La vida universal.
53. —Esta inmortalidad de las almas de la cual el sistema
del mundo físico es la base, ha parecido imaginaria á ciertos pensadores
prevenidos; la han calificado irónicamente de inmortalidad viajera, y no han comprendido
que ella sóla era la verdadera ante el espectáculo de la creacion. En tanto, es
posible hacer comprender su verdadera gradeza, y ¿un me atrevo á decir toda su
perfeccion.
54. —Que las obras de Dios están creadas para el pensamiento
y la inteligencia; que los mundos son la morada de los séres que las
contemplan, y que descubren bajo su velo el poder y la sabiduría del que los formó;
no son cosas dudosas para nosotros. Pero lo que importa que se sepa es que las
almas que los pueblan son solidarias.
55. —La inteligencia humana se resiste, en efecto, á
considerar esos globos radiantes, que centellean en el espacio inmenso , como
simples masas de materia inerte y sin vida; apenas puede comprender que haya en
esas regiones lejanas magníficos crepúsculos , noches explendorosas, dias
alumbrados por soles fecundantes; valles, montes y extensas llanuras donde las producciones
múltiples de la naturaleza despliegan su pomposa vitalidad, y ni aún puede
imaginarse que el espectáculo divino, en que el alma puede empaparse y saturarse
como en su propia vida, pase en medio de la soledad eterna sin expectadores
inteligentes, ni actores que lo comprendan , admiren y participen de suejecucion,
digámoslo así como una gran fiesta sin plan y sin objeto.
56. —Pero á esta idea eminentemente justa de la creacion,
hay que añadir la de la humanidad solidaria, y en eso consiste el misterio de
la eternidad futura.
Una misma familia humana ha sido creada en la universalidad de los mundos, y los lazos de una fraterndad
que áun no podeis apreciar , une la de esos mundos. Esos astros, que se
armonizan en sus vastos sistemas, están habitados, no por inteligencias
ignoradas unas de otras y extrañas entre sí, sino criadas para un mismo fin y
marcadas en la frente con un mismo sello, que deben encontrarse momentáneamente
según sus funciones para volverse á buscar y unirse según sus mutuas simpatías.
Es, en fin, la gran familia de los Espíritus la que puebla las tierras
celestes, la gran irradiacion del Espíritu divino que abarca la extensión de
los cielos y que persiste como tipo primitivo y finalde la perfeccion
espiritual.
57.— ¿Por qué extraña
aberracion del entendimiento se ha creído deber rehusar la inmortalidad á las
vastas regiones del éter, cuando se la limitaba y estrechaba en un límite
insignificante y en una dualidad absoluta? ¿Es que el conocimiento del
verdadero sistema del mundo debia preceder á la verdadera doctrina dogmática, y
la ciencia á la Teología? ¿Está la Teología condenada á estraviarse mientras no
esté basada en la Metafísica? La respuesta es fácil, y nos muestra que la nueva
filosofía se ha de establecer triunfante sobre las ruinas de la antigua; porque
su base se habrá levantado victoriosa sobre los antiguos errores.
Extraído del
libro “EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS
SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec
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