Sucesión eterna de
los mundos.
48. —Hemos visto que una sola ley primordial y general ha
sido dada al universo para asegurar su estabilidad eterna y que esta ley
general es perceptible á nuestros sentidos por varias acciones particulares que
llamamos fuerzas directivas de la naturaleza. Vamos á explicar hoy que la armonía
del mundo entero, considerada bajo el doble aspecto de la eternidad y del
espacio, está asegurada por esa misma ley suprema.
49.—En efecto, si remontamos al origen primero de las
primitivas aglomeraciones de sustancia cósmica, observamos que ya bajo el
imperio de esa ley, la materia sufre las transformaciones necesarias que la conducen
de germen á fruto maduro, y que bajo el impulso de las fuerzas diversas nacidas
de esta ley , recorre la escala de sus revoluciones periódicas : primero centro
fluidico de los movimientos , luego generador de los mundos, y más tarde núcleo
central y atractivo de la esferas que han nacido de su seno.
Sabemos ya que estas leyes presiden á la historia del
Cósmos. Lo que importa saber ahora, es que presiden igualmente á la destruccion
de los astros ; porque la muerte no es sólo una metamorfosis del sér viviente,
sinó que tambjen una transformacion de la materia inanimada. Y si puede decirse
que es cierto en e lsentido literal de la palabra que sólo la vida es accesible
á la seguir de la muerte, es justo tambien añadir que la sustancia debe por
necesidad sufrir las transformaciones inherentes á su constitucion.
50. —Hé aquí un mundo que desde su cuna ha recorrido toda la
extension de los años que su organizacion especial le permitía recorrer; el
foco interior de su existencia se ha extinguido; sus elementos propios han
perdido su virtud primitiva; los fenómenos de su naturaleza que requerían para
su produccion la presencia y la accion de las fuerzas departidas á este mundo,
no pueden producirse ya, porque esta palanca de su actividad no tiene ya el
punto de apoyo que le daba toda su fuerza.
¿Se pensará que esta tierra extinguida y sin vida va á
continuar gravitando en los espacios celestes, sin objeto, y á pasar como una
ceniza inútil en el torbellino de los cielos? ¿Se creerá que queda inscrita en
el libro de la vida universal, cuando no es ya más que una letra muerta y sin
sentido? No: las mismas leyes que la han sacado del caos tenebroso y que la han
adornado con los explendores de la vida; las mismas fuerzas que la han
gobernado durante los siglos de su adolescencia, que han sostenido sus primeros
pasos en la existencia, y que la han conducido á la edad madura y á la
vetustez, van á presidir á la desagregacion de sus elementos constitutivos para
volverlos al laboratorio de donde la potencia creadora saca sin cesar las condiciones
de la estabilidad general. Esos elementos vaná volver á esa masa comun del éter
para asimilarse á otros cuerpos ó para regenerar otros soles, y esa muerte no
será un acontecimiento inútil á esta tierra ni á sus hermanas: renovará en
otras regiones otras creaciones de naturaleza diferente, y allí donde sistemas
de mundos han desaparecido, renacerá pronto un nuevo parterre de flores más
brillantes y más perfectas.
51 . —De este modo la autoridad real y efectiva de luniverso
queda asegurada por las mismas leyes que dirigen las operaciones del tiempo ;
de este modo los mundos suceden á los mundos y los soles á los soles, sin que
el inmenso mecanismo de los vastos cielos pierda en nada la virtud de sus
gigantescos resortes.
Allí donde vuestros ojos admiran esplendentes estrellas,
allí donde vuestro espíritu contempla irradiaciones magníficas que brillan en
lejanos espacios, hace mucho tiempo que la mano de la muerte ha extinguido esos
explendores, y el vacío ha sucedido á esos deslumbramientos y aún recibido
nuevas creaciones desconocidas todavía. La inmensa distancia de estos astros,
cuya luz tarda millares de años en recorrerla, es causa de que recibamos hoy
los rayos que nos han emitido mucho ántes de la creacion de la tierra, y que los
podamos admirar despues de millares de años de haber desaparecido realmente el
foco de que proceden.
¿Qué son los seis mil años de la humanidad histórica, ante
los períodos seculares? Segundos en vuestros siglos. ¿Qué son vuestras
observaciones astronómicas ante el estado absoluto del mundo? La sombra eclipsada
por el Sol.
52.—Luego, en éste como en nuestros otros estudios,
reconozcamos que la tierra y el hombre son nada, comparados con todos los
explendores de la creacion, y que las más colosales operaciones de nuestro pensamiento
no se extienden áun sino en un campo imperceptible, al lado de la inmensidad y
de la eternidad de un universo que nunca concluirá. Y cuando estos períodos de
nuestra inmortalidad hayan pasado sobre nuestras cabezas, cuando la historia
actual de la tierra nos aparezca como una sombra vaporosa en el fondo de
nuestros recuerdos; cuando hayamos habitado durante siglos inumerables estos
diversos grados de nuestra gerarquía cosmológica; cuando los dominios más
lejanos de las edades futuras hayan sido recorridas por innumerables
peregrinaciones, todavía tendremos ante nosotros la sucesion ilimitada de los
mundos y la inmóvil eternidad por perspectiva.
Extraído del
libro “EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS
SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec
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