Educando al Pensamiento 2


Educando al Pensamiento 2

(Basado en la idea de Frank Montanez Soy Espirita)

Objetivos:
              • Prevención del suicidio
              • Educación

Procedimiento:

  1. Pides permiso a Dios.
  2. Leer en voz alta la lectura asignada [El Libros de los Espíritus].
  3. Meditar y/o analizar lo leído.
  4. Dar Gracias.
Lectura
VI.- Hastío de la vida.- Suicidio


946. ¿Qué opinión debe mereceros el suicidio que tiene por objeto escapar a las miserias y desengaños del mundo?
- ¡Pobres Espíritus que no poseen el valor de soportar las miserias de la existencia! Dios ayuda a quienes sufren, pero no a los que no tienen ni fuerza ni valor. Las tribulaciones de la vida son pruebas o expiaciones. ¡Bienaventurados los que las padezcan sin murmurar, porque serán recompensados por ello! En cambio, ¡desdichados de aquellos que esperan obtener su salvación de lo que, en su impiedad, llaman el azar o la fortuna! El azar o la fortuna –para servirme de su lenguaje- pueden, en efecto, serles propicios por un momento, pero sólo para hacerles sentir después, y con más crueldad, el vacío de sus palabras…

946 a. Los que han conducido a un infortunado a ese acto de desesperación que es el suicidio, ¿sufrirán las consecuencias de lo que hicieron?
- ¡Desgraciados de ellos!, porque de eso responderán como de un asesinato.


947. El hombre que está en lucha contra la necesidad y que se deja morir de desesperación, ¿puede ser considerado un suicida?

- Se trata, sí, de un suicida, pero los causantes del mismo, o que hubieren podido impedirlo, son más culpables que él, a quien aguarda la indulgencia. Con todo, no vayáis a creer que será absuelto por completo si careció de firmeza y de perseverancia y si no echó mano de toda su inteligencia para salir del pantano. Desventurado de él, sobre todo, si su desesperación nacía del orgullo. Quiero decir, si era uno de esos hombres en quienes el orgullo paraliza los recursos del intelecto, que se ruborizarían si debieran su subsistencia al trabajo de sus manos, y que optan por morir de inanición antes que abdicar de lo que ellos titulan su posición social. ¿No hay acaso cien veces más grandeza y dignidad en luchar contra la adversidad, desafiando la crítica de un mundo fútil y egoísta, que sólo demuestra buena voluntad hacia aquellos que de nada carecen, y os da la espalda tan pronto como necesitáis de él? Sacrificar la propia vida por el qué dirán de esa sociedad es cosa estúpida, porque no tiene objeto alguno proceder así.




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