La MATERIA 2
6. —Hay cuestiones que nosotros mismos, Espíritus amantes
de la ciencia, no podemos profundizar, y sobre las que no podríamos emitir sino
opiniones personales más ó menos conjeturales: respecto á tales cuestiones ó
las pasaré en silencio ó trataré de explicar mi modo de ver; pero la de que se trata no es de esta clase.
A los que se sintieren dispuestos á creer que mis palabras no pasan de ser una
teoría aventurada, diré: Abrazad, si es posible en una mirada escrutadora, la multiplicidad
de las operaciones de la naturaleza, y reconoceréis que si no se admite la
unidad de la materia es imposible explicar, no ya los soles y las esferas, más
sin ir tan allá, la germinación de una semilla en la tierra ó la producción de
un insecto.
7.—Si se observa tal diversidad en la materia es porque
las fuerzas que han presidido á sus transformaciones, las condiciones en que se
han producido, han sido en número ilimitado, y las combinaciones que podían
resultar y resultaron, no debian serlo menos. Así, pues, que la sustancia de
que nos ocupamos pertenezca á los fluidos propiamente dichos, es decir, á los cuerpos imponderables, ó que esté revestida de los caractéres
y propiedades ordinarias de la materia, no hay en todo el universo sino una
sustancia primitiva, el cosmos ó materia cósmica de los uranógrafos.
Extraído del libro
“EL
GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS
SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec
Allan Kardec
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