Principio espiritual.
1 . La existencia del principio espiritual, es un he
cho que no tiene por decirlo así más necesidad de de
mostracion que el principio material; es en cierto mo
do, una verdad axiomática, que se afirma por sus
efectos como la materia por los que le son propios.
Segun la máxima «Todo efecto teniendo una causa,
todo efecto inteligente debe tener una causa inteligen
te,» no hay quien no reconozca una diferencia entre el
movimiento mecánico de una campana agitada por el
viento, y el movimiento de esa misma campana desti
nado á dar una señal, un aviso, revelador por lo mismo
de un pensamiento, de una intencion. Pero como á na
die que tenga sano el entendimiento, puede ocurrirle
la idea de atribuir el pensamiento á la materia de la
campana, se deduce que esta es movida por una inteli
gencia á la que sirve de instrumento para manifestarse.
Por la misma razon, á nadie se le ocurre la idea de
atribuir el pensamiento á un cadáver humano. Si el
hombre vivo piensa, es porque hay en él algo que falta
al cadáver. La diferencia que hay entre el hombre y
la campana, es que la inteligencia que hace mover á
aquella se halla fuera de ella , mientras que la que
hace mover al hombre está en él mismo.
2.—El principio espiritual es el corolario de la exis
tencia de Dios: sin este principio, no tendría Dios ra
zon de ser, porque no se concebiría el soberano poder
ni la infinita inteligencia, reinando eternamente sobre
la materia bruta, del mismo modo que no se compren
dería un soberano terrestre, egerciendo su reinado so
bre las piedras. Y como no se puede comprender á Dios
sin los atributos esenciales de la divinidad entre los
cuales descuellan la justicia y la bondad, estos carece
rían de objeto si solo hubiesen de ejercitarse sobre la
materia.
3. —Por otra parte, no podría concebirse un Dios
justo y bueno en sumo grado, creando seres inteligen
tes y sensibles para reducirlos á la nada despues de
algunos instantes de sufrimientos sin compensacion;
recreando su vista en esta sucesion indefinida de
seres que nacen sin haberlo solicitado, que piensan un
instante para no conocer más que el dolor , y que se
disipan para siempre despues de una existencia efí
mera.
Sin la supervivencia del ser inteligente , los sufri
mientos de la vida serian, de parte de Dios, una cruel
dad sin objeto. Por eso el materialismo y el ateismo
son corolarios recíprocos: negando la causa se niega
el efecto, y negando el efecto no puede admitirse la
causa. El materialismo es, pues, consecuente consigo
mismo, ya que no lo sea con la razon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario