Teoría de la incrustacion.
4. —No hacemos mencion de esta teoría sinó para
memoria, atendiendo á que nada tiene de científica, y
porque ha tenido en estos últimos tiempos algun eco
y captádose algunos partidarios. Toda ella está resu
mida en la carta siguiente:
«Dios, segun se nos dice en la Biblia, creó el mun
do en seis dias, cuatro mil años antes de la era cris
tiana. Hé aquí lo que los geólogos niegan por el estu
dio de los fósiles y los millares de caractéres innega
bles de vetustez que hacen remontar el origen de la
tierra á millones de años; y sin embargo la Escritura
ha dicho la verdad, y los geólogos tambien, y es un
simple campesino (1) quien los pone de acuerdo, en
señándonos que nuestra tierra es un planeta incrus
tativo muy moderno, compuesto de materiales muy
antiguos.
»Despues de la desaparicion del planeta descono
cido llegado á madurez ó en armonía con el que exis
tia en el sitio que nosotros ocupamos hoy, el alma de
la tierra recibió la orden de reunir sus satélites para
formar nuestro globo actual, segun las reglas del pro
greso en todo y por todo. Cuatro de estos astros con
sintieron en la asociacion que se les habia propuesto;
mas la Luna persistió en su autonomía , porque tam
bien los astros tienen su libre albedrío. Para verificar
esta fusion, el alma de la tierra dirigió hácialos saté
lites un rayo magnético atractivo que cataleptizó to
do su moviliario vegetal, animal y hominal que apor
taron á la comunidad. La operacion no tuvo por tes
tigos sinó el alma de la tierra y los grandes mensaje
ros celestes que la ayudaron en esta grande obra de
abrir estos globos para poner sus entrañas en comun.
Hecha la soldadura, las aguas se precipitaron hacia
los vacíos resultantes por la falta de la Luna: las at
mósferas se confundieron y el despertar ó la resur
rección de los gérmenes cataleptizados principió.
El hombre fué el último sacado de su estado de hipno
tismo y se vió circundado de la vegetacion pomposa
del paraíso terrestre y de los animales que pastaban
en paz al derredor suyo. Todo esto pudo hacerse en
seis dias con obreros tan potentes como los que fue
ron comisionados por Dios para la ejecucion de tan
grande obra. El planeta Asia nos aportó la raza ama
rilla, la de más antiguo civilizada: el Africa la raza
negra: la Europa la raza blanca y la América la
raza roja. La Luna nos hubiera traido tal vez la raza
verde ó azul.
«Ciertos animales de los cuales solo se encuentran
los despojos, nunca habrian vivido en la tierra actual,
y en este caso habrian sido aportados de otros mun
dos dislocados por la vetuztez; los fósiles que se ha
llan en sitios donde no hubieran podido existir en la
tierra vivían sin duda en zonas muy diferentes sobre
los globos en que nacieron ; por esto se encuentran en
las regiones polares despojos de animales que vivie
ron probablemente en el ecuador de su mundo natal.»
(1) M. Michel, de Figagneres (Var), autor del libro titulado
Clef de la vie.
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