DEL LIBRO
DE LOS MÉDIUMS
El
Espiritismo debería ser un escudo contra el espíritu de discordia y desunión, pero
este espíritu en todo tiempo sacude su ponzoña sobre los humanos, porque está
celoso de la felicidad que procura la paz y la unión. ¡Espiritistas! Él podrá,
pues, penetrar en vuestras asambleas y no lo dudéis, procurará sembrar en ellas
la enemistad, pero será impotente contra los que están animados de la verdadera
caridad. Estad preparados y velad sin cesar en la puerta de vuestro corazón,
así como en la de vuestras reuniones, para no dejar penetrar el enemigo. Si
vuestros esfuerzos son impotentes contra el de fuera, siempre dependerá de
vosotros impedirle el acceso de vuestra alma.
Si nacen disensiones entre vosotros, sólo pueden ser suscitadas por los malos espíritus.
Que los que tengan, pues, en más alto grado el sentimiento de los deberes que les impone la urbanidad, lo mismo que el Espiritismo verdadero, se manifiesten lo más pacientes, los más dignos y los más cariñosos. Algunas veces los buenos espíritus pueden permitir estas luchas para proporcionar tanto a los buenos como a los malos sentimientos, la ocasión de descubrirse, a fin de separar el mal grano de la cizaña y estarán siempre del lado que haya más humildad y verdadera caridad.
El libro de los médiums
San Vicente de Paúl.
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