JESÚS Y DIOS


JESÚS Y DIOS

El espiritismo va ganando terreno, no solo en los corazones, sino también

en la conciencia de la Humanidad, en virtud de la lógica de su Doctrina y de la

claridad con que estudia y elucida los problemas de la evolución espiritual.

Y como los explica con simplicidad, sus adeptos se ven enfrentados cada

día a más variadas exigencias, desde las más simples a las más complicadas.

Se percibe en el hombre moderno, la ansia por el conocimiento.

Y como alguien que está sediento, procura naturalmente, quitar su sed y

ven en el Espiritismo, bajo la iluminación del Evangelio, a la fuente generosa

que a todos ampara, en la sublime misión de servir.

Innegablemente, viene siendo la Doctrina Espírita, el pozo de Jacob de la

actualidad. Localizado al margen del camino, ofrece a los viajeros la preciosa

linfa del esclarecimiento y el consuelo.

Siendo así, crece la responsabilidad de los que abrazan sus ideales

renovadores, dado a que se tornan blanco de expresivas indagaciones, inclusive

aquellas que se refieren a la personalidad de Jesús, quien, ante el parecer de

mucha gente, es el propio Dios.

Aunque dispensando el mayor aprecio a la opinión de quienes así piensan,

aceptan y difunden la idea de que Jesús y Dios no son la misma entidad, somos

compelidos a abordar, con sincera cortesía, el delicado y trascendental

problema.

Coloquemos, todavía, a guisa de molde, las propias palabras del Maestro.

Consultemos respetuosamente al Evangelio del Señor, resguardo de sus

lecciones y relicario de sus palabras.

Dejemos que las propias enseñanzas del Cristo de Dios hagan luz sobre el

asunto, encuadrando el problema que tanto ha avivado la curiosidad de los

hombres.

Los pasajes que ordenaremos a continuación, fueron extraídos del Nuevo

Testamento.

Todos ellos se reportan, con absoluta claridad, al asunto en estudio,

dejándonos, por lo menos a nosotros los Espíritas, la convicción de que Jesús

es uno, y Dios es otro.

Uno es el Padre y otro es el Hijo.

Dios es el Creador del Universo.

Jesús es el Gobernador Espiritual de la Tierra.

El primero es el dador.

El segundo el receptor.

Reflexionemos entonces.

“La palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.” –

Juan 14:24

“¿Por qué me llamáis bueno? Ninguno hay bueno, sino solo uno, Dios.” –

Lucas 18:19, Marcos 10:18, Mateo 19:17. -

“Porque he descendido del Cielo, no para hacer mi voluntad, sino la

voluntad del que me envió.”- Juan 6:38

“Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me

mandó, así hago” – Juan 14:31

“…y cualquiera que me recibe, recibe al que me envió” – Lucas 9:48

“…Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la

verdad, la cual he oído de Dios.” – Juan 8:40

“Todavía un poco de tiempo estaré con vosotros, e iré al que me envió.” –

Juan 7:33

“Y Yo rogaré al Padre, y os dará otro consolador, para que esté con

vosotros para siempre.” – Juan 14:16

“Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre;

porque el Padre es mayor que Yo.” – Juan 14:28

“Padre mío, si es posible, pase de mi esta copa…” – Mateo 26:39

Más adelante, en el versículo 42 continúa la sublime e incomprendida

conversación con Dios: “Padre mío, si no puede pasar de mi esta copa sin que

Yo la beba, hágase Tu Voluntad.”

Más adelante, todavía, el incisivo, admirable e indiscutido apuntamiento

en Lucas 23:46: “Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu.”

Jesús declara que la palabra oída no fue suya, sino del Padre.

Que él no es bueno, sino solo Dios lo es.

Que no descendió del cielo para hacer su voluntad, sino la de Aquel que

Lo envió.

Que ama al Padre.

Que quién lo recibe, recibe a aquel que lo envió.

Que aprendió la verdad de Dios.

Que va a estar junto a Aquel que Lo envió.

Que rogará al Padre y Aquel nos enviará otro Consolador.

Que si lo amásemos, nos alegraríamos porque el se va al Padre.

Que el Padre es mayor de lo que es Él.

Pide que la copa sea apartada de él, de ser posible.

Que si no es posible, se haga la voluntad del Padre.

Finalmente, entrega en las manos de Dios su Espíritu, su alma.
 
 
 
Martins Peralva
“Extraído del libro “Estudiando el evangelio a la luz del espiritismo”
 
 

2 comentarios:

  1. Jesús no es y nunca fue Dios, pues el mismo lo indicó en la Biblia.

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  2. MUCHAS personas consideran a la Trinidad —es decir, la creencia de que el Padre, el Hijo y el espíritu santo son tres personas pero un solo Dios— como “la doctrina central de la religión cristiana”. Aun así, el cardenal John O’Connor afirmó que la Trinidad “es un misterio muy profundo que jamás podríamos entender”. ¿Por qué cuesta tanto comprender la Trinidad?

    Cierta obra especializada declara lo siguiente: “La doctrina trinitaria no se encuentra como tal en las Escrituras” (Diccionario crítico de Teología, ediciones Akal). Debido a ello, muchos de sus partidarios han buscado desesperadamente en la Biblia versículos con los que respaldar su teoría, aunque eso haya supuesto tergiversarlos.

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