Las estrellas fijas.
37. —Las estrellas, que se llaman fijas- y que constelan los
dos hemisferios del firmamento, no están libres de toda atraccion exterior como
se supone generalmente. Por el contrario, pertenecen todas á un misma
aglomeracion de astros estelares. Esta aglomeracion no es otra que la gran
nebulosa de que formamos parte y cuyo plano ecuatorial, que se proyecta en el
cielo, ha recibido el nombre de via láctea. Todos los soles que la componen,
son solidarios: sus múltiples influencias reaccionan perpétuamente entre sí, y
la gravitacion universal las reune á todas en una misma familia.
38. —La mayor parte de estos soles están como el nuestro
rodeados de mundos secundarios que iluminan y fecundan por las mismas leyes que
presiden á la vida de nuestro sistema planetario. Unos, como Sirio, somillones
de veces más grandiosos en brillo, extensión y riquezas que el nuestro, y su
papel más importante en el universo, al cual por consecuencia rodean planetas
más grandes y más numerosos que los nuestros; otros se diferencian mucho en sus
funciones astrales. Hay cierto número de soles, verdaderos gemelos del órden
sideral, que forman en el espacio sistemas binarios, á que la naturaleza ha
asignado funciones distintas que las que corresponden á nuestro sol. Allí los
años no se miden ya por los mismos períodos, ni los dias por los mismos soles,
y esos mundos iluminados por un doble luminar, han recibido en dote,
condiciones de existencia inconcebibles para los que no han salido de este
pequeño mundo terrestre.
Otros astros sin séquito, privados de planetas, han recibido
los mejores elementos de habitabilidad. Las leyes de la naturaleza están
diversificadas en su inmensidad, y si la unidad es la gran palabra del universo,
la variedad infinita es tambien su atributo sempiterno.
39. -A pesar del número prodigioso de estas estrellas y de
sus sistemas, sin embargo de las distancias incomensurables que las separan, no
por eso dejan depertenecer todas á la misma nebulosa estelar que el alcance de
los más potentes telescopios puede apenas atravesar, y que las concepciones de
la imaginación más atrevida pueden apenas salvar: nebulosa que, sin embargo, no
es más que una unidad en el órden de las nebulosas que componen el mundo astral
.
Extraído del
libro “EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec
Allan Kardec
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