CAPITULO XV.
LOS MILAGROS DEL EVANJELIO
Los diez leprosos.
16.—Y aconteció, que yendo él á Jerusalen, pasaba por
medio de Samaría, y de Galilea. —Y entrando en una al
dea, salieron á él diez hombres leprosos , que se pararon
de léjos.—Y alzaron la voz diciendo: Jesús Maestro , ten
misericordia de nosotros.—El cuando los vió, dijo: Id,
mostraos á los sacerdotes. Y aconteció, que mientras iban
quedaron limpios.—Y uno de ellos cuando vió, que había
quedado limpio, volvió glorificando á Dios á grandes vo
ces.—Y se postró en tierra á los pies de Jesús, dandole
gracias: y este era samaritano.—Y respondió Jesús y di
jo: ¿Por ventura no son diez los que fueron limpios? ¿y los
nueve en donde estén?—No hubo quien volviese,, y diese
|loria á Dios, siaó este estranjero.—Y le dijo: Levántate,
vete, que tu fé te ha hecho salvo. (San Lúeas, Cap, XVH,
v. del 11 al 19.)
17. —Los Samaritanos respecto á los judíos eran
cismáticos poco más ó menos como los protestantes
respecto á los católicos, y despreciarlos como herejes
por los judíos. Jesús, curando indistintamente á tos
judíos y á los Samaritanos, daba un ejemplo y á la
vez una leccion de tolerancia; y al hacer notar qae
sólo el Samaritano habia vuelto á dar gloria a Dios,
mostraba que habia en él más verdadera fé y grati
tud que en los que se decían ortodoxos; y al decir
«vuestra fé os hizo salvo» nos muestra que Dios mira
el fondo del corazon y las cualidades del alma, y ao
las formas exteriores de la adoracion.
En tanto los otros fueron curados; era preciso que
así fuese para la leccion que quería dar y para probar
su ingratitud. ¿Pero quién sabe lo que habrá resulta
do y si habrán disfrutado ó no del beneficio que les
fué hecho? Al decir al Samaritano tu fé te hizo salvo,
Jesus da á entender que no sucedería lo mismo á los
otros.
Los diez leprosos.
16.—Y aconteció, que yendo él á Jerusalen, pasaba por
medio de Samaría, y de Galilea. —Y entrando en una al
dea, salieron á él diez hombres leprosos , que se pararon
de léjos.—Y alzaron la voz diciendo: Jesús Maestro , ten
misericordia de nosotros.—El cuando los vió, dijo: Id,
mostraos á los sacerdotes. Y aconteció, que mientras iban
quedaron limpios.—Y uno de ellos cuando vió, que había
quedado limpio, volvió glorificando á Dios á grandes vo
ces.—Y se postró en tierra á los pies de Jesús, dandole
gracias: y este era samaritano.—Y respondió Jesús y di
jo: ¿Por ventura no son diez los que fueron limpios? ¿y los
nueve en donde estén?—No hubo quien volviese,, y diese
|loria á Dios, siaó este estranjero.—Y le dijo: Levántate,
vete, que tu fé te ha hecho salvo. (San Lúeas, Cap, XVH,
v. del 11 al 19.)
17. —Los Samaritanos respecto á los judíos eran
cismáticos poco más ó menos como los protestantes
respecto á los católicos, y despreciarlos como herejes
por los judíos. Jesús, curando indistintamente á tos
judíos y á los Samaritanos, daba un ejemplo y á la
vez una leccion de tolerancia; y al hacer notar qae
sólo el Samaritano habia vuelto á dar gloria a Dios,
mostraba que habia en él más verdadera fé y grati
tud que en los que se decían ortodoxos; y al decir
«vuestra fé os hizo salvo» nos muestra que Dios mira
el fondo del corazon y las cualidades del alma, y ao
las formas exteriores de la adoracion.
En tanto los otros fueron curados; era preciso que
así fuese para la leccion que quería dar y para probar
su ingratitud. ¿Pero quién sabe lo que habrá resulta
do y si habrán disfrutado ó no del beneficio que les
fué hecho? Al decir al Samaritano tu fé te hizo salvo,
Jesus da á entender que no sucedería lo mismo á los
otros.
Extraído
del libro “EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS
PROFECÍAS SEGÚN
EL ESPIRITISMO”
Allan
Kardec
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