DATOS BIOGRAFICOS SOBRE ALLAN KARDEC

DATOS BIOGRAFICOS SOBRE ALLAN 

KARDEC





                                                           


Para ese tiempo ya había establecido una escuela siguiendo el sistema Pestalozzi con la ayuda de un tío materno como capitalista. Como resultado de la pasión por el juego del socio capitalista, se tuvo que liquidar el instituto quedando Rivail con 45,000 francos que invierte en negocios con un amigo que también fracasa, quedando sin nada. No obstante estos dos fracasos, se dedica ardientemente al trabajo.

Durante las horas del día atiende tres contabilidades mientras que por las noches escribe obras de gramática y aritmética así como estudios pedagógicos, traduce libros del inglés y del alemán y prepara cursos para estudiantes del arrabal San Germán. En su casa ofrece cursos gratuitos de química, física, astronomía y anatomía comparada.

Fué miembro de diversas agrupaciones entre ellas la Real Academia de Arras donde fué premiado por su magnífica tesis titulada ¿Cuál es el sistema de estudio más en armonía con las necesidades de la época? Entre sus muchos trabajos citamos los siguientes:

1828 - Plan para el mejoramiento de la instrucción pública.
1829 - Curso práctico y teórico de aritmética (según método Pestalozzi para uso de madres y
             profesores).
1831 - Gramática francesa clásica.
1846 - Manual de exámenes para la certificación de capacidad (aritmética y geometría).
1848 - Catecismo gramatical de la lengua francesa.
1849 - Cursos de fisiología, astronomía, química y física dictados como profesor en el Liceo
             Polimático.
-----     Dictados normales de los exámenes del Ayuntamiento y de la Sorbona .
-----     Dictados especiales sobre las dificultades ortográficas.

Estas obras fueron éxitos de librería además de ser adoptadas por la Universidad de Francia lo que le permitió obtener alivio económico.

Por lo antes expresado podemos apreciar que el señor Rivail estaba altamente preparado para la importante tarea que más adelante debía realizar. Gozaba de prestigio y renombre en las esferas intelectuales de la época. Su educación, su entendimiento y su capacidad de observación metódica le guardaron de entregarse sin razonamiento lógico a la ola fenoménica que pronto surgiría en el ambiente.

En el 1823 cuando tenía 23 años comenzó estudios sobre el magnetismo.

En el 1854 oye hablar por primera vez sobre las mesas giratorias cuando su amigo, señor Fourtier, le dice que “no solamente hacemos mover una mesa magnetizándola, sino que también se le hace hablar; la interrogamos y nos responde”. El señor Rivail contesta: “....... lo creeré cuando lo vea y cuando se me pruebe que una mesa tiene cerebro para pensar, nervios para las sensaciones.......... hasta entonces, permítame considerar esto sólo como un cuento fastidioso”.

En este terreno encontramos al codificador del Espiritismo durante el desenvolvimiento de su obra: no negando por prejuicio sino solicitando pruebas y viendo y observando y comprobando para creer. Un buen ejemplo que debemos emular al entrar al estudio de las manifestaciones del “más allá”. A este punto el señor Rivail comenta: “Estaba yo, pues, en el período en que nos hallamos ante un hecho aparentemente inexplicable, contrario a las leyes de la naturaleza y que la razón rechaza.

Todavía no había visto ni observado nada;.......pero la idea de una mesa ‘parlante’ no la admitía aún mi entendimiento”.  “Apliqué a la nueva ciencia, como lo había hecho hasta entonces con las demás, el método experimental, sin aceptar nunca teorías preconcebidas; observaba con atención, comparaba, deducía las consecuencias, buscaba desde los efectos remontarme hasta las causas por la deducción y el lógico encadenamiento de los hechos, admitiendo una explicación como valedera sólo cuando podía ella resolver las dificultades de la cuestión. Así había procedido con mis trabajos anteriores, desde la edad de quince a dieciséis años”.

“Desde el principio comprendí la gravedad de la exploración que iba a emprender, entreví en tales fenómenos la clave del problema, tan oscuro y controvertido, del pasado y porvenir de la humanidad, la solución de lo que había yo buscado toda la vida, era, en una palabra, toda una revolución en las ideas y creencias; de modo que había que proceder con circunspección y no de ligero; ser positivista en vez de idealista, a fin de no dejarse llevar de ilusiones.”

“Uno de los primeros resultados de mis observaciones fué que los espíritus, no siendo sino las almas de los hombres, no poseían ni la soberana sabiduría ni la soberana ciencia; que su saber estaba limitado por su grado de adelanto, y que su opinión no tenía más valor que el de un modo de ver personal. Esta verdad, reconocida desde el principio, me libró del grave escollo de creer en su infalibilidad y me impidió formular teorías prematuras, basadas en el decir de uno o de varios de ellos”.

“El solo hecho de las comunicaciones con los espíritus, dijeran ellos lo que dijesen, probaba la existencia de un mundo invisible en el ambiente; éste es desde luego, un punto capital, un campo inmenso abierto a nuestras exploraciones, la clave de una multitud de fenómenos inexplicables; el segundo punto, no menos importante, era conocer el estado de ese mundo, sus costumbres, si se puede decir así; comprendí pronto que cada espíritu, en virtud de su posición personal y sus conocimientos, me revelaba una fase, del modo como se llega a conocer las condiciones de un país al interrogar a los habitantes de todas las clases y situaciones, cada uno de los cuales puede enseñarnos algo y ninguno individualmente enseñárnoslo todo; al observador corresponde formar el conjunto, ayudado de la documentación que recibe de las diversas partes; cotejar, coordinar y ‘controlar’ unos con otros. Yo trataba, pues, con los espíritus como lo hubiera hecho con los hombres; y ellos fueron para mí, desde el inferior hasta el superior, medios de información y no reveladores predestinados”.

Miembros de la Academia de Ciencias le solicitaron a Rivail que pusiese en orden cincuenta cuadernos de comunicaciones que habían reunido en sus estudios de estos fenómenos pero no habían logrado poner en orden. El trabajo era arduo y exigía mucho tiempo dado los vacíos y oscuridades de las comunicaciones, así que él rehusó realizar la tarea.

Una noche su espíritu protector, por vía mediúmnica le indica haberle conocido en una vida anterior en tiempo de los druidas cuando ambos vivían en las Galias; en aquella época el señor Rivail se llamaba Allan Kardec y por la amistad habida y que había acrecentado, prometía ayudarle en la tarea que se le solicitaba. El señor Rivail comenzó entonces la lectura, corrección de dictados, etc., y preparando preguntas para obtener esclarecimientos sobre la materia tratada. Es así como más de diez médiums prestaron su ayuda para este trabajo.

“De la comparación y fusión de todas estas respuestas, coordinadas, clasificadas y muchas veces elaboradas en el silencio de la meditación, formé la primera edición de El Libro de los Espíritus, que apareció el 18 de abril de 1857”. En el momento de darlo a la publicidad Rivail se halló indeciso en cuanto al nombre con que debía firmarlo. Su nombre era bien conocido en el mundo científico por sus trabajos anteriores y podía ocasionar confusión, hasta obstaculizar el buen éxito de su nueva empresa, por lo que decidió firmarlo con el nombre céltico de Allan Kardec, como le había revelado su guía que llevaba en el tiempo de los druidas. La obra tuvo notable éxito y se agotó enseguida saliendo una nueva edición en el 1858. Luego hubo que lanzar tres nuevas ediciones en menos de un año (abril 1860, agosto 1860 y febrero 1861).

Allan Kardec desencarna el 31 de marzo de 1869 a la edad de 65 años en la ciudad de París.
Fué Allan Kardec, como bien lo expresa León Denis, discípulo y gran propagador de su obra, “un precursor y renovador del pensamiento moderno”.

¹Datos tomados de la obra “Biografía de Allan Kardec”, de Henri Sausse, Mensaje Fraternal, Venezuela.

Nace Hipólito León Denizard Rivail, a quien luego conoceremos como Allan Kardec, el día 3 de octubre de 1804 en Lyon, Francia, siendo sus padres Juan Bautista Antonio Rivail y Juana Duhamel quienes forman parte de una familia muy distinguida por su talento, su honradez y desempeño en la magistratura.

Hizo sus primeros estudios en su ciudad natal trasladándose luego a Yverdon, Suiza donde se convierte en eminente discípulo del profesor Pestalozzi. A los catorce años ya presta ayuda a sus compañeros en las clases al igual que al profesor Pestalozzi asumiendo la dirección del colegio cuando éste se ausentaba.

Era un joven de personalidad agradable, simpático, físicamente bien desarrollado, de maneras distinguidas y carácter alegre y servicial. Titulado en letras y ciencias, doctor en medicina, lingüista distinguido (alemán, inglés, holandés). Contrajo matrimonio el 6 de febrero de 1832 con Amelia Gabriela Boudet, institutriz nueve años mayor que él.

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