4- El, PARAISO PERDIDO.

 El, PARAISO PERDIDO. 



18. — Si el pecado de Adam no fue otro que el haber
comido un fruto, no puede justificar por su índole ca
si pueril, el rigor con que fué castigado. Tampoco se
puede racionalmente admitir que consistió en el hecho
que generalmente se supone; porque considerándolo
como crimen indigno de perdon , Dios habria conde
nado su propia obra, puesto que habia creado al hom
bre para la propagacion. Si Adam hubiese entendido
en este sentido la prohibicion de tocar al fruto del ár
bol, y se hubiese conformado con ella, ¿dónde estaría
la humanidad, y qué habria sido de los designios del
Criador? Dios habria creado el inmenso aparato del
universo para dos solos individuos y la humanidad ha
bria venido contra su voluntad y sus previsiones.
Dios no crió á Adam y Eva para estar solos en la
tierra, y la prueba la tenemos en las palabras mismas
que le dirigió inmediatamente despues de su forma
cion cuando estaban aun en el paraíso terrestre. «Y
bendíjolos Dios, y dijo: Creced y multiplicaos, y hen
chid la tierra y sojuzgadla.» (Gen. cap. I., vers. 28.)
Puesto que la multiplicacion del hombre era una ley,
desde el paraiso terrestre, su expulsion no pudo tener
por causa el hecho que se supone.
Lo que acredita más esta suposicion es el sentimien
to de vergüenza de que Adam y Eva se sintieron so
brecogidos á la vista de Dios y que les indujo á ocul
tarse y cubrirse. Pero esta misma vergüenza es una
figura por comparacion; simboliza la confusion que
todo culpable experimenta en presencia de aquel á
quien ha ofendido.


19. —¿Cuál es entonces ese tan enorme pecado que
ha podido dar lugar á la reprobacion sempiterna de
todos los descendientes del que le ha cometido? Cain,
el fratricida, no fue tratado con tanta severidad. Nin
gun teólogo ha podido explicar este punto lógica y ra
cionalmente, porque, ateniéndose todos á la letra, han
girado siempre en un círculo vicioso.
Hoy sabemos que esta falta ó pecado no es un he
cho aislado, personal á un individuo, sino que com
prende bajo una sóla imágen alegórica, el conjunto de
prevaricaciones de que puede hacerse culpable la hu
manidad de la tierra, imperfecta aún , y que se reasu
men en estas palabras: infraccion de la ley de Dios.
Hé aquí por qué la culpa del primer hombre, que sim
boliza la humanidad, está á su vez simbolizada en un
acto de desobediencia.

Extraído del libro “EL GÉNESIS  LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”

Allan Kardec

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