiene
á su lado, y
así de unos en otros; y porque el hombre adelantado
habría hecho
sus primeros ensayos en mundos inferiores, cuando lo
parecido á lo
que pasa en esos mundos, lo tiene aquí. Pues que ¿no hay
diferentes
grados de adelantamiento no solo entre pueblos y pueblos,
sinó aún
en una misma familia? Si fuera como esos suponen, Dios
habría he
cho algo inútil al colocar lado por lado la ignorancia y
el saber, la
barbarie y la civilizacion, el bien y el mal, siendo así
que este con
tacto está precisamente calculado para hacer adelantar á
los reza
gados.
No hay, pues, necesidad de que los hombres cambien de
mundo á
cada existencia, como no la hay para que el escolar mude
de colegio
á cada asignatura, lo cual en vez de ser una ventaja para
el progreso
seria un obstáculo, porque el Espíritu se veria privado
del egemplo
y estimulo que le ofrece la vista de los grados
superiores, y de la po
sibilidad de reparar sus faltas en el mismo centro y á
favor de las
mismas personas ofendidas, cuya posibilidad es para el un
gran me
dio de mejoramiento moral. Por otra parte, despues de una
corta
cohabitacion, los Espíritus dispersándose y haciendose
extraños unos
á otros, se romperían los lazos de familia y de amistad
que deben unirlos
para su mútuo auxilio, por no haber tenido tiempo de
consolidarse.
Es natural y racional por tanto, que los Espíritus dejen
por un
mundo más avanzado aquel en que yá no pueden adelantar
más; si lo
dejan antes, ha de ser por razones individuales que solo
Dios puede
estimar en su sabiduría.
Todo tiene un objeto en la creacion lo cual justifica la
sabiduría de
Dios; luego, si la tierra no debe ser sino una etapa para
el progreso
de cada individuo; jQué utilidad tendría para los niños
que mueren
al poco de haber nacido, el pasar en ella algunos años,
algunos me
ses o algunos dias? Lo mismo puede decirse de los idiotas
y cretinos.
Una teoría no se dá por buena sino resuelve
satisfactoriamente todas
las cuestiones que con ella tienen conexion, y por esto
la cuestion de
las muertes prematuras ha sido la piedra de toque de
todas las doc
trinas, menos de la espiritista que la ha resuelto
racionalmente.
Para los que siguen sobre la tierra una vida normal, hay
una ven
taja muy positiva para su progreso, no encontrarse en el
mismo cen
tro para terminar lo que han dejado sin terminar, á veces
en la mis
ma familia o en contacto con las mismas personas, para
reparar el
mal que han podido hacer, para sufrir la pena del talion.
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