El Pase Espírita

El Pase Espírita


El pase espírita es simplemente la imposición de manos, usada y enseñada por Jesús, tal como se aparece en los Evangelios. Se origina en las prácticas de cura del Cristianismo Primitivo. Su fuente humana y divina son las manos de Jesús.

El pase espírita no comporta las teatralidades y gesticulaciones en que hoy lo han envuelto algunos teóricos improvisados, por lo regular vinculados a ciertas corrientes espiritualistas de origen mágico o fetichista.

Todo el poder y la eficacia del pase espírita dependen del espíritu y no de la materia, de la asistencia espiritual del médium pasista y no de él mismo.
CONSIDERACIONES SOBRE EL PASE ESPÍRITA

El Pase Espírita es la acción de un donador encarnado que se asocia a otro donador espiritual para transferir bioenergías (magnetismo) por la fuerza de voluntad activa a través del sentimiento, con el fin de equilibrar el movimiento y la actividad de las fuerzas vitales de quien la recibe.

Allan Kardec no habló del pase propiamente dicho, sin embargo en el libro La Génesis, cap. XIV, ítem 33, hace una clasificación de la acción magnética de la siguiente forma:

Magnetismo Humano: Es la energía que brinda el propio médium.

Magnetismo Espiritual: Es la que es proyectada directamente por el Espíritu desencarnado.

Magnetismo Mixto, Semiespiritual o Humano-Espiritual: Cuando hay una interacción encarnado-desencarnado conjugando sus energías para proyectarlas al paciente, aumentando el potencial vibratorio para que la ayuda sea más eficaz.

Teniendo en cuenta el origen del magnetismo, ¿qué pase se aplicará dentro de la Institución?

La respuesta acertada es: el Mixto, pues recordemos que el pasista siempre se pone en contacto mental con los guías espirituales para la aplicación del pase, conjugando los magnetismos para tal finalidad. Del Pase Espiritual, podemos beneficiarnos o no, dependiendo de la asistencia de los trabajadores desencarnados y de las necesidades de los asistentes.
ETAPAS DEL PASE ESPÍRITA
Los dirigentes de la Institución deben preferir siempre la técnica que se ajuste más a la sencillez y a los principios doctrinarios puros de la Doctrina que profesan.

1a. Fase: Dispersión o asepsia: “A través de pases rotativos sobre el centro coronario, seguido de movimientos hacia abajo, de dos a tres veces, a semejanza de pases longitudinales. Se repite la operación de acuerdo a la necesidad del paciente, por un tiempo aproximado de 1.5 a 2 minutos”.

Esa secuencia de operaciones dispersivas da una idea de estar limpiando algo con las manos y envolviendo en ellas ese material recogido, para enseguida tirarlo al suelo hacia adelante del paciente”.


El pase espírita es plegaria, concentración y donación. Quien reconoce que no puede dar de sí mismo, suplica la donación de los Espíritus. Ellos son quienes socorren a aquellos por quienes pedimos, no nosotros, que en todo dependemos de la asistencia espiritual.

Fase 2: Reposo. “Se trata de una simple pausa para cambiar de movimiento”.

Fase 3: Donación. “Se hace una imposición con ambas manos sobre el centro neurofluídico coronario, a una distancia controlada, y que no debe ser muy demorada para no provocar una irritación fluídica en quien recibe el pase”.
Recomendaciones:
  • No tocar por ningún motivo al atendido.
  • Las manos deben estar aproximadamente a 10 centímetros de distancia del atendido.
  • No hablar con el atendido.
  • No utilizar ningún tipo de sustancias, ungüentos, perfumes, objetos sonoros, y demás observaciones disciplinarias que se impartan en el respectivo curso del Pase Espírita.
  • Este curso debe propender por la concientización para la realización de esta tarea.




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No Pases Magnéticos a los Animales – Ítem #234 #236 – Libros de Los Médiums Soy Espírita




Libro de Los Médiums: No. 236. […] Necesitamos siempre del concurso consciente o inconsciente de un médium humano, porque nos hace falta la unión de fluidos similares, lo que no encontramos ni en los animales ni en la materia bruta. “El Sr. T... dice que magnetizó a su perro. ¿Qué resultado obtuvo? Lo mató, porque el desventurado animal murió tras haber caído en una especie de atonía, de languidez, consecuencia de la magnetización. En efecto, al impregnarlo de un fluido tomado de una esencia superior a la esencia especial de su naturaleza de perro, lo aniquiló, pues actuó sobre el animal a semejanza de un rayo, aunque más lentamente. Por lo tanto, dado que no es posible ninguna asimilación entre nuestro periespíritu y la envoltura fluídica de los animales propiamente dichos, los aniquilaríamos en forma instantánea en caso de que los mediumnizáramos. “Sobre esta base, reconozco perfectamente que en los animales existen aptitudes diversas; que en ellos se desarrollan ciertos sentimientos y ciertas pasiones, idénticos a las pasiones y a los sentimientos humanos; que son sensibles y agradecidos, o vengativos y agresivos, según se los trate bien o mal. Eso se debe a que Dios, que no hizo nada incompleto, ha dado a los animales que son compañeros o servidores del hombre cualidades de sociabilidad que faltan por completo en los animales salvajes que habitan en las regiones despobladas. No obstante, de ahí a que puedan servir de intermediarios para la transmisión del pensamiento de los Espíritus, hay un abismo. Ese abismo radica en la diferencia que hay entre sus naturalezas. “Vosotros sabéis que los Espíritus extraemos del cerebro del médium los elementos necesarios para dar a nuestro pensamiento una forma que os resulte perceptible y aprehensible. Con la ayuda de los recursos que posee, el médium traduce nuestro pensamiento al lenguaje común. ¡Pues bien! ¿Qué elementos encontraríamos en el cerebro de un animal? ¿Habría en él palabras, números, signos semejantes a los que existen en el hombre, incluso en el menos inteligente? ‘Sin embargo –alegaréis–, los animales comprenden el pensamiento del hombre, y hasta llegan a adivinarlo. Así es, los animales adiestrados comprenden ciertos pensamientos, pero ¿los habéis visto alguna vez reproducirlos? No. Por consiguiente, debéis concluir que los animales no nos pueden servir de intérpretes. “Para resumir, los fenómenos mediúmnicos no pueden manifestarse sin el concurso consciente o inconsciente de los médiums; y solamente entre los encarnados –que son Espíritus como nosotros– podemos encontrar a los que pueden servirnos de médiums. En cuanto a adiestrar perros, pájaros u otros animales, para que realicen tales o cuales ejercicios, es un asunto vuestro, no de nosotros .” Erasto NOTA – En la Revista Espírita, de septiembre de 1861, se encontrará la explicación detallada de un procedimiento empleado por los adiestradores de pájaros sabios, con el fin de hacer que estos extraigan de un mazo de cartas aquellas que se les solicitan. https://youtu.be/IXO4iiSiDmA



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