Papel de la ciencia
en el Génesis 5
7. —Es evidente que la Biblia contiene hechos que la razon
ilustrada no puede aceptar, y otros que parecen estraños y repugnantes, porque
se refieren á costumbres muy distintas de las nuestras. Pero dejando eso á un
lado, no puede desconocerse sin injusticia que contiene cosas admirables ,
grandiosas y bellas. La alegoría hace en ella un gran papel, y bajo este velo
oculta verdades sublimes que aparecen buscando el fondo del pensamiento, porque
entonces desaparece lo que tienen de absurdo. ¿Por qué no se ha levantado ese
velo mas pronto? Por una parte, la falta de conocimientos que solo la ciencia y
la filosofía podian suministrar, y por otra, el principio de la inmutabilidad absoluta
de la fé, consecuencia de un respeto demasiado ciego á la letra, ante la cual
la razon debia inclinarse, y últimamente, por el temor de comprometer el
edificio de las creencias basado sobre el sentido literal. Partiendo estas creencias
de un punto primitivo, se ha temido que, roto el primer anillo de la cadena,
acabarían por deshacerse las mallas todas de la red, y así se han cerrado los
ojos por sistema y con obstinacion. Mas cerrar los ojos ante el peligro, no es
evitarlo; cuando un edificio se cuartea y pierde su aplomo, ¿no es mas prudente
hacer los reparos necesarios, que esperar por respeto á su antigüedad
venerable, á que el mal se agrave, y desplomándose que nos veamos precisados á
reconstituirlo de nuevo?
8. —La ciencia, llevando sus investigaciones hasta las
entrañas de la tierra y las profundidades insondables de los cielos, ha
demostrado de una manera irrecusable los errores del Génesis mosáico, tomado al
pié de la letra, y la imposibilidad material de que las cosas hayan pasado como
en él mismo se refieren , y por consecuencia ha producido un gran sacudimiento
en el edificio de las antiguas creencias. La fé ortodoxa se ha conmovido,
porque creyó ver destruida la base angular. Pero ¿quién debia equivocarse, la
ciencia que
marcha prudente y progresiva sobre el terreno firme de las
cifras y de la observacion, sin afirmar nada hasta obtener la evidencia, ó una
relacion escrita en tiempo que no había medio ninguno de observacion? ¿Quién,
en fin, prevalecerá, el que diga que dos y dos son cinco, y rehuse probarlo, ó
quien afirme que dos y dos hacen cuatro, y además lo pruebe?
Extraído del libro “EL GÉNESIS
LOS
MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec
Allan Kardec
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