Las esponjas felices

Las esponjas felices

Érase una vez un océano donde vivían unas esponjas muy felices y es que no era un océano cualquiera, era el Océano del Amor. Ésa era la razón de su felicidad, que siempre estaban llenas de amor. 

Un día, a una de las esponjas se le ocurrió acercarse a la orilla del océano y llegar hasta la playa. ¿Y qué vio? A una niña sentada en la arena. No parecía muy feliz. La esponja se sorprendió al ver su cara y la saludó: 

—¡Hola, niña! ¿Te ocurre algo? Pues parece que estás muy triste, y yo siempre creí que los niños y niñas sonreían constantemente. 

La niña respondió casi sin ganas: 
—Sí, es que todo en el mundo es triste, sólo hay sufrimiento, por eso estoy asombrada de ver a una esponja tan feliz, pues es difícil ver a alguien con una cara tan alegre. ¿Por qué eres tan feliz? 

La esponja contestó: 
—Pues es muy fácil, ya que vivo en el Océano del Amor y constantemente, las esponjas como yo, absorbemos amor y luego nos exprimimos soltando ese amor para ofrecérselo a los demás. Y cuando alguna esponja se distrae y se olvida de tomar amor, entonces ocurre algún que otro accidente: se enfada, se pone triste... Pero entonces, todas las demás esponjas vamos hacia ella y después de llenarnos de amor del océano, nos exprimimos y se lo damos. ¡Es así de fácil! 

La niña dijo: 
—Amiga esponja, estoy pensando que a mí me gustaría ser como tú, otra esponja para llenarme de amor y así estar tan feliz como todas vosotras. ¿Sería posible? 

La esponja le respondió: 
—¡Claro que sí! 
A lo que la niña replicó:
 —¡Ah, pero yo no soy una esponja! Soy una niña, ¿cómo puedo hacerlo? Las esponjas felices 

La esponja dijo:
—Eso no importa, sólo tienes que pensarlo. Tienes que pensar que eres una esponja y que al inspirar te llenas de amor y al soltar el aire entregas ese amor a los demás. 

La niña exclamó con alegría: 
—Oh, ¡qué bien! Voy a practicar... ¡Pues sí, es verdad! ¡Me siento muy feliz! 

La esponja concluyó: 
—¿Ves que fácil? Y es que, en el amor, todos somos iguales.


 Cuento tomado del PROGRAMA DE EDUCACIÓN ESPÍRITA PARA GRUPOS INFANTILES de la Confederación Espírita Colombiana- CONFECOL. 


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