“Yo no vine a
llamar a los justos…”
Fue en el banquete en casa de Leví, (el futuro
Evangelista Mateo), que el
Maestro enseñó con las palabras del Epígrafe.
Palabras que vencieron los siglo, los milenios…
Leví era Publicano, lo que en la antigua Roma
significaba, “cobrador de
impuestos.”
Los Publicanos eran detestados por los Judíos, que no
gustaban de pagar
tributos al César, especialmente porque los asuntos de
recaudación favorecían a
funcionarios inescrupulosos, ya en aquel tiempo, a
ejercer extorsiones duras y
jugosas.
De manera general, por lo tanto, eran mal vistos los
Publicanos, en la
comunidad israelita, aunque entre ellos hubiese
hombres de bien, inatacables
por su probidad.
Prevalecía, con todo, el concepto genérico: “los
Publicanos eran
espoliadores del pueblo.”
La invitación a Leví Mateo; la presencia de Jesús en
su casa; el opulento
banquete ofrecido por él al Maestro; todo esto
constituyó motivo para censuras
y comentarios mordaces.
Lo mismo ocurriera con la visita del Señor a Zaqueo,
también publicano.
La caritativa actitud del Amigo Celeste produjo tamaño
revuelo entre los
Escribas y los Fariseos, fieles e incondicionales
representantes del
convencionalismo y de la hipocresía, quienes no
pudiendo contenerse,
interpelaron al Justo de los Justos: “¿Por qué coméis
y bebéis con Publicanos y
pecadores?”
El Maestro, sin traicionar la grandeza y excelsitud de
su incomprendido
apostolado, ( apostolado de luz y misericordia), les
responde con firmeza de
que “los sanos no precisan del médico y sí, los
enfermos.”
Y concluyó, incisivo y categórico: “Yo no vine a
llamar a Justos, sino, a
los pecadores al arrepentimiento.”
Tales palabras revelan, no solo una infinita compasión
por los infelices,
que son los que pecan sino también un inconmensurable
sentimiento de
tolerancia.
La advertencia del Cristo, que enmudeció en aquel día,
a los locuaces
Fariseos, resuena, aún hoy en nuestra conciencia,
estableciendo senderos
diferentes para nuestra vida.
El Espiritismo retomó como suyas las palabras de
Jesús, cuyo
pensamiento sintetiza en la actualidad.
Y los espíritas de buena voluntad, esclarecidos y fraternos,
se esfuerzan
en el sentido de darles aplicación.
Los espíritas, procurando asimilar y ejemplificar la
enseñanza, reconocen
que si es realmente agradable la convivencia con los
Hermanos Superiores,
profundamente fraterna y meritoria es la protección a
aquellos que ocupan, en
la escala evolutiva, una posición menos segura que la
nuestra.
Los compañeros más esclarecidos tienen mucho para
darnos, a través de
la palabra y, sobretodo con la ejemplificación.
A quienes se encuentran más atrasados que nosotros,
podemos ofrecer
algo de nuestro corazón, de nuestro entendimiento.
Asimilar de los más evolucionados, la bondad y la
sabiduría, es realmente
provechoso a nuestras experiencias. Convengamos que
provechoso y bueno,
agradable y envolvente.
Entretanto, abrazar a los que admiten por
equivocación, las sugestiones
del error y del crimen, constituye un valioso programa
evangélico, tal como lo
hizo Jesús en casa de Zaqueo o en el banquete de Leví.
Por medio de ese régimen de interdependencia, efectiva
y cultural, es que
se movilizan los vehículos del progreso, conduciendo a
la humanidad, con
seguridad, hacia sus elevados objetivos.
“La mente, en cualquier plano, emite y recibe, siembra
y recoge,
renovando constantemente para el destino que le
compete alcanzar,” nos aclara
el venerado Emmanuel.
Recibiendo de Jesús en la inolvidable hora del
banquete mundano, la
palabra correctora, Leví Mateo supo multiplicar, a
ciento por uno, a través de
sus anotaciones, el beneficio del precioso minuto de
convivencia con el
Maestro.
Y somos nosotros, los aprendices de la actualidad, los
beneficiarios de
aquella convivencia tan duramente censurada…
Somos nosotros los legatarios de las sublimes
lecciones…
MARTINS PERALVA
Mateo 9:13 - Biblia Reina Valera 1960
ResponderEliminarId, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.
Mateo 9:13 - La Biblia del Oso RV 1569
Andad antes apprended que coſa es, Miſericordia quiero, y no ſacrificio: porq̃ no he venido à llamar los juſtos, ſi no los peccadores à penitencia.