Sistemas antiguas y modernos del mundo 1-2



1 . —La primera idea que los hombres se formaron acerca de la tierra, del movimiento de los astros y de la constitución del Universo debía estar basada únicamente en el testimonio de los sentidos. Ignorando las leyes elementales de la Física y de las fuerzas de la naturaleza, y no teniendo otro medio de observación que su simple vista, no les era posible juzgar sino por las apariencias.

Al ver al sol presentarse por la mañana en un lado del horizonte y desaparecer á la tarde por el opuesto, se dedujo naturalmente que giraba en torno de la tierra y que esta permanecía inmóvil. Si entonces se hubiese dicho á los hombres que era al contrario, hubieran respondido que no podía ser, porque veían al sol mudar de sitio y no sentían que la tierra se moviese.



2. —La poca extensión de sus viajes raras veces más lejanos que los límites del valle ó de la tribu á que pertenecían, no les dejaban comprobar la esfericidad de la tierra. Ni como figurarse que la tierra fuese una bola? Los hombres no hubiesen podido sostenerse en pie sino sobre su punto mas elevado; y suponiéndola habitada en toda su superficie, ¿cómo hubieran podido estar en el hemisferio opuesto con la cabeza abajo y los pies arriba? Aun se hubiera comprendido menos suponiéndole un movimiento de rotación. Cuando se ve aun en nuestros días en que se conoce la ley de gravitación, á gentes relativamente ilustradas no poderse explicar este fenómeno, no hay porque asombrarse de que los hombres de las primeras edades ni siquiera llegasen á figurárselo.

La tierra era para ellos una superficie plana, circular, como una rueda de molino ; que se estendia hasta perderse de vista en direccion horizontal; y de ahí la espresion usual ir al cabo del mundo.

Sus límites, su espesor, su interior, su faz inferior, lo que había por bajo era lo desconocido. (1)





(1)    La Mitología índica ó índui decir i que el sol ocultaba por la noche su luz y travesaba el cielo volviendo á su punto de partida. La Mitología griega representaba el carro de Apolo tirado por cuatro caballo. Anaximandro de Mileto sostenía, según Plutarco, que el sol en una carroza llena de un fuego muy vivo que escapaba por una abertura circular. Epicuro había emitido , al decir de algunos , la opinión de que el sol se encendía por la mañana y  se apaga' por la tarde en las aguas del Océano, y según otros, que hacía de este astro una piedra pómez en estado de incondescencia Anaxágoras lo consideraba un pedazo de hierro candente al i lanco y de la extensión cuadrada del Peloponeso Es de advertir que los antiguo estaban de tal modo infatuados en considerar el tamaño aparente del sol como real, que persiguieron a este filosofo temerario por haber atribuido tal volumen a la antorcha del día habiendo sido precisa toda la autoridad de Pericles para salvarle de una sentencia de muerte que fue conmutada por el destierro. (Flammarion, Estudios y lecturas sobre la Astronomía.)

Cuando se ven tales ideas emitidas en el siglo quinto antes de la Era cristiana, en la época mas floreciente de la Grecia, no hay por qué asombrarse de las más absurdas que predominaron en tiempo más remotos.







Extraído del libro “EL GÉNESIS

LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec

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