3- El, PARAISO PERDIDO. (1)

El, PARAISO PERDIDO. (1)



15.—Bajo una imágen pueril y á veces ridicula, si
se atiende á la forma, la alegoría oculta á veces las
verdades más profundas. ¿Puede darse fábula al pare
cer más absurda que la de Saturno, un dios devoran
do las piedras que se figura son sus hijos? Pero al mis
mo tiempo ¿qué puede imaginarse más profundamente
filosófico y verdadero que esas figuras, desentrañando
su sentido moral? Saturno es la personificacion del
tiempo, y como todas las cosas son obra del tiempo,
es padre de todo lo que existe y todo tambien lo des
truye. Saturno devorando piedras, es el emblema de
la destruccion por el tiempo de los cuerpos más duros,
que son sus hijos, pues que con el tiempo se han for
mado. ¿Y quién escapa de la destruccion del tiempo,
segun esta misma alegoría? Júpiter, el emblema de la
inteligencia superior, del principio espiritual, que es
indestructible. Esta imágen es tan natural, que en el
lenguaje moderno, sin alusion á la fábula antigua, se
dice de una cosa deteriorada por su antigüedad que ha
sido devorada por eMiempo, que el tiempo la ha cor
roido ó desolado.


16.—Toda la mitología pagana es en realidad un
extenso estudio alegórico de las diversas fases buenas
y malas de la humanidad. Para quien sabe desentra
ñar su espíritu, es un curso completo de la más alta
filosofía, como lo son por su estilo las fábulas moder
nas. Lo absurdo era tomar la forma por el fondo. Pero
los sacerdotes paganos no enseñaban mas que la for
ma, séa que algunos no supiesen más, ó séa que tuvie
sen interés en mantener á los pueblos en creencias que
favoreciendo su dominacion, les eran más productivas
que la filosofía. La veneracion del pueblo á la forma,
era una fuente inagotable de riquezas, por los donati
vos acumulados en los templos, las ofrendas y sacri
ficios hechos á los Dioses, en provecho de sus repre
sentantes ó ministros. Un pueblo ménos crédulo hu
biera dado ménos á las imágenes, á las estátuas, á los
emblemas y á los oráculos, y Sócrates fue condenado
como impío á beber la cicuta, por haber querido secar
esa fuente, poniendo la verdad en lugar del error. A
la sazon no estaba aún en uso el quemar vivos á los
hereges, pero quinientos años despues Cristo fue con
denado á infamante muerte como impío, porque como
Sócrates, quiso sustituir el espíritu á la letra y porque
su doctrina esencialmente espiritual, destruía la su
premacía de Ios-escribas, fariseos y doctores de la ley.


17. —Lo mismo sucede con el Génesis, en el cual
hay grandes verdades morales bajo figuras mate
riales, que, tomadas á la letra, serian tan absurdas co
mo si en nuestras fábulas se tomaran al pié de la letra
las escenas y los diálogos que se atribuyen á los ani
males.
Adam es la personificacion de la humanidad; su fal
ta individualiza la debilidad del hombre, en quien pre
dominan los instintos materiales á los que no sabe re
sistir.
El árbol, como árbol de la vida, es el emblema de
la vida espiritual; como árbol de la ciencia, es el de
la conciencia que el hombre adquiere del bien y del
mal por el desarrollo dé su inteligencia y del libre al
bedrío, en virtud del cual escoge entre ambos; indica
el estado aquel en que el alma del hombre, dejando de
ser guiada solo por el instinto, toma posesion de su li
bertad y contrae la responsabilidad de sus actos.
El fruto del árbol es el emblema del objetivo de los
deseos materiales del hombre; es la alegoría de todo
apetito desordenado; resume bajo una misma figura
los motivos de inclinacion al mal; y comer de él, es
sucumbir á la tentacion (1). Crece en medio del jar
din de delicias, para dar á entender que la seduccion
está en el fondo mismo del placer, y recordar al mis
mo tiempo que si el hombre da la preferencia á los go
ces materiales, se apega á la tierra y se aparta del ca
mino de su destino espiritual.
La muerte con que se le amenaza si infringe la pro
hibicion que se le hace, es un aviso de las consecuen
cias inevitables, tanto físicas como morales, que acar
rea la violacion de las leyes divinas grabadas en su
conciencia. Es evidente que no se trata aquí de la
muerte corporal, puesto que, despues de su pecado,
Adam vivió aún mucho tiempo; sino de la muerte es
piritual, es decir, de la pérdida de los bienes que re
sultan del adelantamiento moral, de cuya pérdida es
imágen la inmediata expulsion del jardín de delicias.
La serpiente está lejos de representar hoy el tipo de
la astucia. Es, pues, en este pasage, con relacion ásu
forma, más que á su carácter, una alusion á la perfi
dia de los malos consejos que se arrastran como la
serpiente y de los cuales muchas veces, por esta ra
zon, no se desconfia. Por otr.i parte, si la serpiente
fue condenada á arrastrarse sobre su vientre, pur ha
ber engañado á la muger, se deduciría que antes ten
dría piernas, en cuyo caso no seria serpiente. ¿A qué
fin imponer á la credulidad sencilla de los niños como
verdades, alegorías tan evidentes, y que falseaudo su
juicio, les hacen luego mirar los libros sagrados como
un tejido de fábulas absurdas?

(1) En ningun texto el fruto del árbol prohibido esti especificado
por la manzana, solo en las versiones infantiles se encuentra esta palabra. La palabr i del texto hebreo es peri, que tiene las mismas
acepciones que en frances la pal bra pomme, sin determinacion d»
especie, y que puede tomarse en sentido material, moral v alegorico,
propio y figurado. Entre los israelitas no hay interpretacion obliga
toria; cuando se encuentra una palabra que tiene varias acepciones,
cada cual le aplic < la que le parece más propi ), á condicion de que
no sea contraria al sentido gramatical. La palabra peri ha sido tra
ducida al latin por mahim, que se dice de la manzana y de toda es
pecie de fruta: cuya palabra malum es derivada de la griega melon,
participio del verbo melo, que significa interesar, poner cuidado,
atraer.

Extraído del libro “EL GÉNESIS  LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”

Allan Kardec

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